domingo, 23 de septiembre de 2012

LOLA Y SU SUEÑO


-       Looooooola…
-       Mari Piiiiiili… Un poquito de por favor, no me entretengas que ando trastornada.
-       Vaya novedad, Lola… Por cierto, hace mucho que no sé de ti y no digamos nuestros infieles lectores, seguro que se han ido con otra… ¿Dónde has estado?
-       Mejor que no lo sepas, Mari Pili aunque si te lo contara, no te lo ibas a creer, más que nada porque eres una descreída. Vas de vuelta de todo cuando yo aún no me he montado en el carro de la vida.
-       Inténtalo, voy a hacer un esfuerzo en seguir tu cabeza parásita y alocada. Dime…
-       Muy tomate, Mari Pili, mucho tomate para un cuerpazo como el mío, pero he confesarte que he perdido mi sueño. He removido cielo y tierra y ná de ná.
-       Lola, ¿has probado a tomar una pastillita de Zolpidem?
-       Mari Pili, tomo treinta y siete pastillas, si es que me conocen por la pastillera del barrio… No me caben más en este cuerpo tan serrano.
-       Ya, Lola, pero has de dormir para descansar o tu cara se va a acartonar del todo… Y entonces estarías ya horrorosa sin remedio aparente.
-       Gracias Mari Pili, yo también te quiero, pero has de saber que duermo divinamente.
-       -Pero si dices que has perdido tu sueño… Lola, Lola, no me vuelvas tarumba.
-       Mari Pili, mírame a los ojos y dí qué ves…
-       No puedo, Lola. El otro día tratando de quitarme las lentillas, me he sacado un ojo.
-       Y, ¿dónde has dejado el ojo, Mari Pili?
-       Yo qué sé, Lola, yo qué sé, como no veo, hasta que venga Paquito de vender merlucillas en Santander, pues me apaño a tientas.
-       Ahhh… Qué triste no… Bueno, da igual, aunque no me veas no te pierdes nada. El caso Mari Pili es que a principio de verano tuve un sueño premonitorio muy tomatón…
-       ¿Sí? Cuenta, cuenta…
-       Es que no puedo contar nada, Mari, he ahí mi problema.
-       ¿Ah, no? Y por qué si se puede saber… Si somos amigas, somos, Lola…
-       Sí, Mari Pili, tienes razón, pero la cuestión no es ser o no ser, porque si hay que ser, se es, ahora ser para nada es una pérdida de tiempo.
-       Ya pero tú y yo somos así que si somos, pues somos y me cuentas.
-       ¡Hay qué leche de bollitos, Mari Pili!... ¿No te he dicho que no puedo contar nada? Qué parte de mi alocución no entiendes…
-       -Toda ella, Lola, así que explícame desde el principio del universo.
-       No puedo, Mari Pili, y no puedo porque no me acuerdo del sueño… ¿Está claro?
-       … Cristalino, Lola, cristalino… Pero, ¿por qué no te acuerdas?
-       Mari Pili, alma de cántaro, porque Dios en su sano juicio me dio memoria de pez, más que nada para que no me diera un infarto cada vez que recordara que payasadas  he hecho en mi longeva vida… ¿Está claro, Mari Pili?
-       …Cristalino, Lola, cristalino.