martes, 19 de junio de 2012

LOLA, MUJER BOMBÓN

-Lola, por el amor de dios, deja de reclinarte, me tienes mareada.
-No puedo, estoy a punto de convertirme en la mujer cachas, la mujer bombón que todo hombre desea… Mira, mira qué cintura, qué brazos, qué, qué todo… Espera que me beso, Mari Pili.
-No quiero que te beses, quiero que me hagas caso.
-No puedo, sólo tengo una cabeza y de esa cabeza sólo me funciona cuarto y mitad y está pendiente de mi cuerpazo.
-No puedo, no puedo… Querer es poder.
-Ahí, ahí le duele, Mari Pili. No te entra en la cabezota que soy como la selección española: imperturbable.
-¿Tú, Lola? No me hagas reír.
-Pues estoy en este mundo para hacer reír, guapa, entre otras cosas.
-¿Y qué más cosas, Lola?
-Ser mujer bombón, una mujer que, intelectualmente hablando,  deja al hombre a la altura de una escoba, ¿no es maravilloso, Mari Pili?
-¿Eh? La falta de comida con grasas te ha dejado loca perdida, Lola.
-Sí, y a mucha honra… Por cierto, ¿tú has leído a Bárbara Alpuente? Es genial encontrarse con gente como nosotras tan especial…
-Lola, ¿qué tenemos nosotras de especial?
-Pues, hija, somos locas sin complejos, tenemos una vida paralela sin interrupciones a la real y, ésta, la hacemos a nuestra medida.
-No te sigo, Lola, la delgadez te ha estrechado la mente y te me escurres.
-Fíjate ella jugaba con una barra de mortadela…
-¿Y? Tú jugabas con una caja de zapatos y ¡Hala!, la abrías y a darme envidia. Entonces de la rabia, te la arrancaba de las manos y ¡OH, sorpresa! Allí no había nada excepto tu imaginación.
-¿Y no es fabuloso, Mari Pili? Había lo que quería ver y que otros no veían…
-Vamos que la gente era y es tuerta…
-No, Mari Pili, eran y son ciegos, gente sin recursos…
-Pero si tú en la vida has visto… ¿Te recuerdo que por no querer ponerte las gafas te ibas dando contra las paredes y confundiéndote con las farolas porque pensabas que eran tu madre…
-Es que seguro que eran mi madre con esa obsesión que tenía de vigilarme a todas horas… Sin duda confundió su carrera. En vez de madre tenía que haber sido agente de seguridad y asalto a los desprotegidos… Pero olvidemos a la ceniza de mi madre porque te quiero confirmar que la magia potagia existe. Lo dice Bárbara Alpuente, que sólo hay que buscarla.
-Ya… Oye, Lola, de verdad tú crees que somos maravillosas, divertidas, excepcionales…
-Más, somos más, Mari Pili… Vivimos en nuestro refugio secreto, lejos de gafes, pedorros, gente envenenada y, claro, lejos de Paquito y Pepe… Un mundo lleno de habitaciones que abrimos y nos fascinan… En cambio, los demás, viven hacinados en una habitación sin vistas… Un asco…
-¿De verdad, Lola, somos así? Qué locura, qué maravilla, qué frenesí…
-Sip, Mari Pili, somos lo que queremos ser… Mírame, yo he dicho que soy la mujer bombón y por Santa Críspula Bendita que lo consigo…