sábado, 28 de marzo de 2009

LOLA Y LA MANZANA DE MARI PILI

-Lola… Te he pillado.
-¿A mí?... nooooooo.
-Confiesa, bellaca.
-¿Qué me has llamado, Mari Pili?
-Lo que has oído. No tienes lo que tienes que tener.
-Te lo juro, no tengo nada.
-Pero si se te ve en la cara que estás mintiendo.
-Sí, eso es verdad. Pepe dice que miento más que hablo.
-Entonces…
-¿Entonces, qué?
-Que me digas, Lola. Que para hacerte la loca eres única.
-Oye, oye, lianta, ni he estado, ni estoy loca aunque como sigas con este interrogatorio es posible que termine sonada.
-Lola no te salgas por la tangente.
-Pero, coña, que no me he movido. ¿Has visto acaso que haya movido el culo? Y mira que lo tengo bailón.
-Lola…
-Mari Pili…
-Te he pillado.
-Oye… ¿El diálogo de hoy va a ser sólo esto? Es que nos quedamos sin lectores, chatina, tú verás.
-No me llames chatina porque es un insulto… Dime qué estabas comiendo, Lola.
-¡Ah!, era eso… Nada.
-Si te he visto cómo movías los mofletes, Lola.
-¡Va!, era para engañarlos. No te creas todo lo que veas.
-Lola, que no he nacido ayer.
-No, Hija. Hace tantos años que ni te acuerdas. Por eso, creo, que ves ya mal.
-Lola, hace media hora que comenzamos un régimen muy estricto y tú ya lo has roto.
-Oye, oye, estricto el tuyo. El mío estaba hecho a mi medida.
-No tienes voluntad…
-¿Qué no tengo voluntad, dices? Soy una roca. Ahora, mi estómago es el débil, el que se deja arrastrar. Pero yo, fuerte como Popeye… Mira, te pareces a Olivia.
-¿Quién es Olivia?
-La novia de Popeye. Ella un poco más alta, pero igual de esmirriada que tú.
-Lola como no adelgaces, este verano serás una foca en la playa.
-Anda, ¿dónde crees que están las focas? Pues en el agüita.
-¿Te ves guapa así de gorda?
-… No me puedo mirar en el espejo, Mari Pili.
-Ves, eso es el remordimiento, Lola.
-Qué remordimiento ni que foca bailando el rock, Mari Pili. Que el espejo es pequeño y no quepo.
-Ves, eso es por lo inmensa que estás.
-Mira Mari Pili si pretendes que yo sea una lenguadina como tú, es como pretender que el Machu Pichu esté en España.
-Por “mis muertos más frescos” que tú adelgazas. Toma una manzana y come.
-No, si ahora te creerás que eres Eva en el paraíso. Anda, trae la manzana que me la como. A una amiga no la hago yo sufrir. Total el orden de los factores, no invierte el hambre. Luego me comeré el choricito. ¿Quieres?
-Looooooooooooooooooooooola…

viernes, 20 de marzo de 2009

LOLA SEXY

Hola, soy yo. Pepe me ha cortado el teléfono y no puedo llamar a Mari Pili para contárselo, así que sentaros que os ha tocado escucharme...
He decidido ser sexy. ¿Eh, cómo se os queda el cuerpo? Esta mañana me levanté y me dije “Lola, pero que jamoncito estás, hija”… Pero jamoncito sin sabor, no os voy a engañar. Entonces, me puse a pensar hasta que llegué a la conclusión que si me ponía sexy tendría a Pepe entretenido y no me cortaría el teléfono. Sí, soy así de rudimentaria y el fin justifica los medios. Miré el monedero: ruinoso, pero, pero a Pepe con las prisas se le había olvidado la tarjeta de crédito y me dije “Ahora o nunca” y salí con faldas y a lo loco.
¿Dónde fui? A una lencería. Entré en una finísima y la dependienta que parecía que se había tragado el palo de una escoba, con voz gangosa me pregunta:
-Señora, ¿desea algo?
-Pues claro.
-Dígame usted…
-Déme para mis…
-¿Un sujetador, Señora?
-Sí, eso.
-¿Qué copa?
-No gracias, a estas horas aún no bebo.
-Le pregunto qué copa de sujetador usa.
-Una que me valga, el tamaño me da lo mismo.
-¿A, b, c…?
-Con el abecedario completo.
-¿Color?
-Uno que sea total, ya me entiende.
-¿Desea braguita a juego?
-¿Tendrán para mi tamaño? Es hermoso como una plaza de toros. Mire, mire…
-No. Será mejor que se vaya Señora.
-¿Por qué? Traigo la tarjeta de mi marido para pagar. Mire, mire…
-No miro, Señora. Esta tienda no es la adecuada para usted.
-¿Y eso quién lo dice?
-Señora, le estoy invitando amablemente a que se vaya.
-Si yo quiero comprar.
-Vaya a comprar a otra tienda.
-Quiero comprar en ésta. A ver, señoritinga, déme docena y media de todos los colores en la talla extra XXXXL y para mis cosenos del tamaño de las naranjas de mesa también docena y media.
-Señora, ¿sabe lo que está usted diciendo?
-No, pero me es inverosímil. Déme lo que ha pedido.
-¿La tarjeta de su marido va a soportar semejante presión económica?
-¿La tarjeta, dice? La tarjeta sí, mi marido no, pero eso no es asunto de usted.
-¿Se lo va a probar?
-Por supuesto que no. Me lo probaré delante de mi marido y lo que no le guste, lo devuelvo mañana.
-Señora, estas prendas no permiten devolución.
... La mujer con el palo de la escoba corriendo tieso por su cuerpo y mente me estaba poniendo de los nervios y yo tenía que solucionar lo de mi teléfono, así que le dije que me envolviera todo y ya vería como me las apañaba yo después…
-¿Cuánto es?-dije mirándola por encima del sobaquillo.
-Dos mil trescientos veinte euros, Señora.
-¿Cómo dice?-se me estranguló la lengua- ¿Las bragas llevan música y los sostenes tal vez son los timbales?
-No, Señora. Esto son piezas de artesanía. ¿Sabes usted lo que es artesanía?
-Lo que usted no sabe, hija mía, es ganarse el sueldo. Nunca juzgue las apariencias externas… Se equivocará.
… Y con las mismas, me salí muy digna del establecimiento… No soporto la prepotencia y menos para venderme unas bragas artesanas que, al fin y al cabo, no dejan de ser bragas, ¿no os parece?
Así que según volvía para casa, me he metido en una tienda de “Todo a un euro”, de chinos, claro y por cinco euros me he comprado un par de set lenceros a cual más feo… No me queda más remedio que hacer el pase a mi Pepe a oscuras. Total, en la oscuridad todos los gatos son pardos… Espero que mañana ya vuelva a tener línea de teléfono. Ya os contaré y si resulta, os digo la dirección de mi chino lencero
¡Adiós, amigos, hasta otro día!
Vuestra Lola, la sexy... Por cierto, la de la foto no soy yo, ¿eh?... Es que ni parecida, ni Mari Pili tampoco, ¿eh?

lunes, 16 de marzo de 2009

LOLA ESCRIBIDORA DE EPISTOLAS

Queridos hijos, Peluche y AntiCristo, dos puntos:

Os escribo porque he decidido aprender a escribir y cuando tenga muchas letras juntas publicar lo inexplicable; quiero ser escritora porque llevo mucho dentro y como no lo eche fuera, voy a reventar o, en el mejor de los casos, a indigestar.
¿Por qué a vosotros y no a otros? Múltiples razones de peso pesado que os paso a enumerar:
Una… Tengo al personal muy quemado de aguantarme y vosotros estáis vírgenes. He de cambiar de tercio. Decidido. Punto y aparte.
Dos… He leído en los sobres de sopa que uno se puede acercar a la familia y amigos de muchas formas para dialogar entre ellos tomando una sopa rica. Yo, en vez de sopa que ya estáis artos de tanto fideo, me acercaré con mi letra locuaz. Y, aunque esto sea más que un diálogo, un monólogo, antes de tirarme a la basura al menos me habréis leído. Claro, eso en el caso hipotético que os acordéis de leer ya que sois de una generación visual y las letras no van con vosotros.
Tres… Es el único medio para hablar con vosotros sin que mi integridad mental corra peligro porque sois dos cafres; no os quiero ofender, pero es la única verdad verdadera. Ahora bien, la culpa no es vuestra, descansad, respirad hondo, sino de la madre que os parió. Es decir, yo, como única responsable solidaria frente a la barbarie que he creado por mi enorme bondad. Punto y aparte.
¿Quién dijo que la bondad es buena? A ver, que me lo cuenten, porque si yo hubiera sido mala, tal vez, vosotros ahora no seriáis tan cabestros, egocéntricos, egoístas e irrespetuosos; he dicho.
¿Qué sabéis vosotros de las palabras sacrificio, tesón, renuncia? Nada, hijos. No os la puse en vuestro diccionario. Como vuestro padre y yo la usamos tanto y aún la seguimos utilizando noche y día y son jergas muy pesadas, pensé liberaros de ellas. Total, la cagué; punto y coma
Por otra parte, también se me olvidó grabaros en vuestros encefalogramas las palabrejas humildad y perdón. Errar es humano, hijos míos, pero si hierras, mueves el culo y te pones a intentarlo de nuevo sin arrogancia, reconociéndote que te has equivocado y si has ofendido a alguien en tu errar, pides disculpas; lejos de que piensen que eres un débil por hacerlo, pensarán que vas camino de ser grande. Punto a secas.
Por otra parte, he buscado en vuestras personas unas chispas de respeto… Perdonad, también se me olvidó ponéroslo. Enfrascada en que comierais tanta sopa que volví a cagarla. Además, tengo una memoria más fugad que la palabra “gracias” en vuestras bocas mal usadas.
La conciencia espacial que tenéis sobre los metros en los que habitáis de que son todos vuestros, se os olvida que también vivimos en esos metros otros quienes tienen derecho a sus espacios sin que otros se los violen. Pero, claro, el ombligo tan gigante que os he hecho, os impide ver los derechos de los demás, sólo veis los vuestros. En resumen: vuestro padres todo el día violados. Puntos suspensivos…
Cuatro… ¿A que os gusta hablar, ser escuchados? A mí me enloquece, pero como sólo digo bobadas y sólo sé que no sé nada, según abro la boca, me tacháis de ignorante y me dejáis hablando a las paredes.
Cinco… Estoy hasta la cresta de ser alcahueta, cocinera, planchadora, cuenta corriente y señora de la limpieza vuestra. Además, como sabéis que soy tan limpia, no os importa que nada más terminar de limpiar, volver a manchar ¡Si está Mamá para volverlo a hacer!... Pero qué listos sois, leñe. Punto redondo.
Seis… Notificaros que me he graduado las gafas. He visto y veo lo que he hecho y haciéndome dueña de la frase “Más vale tarde que nunca”, os informo que a partir de hoy mismamente no me voy a dejar tomar el pelo; me lo he cortado… ¡Ah! Y no admito más órdenes de nadie. Si necesitáis cualquier cosa de vuestra madre, admito encargos por riguroso orden de: Por favor, si puedes y gracias.

Os quiero mucho, hijos, y perdonad lo que he hecho de vosotros.
La prigada de vuestra madre, Lola

jueves, 12 de marzo de 2009

LOLA CURANDERA DE MARI PILI

-Lola… Soy Mari Pili
-Mari Pili iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…
-Lola, no me rompas el tímpano.
-…Vale. Qué alegría más profusa.
-Yo de alegre nada, que lo sepas.
-¡Ah!
-Te llamaba para decirte que no estoy en un buen momento.
-¿Quién no? La crisis nos está dejando disecados.
-Lo mío no es por la crisis.
-¡Ah!
-Sólo te llamo para decirte que no te aguanto.
-¡Joderrrrrrr! Sí que estás mal.
-Bueno, ni me aguanto a mí misma.
-¡Ah, bueno! Ya me dejas más tranquila. Te confieso que por un momento me había comenzado a preocupar.
-Pues preocúpate porque no te aguanto.
-Chica, qué quieres que te diga, hoy me he levantado genial, para un día que no me duelen los higadillos y Pepe no le ha dado tiempo a enfadarse conmigo que vengas tú y me digas que…
-Que no te aguanto. Termina la frase Lola.
-Si ya la terminas tú por mi, Mari Pili.
-Es que Lola cuando uno se siente mal, es que le jode todo.
-¿Sí?
-Sí, Lola, te molesta hasta el buenos días del vecino.
-Ah, eso yo lo entiendo porque precisamente esta mañana he bajado con mi vecino el del trombón y cuando me ha dicho buenos días, yo le he preguntado cuándo se iba a meter el trombón por el culo… ¡Qué tardes me da, el tío…!
-Lo mío es mucho más profundo, Lola.
-¿Sí? ¿Cómo cuánto? Porque yo si pudiera meterle por el culo el trombón… Se lo metía.
-Lola deja de hablar de ti y escúchame, coño.
-Si es que me quiero meter en tu piel, coña, déjame tú también expresarme.
-Déjame tú a mí que soy la que estoy mal.
-Vaaaaaaaaaaaale…
-No digas vale y me lleves la razón como una loca porque no lo estoy.
-¿Segura?
-¿Segura de qué, Lola?
-De que no estás un poquito…, ya sabes…
-No sé, Lola, no sé nada. Solo sé que no me aguanto.
-¡Qué lástima!
-¿Qué lastima el qué? No me vengas a decir ahora que te doy pena, ¿eh?
-No, no, tranquila, pena no.
-¿Entonces qué?
-… ¿Lástima, grima, compasión, dolor, cefalea, retortijones, Mari Pili?... Lo que tú quieras.
-No sé, déjame pensar.
-¿Ves? Estás fatal.
-Eso ya te lo he dicho yo, Lola. Parece que lo hubieras descubierto ahora.
-Sí, sí, ahora mismito. Cuando te he visto con los ojos como los del silbato de un árbitro.
-Lola… ¿Y por qué yo y no tú?
-Anda, jódela, qué maja eres. Mira hija te voy a decir lo que te pasa.
-Dime, Lola, dime…
-Pues te pasa que no te pasa nada. Después de un alto voltaje, te has distensionado y la propia distensión hace que no encajes bien la nada anodina sin tensión ni vatios ni nada de nada que altere tus nervios aparte de Paquito o la pesada de tu amiga Lola que como ya estás sobreseída de ellos como que no alteran tus constantes vitalicias. ¿Lo entiendes, cielo mío?
-Lola…
-¿Qué?
-Ahora sí que me encuentro mal… Qué dolor de cabeza me has puesto en un segundo.
-¿Ves, Mari Pili? Soy un analgésico, casi como un supositorio.

domingo, 8 de marzo de 2009

LOLA Y LOS CALVOS

- Ay, ay de mí, qué he hecho. Ay…
- ¿Lola?
- Mari Pili, ay de mí…
- ¿Lola?
- Que sí, coña, que soy yo… Ay…
- ¿Qué pasa?
- Ay Mari Pili, me acabo de quedar calva. Ay…
- ¿Calva dices? Te dije que no te cortaras más el pelo. Es feo, pero es tuyo.
- ¿Feo mi pelo? Ay, ahora ya ni feo…
- Lola…
- Ay… Dime.
- Tranquilízate, compraré ahora mismo un crece pelo y te rocío la cabeza. Mira, el otro día eche vitaminas a mis plantas y en tres días están naciendo hojas a toda máquina.
- No me puedes echar nada. Tengo el cráneo en carne viva. Creo que se me ven hasta los sesos. Ay…
- ¿Qué has usado para cortarte el pelo, Lola?
- Pegamento. Primero Loctite y después Súper Glu.
- ¿Y por qué no te echaste también un poquito de cemento armado, hija?
- Mira, no se me ocurrió. Ay… Ay cuando me vea Pepe se va a creer que soy una descerebrada.
- Si es eso lo que te preocupa, tranquila, ya lo sabe… Quieta en casa, no hagas más. Ahora voy.
- ¿Dónde vas, Mari Pili?
- Al trastero. Creo que tengo una peluca que utilice los carnavales pasados y te la pones.
- ¿La de payasa?
- Sí.
- ¿Tú crees que soy una payasa, Mari Pili?
- No, sólo patética.
- Que sepas que la culpa no es mía… La maldita crisis que va a acabar conmigo.
- Ahora echando el muerto de tu calvicie a la crisis, Lola. Un poquito de por favor…
- Sí, porque si no fuera tan ahorradora, ahora tendría mi pelo en su sitio y no en la diadema.
- ¿De qué me hablas, Lola?
- De la diadema que me compré hace veinte años. Ayer se me rompió y fui a comprar una nueva a los chinos que son muy baratos, y los chinos me vendieron una china que sujetaba mucho, pero llegué a casa y la china me hacía muy china, ¿comprendes?
- Pues… no, Lola, no te entiendo.
- La diadema china era de corte chino y me veía demasiado chinesca para lo andaluza que tengo el alma, ¿comprendes?
- No, Lola, no entiendo que haces mezclando a chinos con andaluces.
- Mari Pili que sepas que eres una racista, pero como yo no lo soy me empeñé en convertir a la diadema china en diadema andaluza…
- Muy interesante… ¿Y?
- Entonces cogí mi diadema de hace veinte años y arranqué de cuajo sus adornos y los quise pegar en la china, en la diadema quiero decir. Primero lo pegué con Loctite e inmediatamente me lo probé. La diadema aún estaba bastante china y lo chino no me favorece, entonces me la fui a quitar y el pegamento se había salido de su sitio y al tirar pues…
- Te llevaste media cabellera de camino, ¿no?
- Sí, pero como no me miré al espejo, no vi el efecto óptico de la Lola sin media cabellera, pues cogí Súper Glu y arreglé la diadema medio china y medio andaluza e inmediatamente me la coloqué en la cabeza, ¿comprendes?
- … Y te viste totalmente andaluza ya, ¿no?
- Me vi china, Mari Pili. Ya sabes que en la china hay muchos chinos calvos. Acuérdate de flan el chino, el del dibujo de la caja es chino…
- Ya, ya, ya y como no te gustaste…
- Me la fui a quitar y estaba tan bien pegada que me costó mucho y… lo logré, pero…
- Te quedaste china del todo…
- Sí, pero me queda el alma andaluza, eh…
- ¿No has tirado la diadema?
- Sí, claro, de la rabia la tiré al water y lo he atrancado. Ay, qué desgraciada soy…

miércoles, 4 de marzo de 2009

LOLA Y MARI PILI

-Mari Pili, ¿sabes lo que estoy pensando?
-¿Tú? Cualquier descabello, Lola.
-… Pues que estoy encantada de haberme conocido.
-No sabes lo que me alegro.
-Y, ¿tú, Mari Pili?
-¿Qué si estoy encantada de haberte conocido? No sé, simplemente estoy resignada. De pequeñita te conocí, te colocaste en mi culo como un grano y… hasta ahora.
-¡Qué bonito, Mari Pili!
-¿Cuál? ¿Qué te diga que eres un grano en mi culo? Lola, por dios…
-Si sé que lo dices con cariño. Lo que pasa es que la edad te está dejando avinagrada como a mi madre y a mi triste Pepe.
-Claro, como tú eres azúcar glasé…
-Chica, no sé si azúcar, ron o mermelada, pero me siento bien en mi piel. ¿Quieres otro chupito de vino de la Seca? Tiene pocos grados.
-¿Cuántos?
-Espera que lo miro… veintiséis.
-Ya está. Cuando se pase el alcohol y se convierta en pis, dejarás de gustarte.
-… Pues me tomo más vino.
-Alcohólica.
-Ceniza, leñe… El niño Jesús te va a castigar, Mari Pili.
-¿A mí, por qué?
-Porque no valoras lo que tienes, porque no te quieres, porque no eres feliz, porque, porque, porque… Seguro, se enfada contigo.
-Moralinas no, Lola, un poquito de por favor, que me parece que cada día eres más monja.
-¿Monja yo? No soy casta ni pura… Ni quiera Dios que lo sea. El coro celestial está muy bien sin mí.
-Cuántas monjas de vida oscura luego se enderezaron y ahora son santas… Mira Maria Magdalena.
-¿Se metió a monja?
-Yo qué sé…
-… Yo es que no quiero ser santa… Ni monja. A ver qué hago con mi Pepe cuando llegara al convento…
-Que se meta cura.
-¿Pepe? No, no. Los curas no le consentirían lo que le consiento yo. Le echarían y me vendría a buscar… Estoy en un gran momento de mi vida.
-¿En qué lo notas, Lola? Me estás poniendo negra, eh.
-… Pues que no te hago ni caso, Mari Pili… Ni siquiera a Pepe.
-¿Y eso es un gran momento? Lola deja de beber.
-Si quiero bebo y si no, no… Ya no os temo, soy yo misma y hago lo que me da la gana.
-Lola, eso lo has hecho toda la vida…
-Si, por supuesto, pero con mucho temor.
-¿A qué? Qué morro tienes.
-…Hasta que hacía lo que me daba la gana, pensaba mucho… y con miedo.
-Lola tienes el cerebro sin estrenar, cómo puedes decir que pensabas… Deja de beber ya.
-… Mis actos eran temerosos. En cambio, ahora…, encantada de haberme conocido.
-Me voy a casa, Lola… Si te desencantas, por favor, no me llames.
-… Espera que me pongo la chaqueta y te acompaño así te sigo contando Mari Pili.
-¿Contarme el qué?
-… Pues cómo estar encantado con uno mismo por haberse conocido, Mari Pili.
-Ya… Oye Lola…
-Dime, Mari Pili
-Me pregunto que vi en ti cuando te conocí…
-No eres la única. Eso se pregunta Pepe también… ¡Puff!, las veces que se lo pregunta...

domingo, 1 de marzo de 2009

LOLA Y LA EXTRA DE PEPE

-¡Hola Lola! ¿Está la cena?
-¡Ozú Pepe! Parece que vienes de la batalla de las Termópilas… ¿Estás bien?
-Sí, sí. ¿Está la cena?
-¿Tú crees que una persona con esa careto puede tener hambre? Diarrea tal vez, ahora hambre lo que se dice hambre, pues no… ¿Has tenido muchos muertos?
-Ni uno, Lola, ni uno.
-Fíjate, no me podía imaginar que la crisis llegara hasta los muertos…Ya no hay respeto ni para morirse… No me digas más, ¿te han mandado a buscar muertos como los comerciales de calle?
-Lola, por dios, eres más simple que un lápiz.
-Déjalo en sencilla, Pepe, porque útil soy un rato. Acaso, ¿podrías escribir, pintar si no hubiera lapiceros?
-Olvídalo Lola. ¿Está la cena?
-Sopa. Sopa de fideos a secas, sopa de verduritas, sopa de pollo, sopa a la riojana, sopa de caracolillos, sopa de caldo… ¿Qué tipo prefieres?
-¿No hay otra cosa?
-Hasta que no acabe con el stock de sobres sopa que me has traído durante dos meses consecutivos, aquí no se come ni un huevo de gallina… ¿Pepe qué te pasa?
-… Me han pagado el bonus.
-¿Y me lo dices con esa cara de cenizo? Es que eres triste hasta para contar alegrías, hijo. Ven para acá que te frío los huevos. ¿Cómo te los hago, con puntillitas?
-¿Qué huevos?
-No van a ser los tuyos, Pepe. Vamos a celebrar tu bonus.
-Lola si no hay bonus…
-Pero si me acabas de decir que te han pagado la extra de beneficios, alias bonus. ¿Tú te quieres reír de mí, Pepe? Mira que no me gasto ni un huevo que están muy caros, eh.
-Dame sopa, Lola.
-Pero, ¿por qué te voy a dar sopa pudiéndote dar un huevito con puntillitas rico, rico? Tú eres tonto.
-Lola, quiero sopa… Me han pagado una miseria.
- A ver, Pepe, cuánto es una miseria…
-veinticinco euros… Una ofensa.
-¿Veinticinco euros brutos o netos, Pepe?
-Sin descontar impuestos… Una ofensa.
-Una ofensa no, Pepe, no confundamos que el castellano/español es muy rico. Es directamente una mierda y ahora mismo quiero que vuelvas a la funeraria.
-¿A estas horas? ¿Para qué?
-Para que les metas por el culo los veinticinco euros brutos.
-Lola, por dios, ya estamos con las tuyas…
-Tranquilo. Para que no te despidan por la acción de metérselo por el culo, les vas a decir que es un encargo de tu mujer. A mí no me pueden despedir. ¿Ves cómo pienso en todo?
-Anda, dame el huevo y cállate, Lola.
-De huevo nada. Sopa. Con veinticinco euros brutos no me da ni para comprar huevos anoréxicos, así que sopa… Ah, y mañana vas y les dices…
-No digo nada, Lola.
-Pepe, ¿sabes lo que más me jode? Y no me digas que hablo mal, que ya lo sé, pero es que la ocasión lo merece. Vas y les dices…
-Lola, que no digo nada y dame la sopa.
-Eres un calzonazos Pepe. En la vida se puede ser de muchas formas…
-Bueno, malo, tonto, gilipollas y como tú, Lola.
-Pues sí, Pepe… Porque contigo se han confundido. Han pensado que en vez de bueno, eres gilipollas y por ahí no paso. Así que vas y les dices…
-Lola, la sopa.
-¿Me vas a dejar hablar? O no te doy ni la sopa.
-Dime…
-… Estoy pensando que no les digas nada… Si a veinticinco le quito el dieciocho por ciento de impuestos, se me queda en veinte con cinco… Me da para media docena de huevos esmirriados, medio kilo de patatas pochas, una cebolla pequeña y un litro de leche sin calcio ni nada… Qué asco me doy, trago con todo… ¿Pepe?
-¿Qué? ¿Ya está la sopa?
-Ay, hijo, qué obsesión con la sopa… Que tú eres buena gente y vales mucho. Los de la funeraria son unos cabrones, hijos de Satanás, unos pendejos, unos…
-Lola, la sopa.
-Déjame que termine… Y unos chorizos… Ahora una de huevitos para mi Pepe. Que no decaiga el poderío de la Lola… La próxima vez incinero a los de la funeraria, chorizos…
-Lola…
-Ya voy, leñe.