miércoles, 25 de mayo de 2016

LOLA Y MARI PILI LEGALES A MUERTE

-¡Buenos días, Lola!
-Mi querubina, mi disminuido corazón, mi caniche rizado…
-Lola, ¿me estás llamando caniche?
-Sí, Mari Pili.
-Anda, ¿y por qué?
-Hoy tienes cara de perro…, sin quererte ofender, eh.
-Pues tú tienes cara de hogaza de pan…, que lo sepas.
-Pan y perro, saben a beso…Mira, si rima y todo. Desde luego nuestra compenetración es total, ¡Quéee  flipe!
-Oye, Lola, dejemos nuestras escaramuzas verbales y hablemos de negocios.
-Soy toda orejas, Mari Pili…
-¿Tienes contactos con la mafia china?
-¿Yooo? A mí que me registren. Que sepas Mari Pili que no he hecho nada ilegal desde ayer noche en que tapone las narices a Pepe para que dejara de roncar.
-¡Ah! Y, ¿lo lograste?
-Pues no, los rebuznos cambiaron de autopista y salieron por la boca.
-¡Lástima!... En fin, bueno, y si no tienes contacto con los chinos, ¿has contactado ya con la mafia rusa, Lola?
-Pues no, tampoco… Pero me puedes decir, coño, qué tienes en esa cabeza que no tenga yo para pensar como Dios manda. Dime, ¿dónde debemos contactar con los chinos y rusos? ¿En el campo grande, en las letrinas de la estación, en el pinar de Antequera… ¿Tal vez en el manicomio?
-Lola, hoy sale en la prensa que debemos estar preparados.
-Ya… ¿Preparados para qué, Mari Pili?
-Lola, están comprando toooodo, ¿sabes lo que es todo?
-Ya… Lo tengo, lo tengo, Mari Pili, esta es nuestra oportunidad dorada… ¿Dónde está Paquito?
-¿Para qué quieres a mi marido, Lola?
-Hija, pues para preparar una reunión de alto nivel con los chinos en primera instancia.
-Pero si no conocemos a ningún chino, Lola…
-¿Cómo qué no? ¿Y el chino que bebe los vientos por mí, qué?
-¡Jodo, Floro! Lola ligando con un chino, qué tomate… ¿Lo sabe Pepe?
-Pues claro, y lo odio. Dice que tengo un vicio malsano, que estoy todo el día en su tienda.
-¿Y te ha bajado ya a la trastienda, Lola? ¿Es verdad que viven hacinados? ¿Has hecho ya el amor con tu chino? ¿Ponen las mismas posturas que los americanos?
-¡Mari Piiiili!
-Ay, no me chilles, leches, que tengo los pabellones auditivos delicados…
-Con mi chino solo tengo contactos empresariales, que te enteres.
-Pues una lástima, Lola, nuestra vida es tan anodina que si pusiéramos un chino en nuestra vida, tal vez ganaría glamour.
-Ponte un ruso, Mari Pili, ahora es lo más… Tienen un puñado de petrodólares, millones de rublos, centenares de leuros, tetracampeones en coíns.
-Ay, Lola, me voy rápido, otro día nos vemos, ¿vale?
-Ehhhh, para el carro, y dime dónde, puñetas vas que voy contigo. Recuerda que tú sin Lola, no eres nada. Yo te he creado, has mamado de mis cosenos…
-Pues vámonos, Lola, a toda mecha. Tengo una par de rusos en Facebook. Intimamos jugando a la granja.
-Ya… ¿Hasta dónde habéis llegado en vuestra intimidad, Mari Pili? ¿Ya habéis hecho trío? Date cuenta que ahora seremos cuarteto.
-Compartimos caballos, ovejas y gallinas, Lola.
-Ya… ¿Y cómo andan sus cuentas?
-Al rojo vivo, Lola, vamos…
-Paaara, alma de cántaro. Una cosa es que el rojo sea tu color fetiche y, otra, que en Hispania el rojo en una cuenta corriente sea de muy mal presagio, Mari Pili.
-¿Sí? ¿De veras, Lola?
-Mari Pili piensa, ¿en qué color estás escritos los números rojos en mis cuentas?
-En rojo chillón, Lola.
-Porque no tengo un mísero leuro, reina. Debo dinero hasta a San Pedro que le pedí un préstamo el mes pasado. Sin contarte lo que le debo a San Antonio, ése sí que es un santo pesetero… Ah, y Santa Agustina de Aragón, y San Anacleto, San Cucufato, San…
-Para, Lola. Me estás mezclando churras con abalorios. ¿Qué tiene que ver un chino, un ruso con todo el santoral?

-No tengo ni pajolera idea, Mari Pili, pero como se entere el Papa Francisco, echa del clero a todos los santos.