jueves, 27 de agosto de 2015

LOLA ESCRIBE A MARI PILI

Costa de Geria, agosto 2015
Querida Mari Pili, stop.
Vuelve ya de vacaciones, coño, ya te vale, stop. La vida sin ti es como un baño sin papel higiénico, punto y coma; una mierda, stop.
Pepe no me aguanta y clama porque vuelvas, será basurilla el tío. Todo porque como no estás y las horas parecen tortugas buscando agua, pues me voy a la funeraria. Ya sabes que soy muy limpia, así que paso el polvo a los sarcófagos, a Pepe si se deja, a un par de esqueletos que hay para medir tamaños. Mira,  uno de ellos me ha dicho que estaba hasta los güevos de que le saquen y le metan; el otro día se le cayó una costilla y ni se la han pegado… unos desalmados. Pobre esqueleto, ¿verdad?
Venden, que no lo sabía, panteones, me lo comentaba Pepe emocionado. Yo veo poco glamour en ese negocio, qué quieres que te diga. Dice que deja dinero así que como soy una grandísima comercial pues intenté vender uno. ¡Ojo!, comenté al muerto que le hacía un descuento si me compraba una Termomix. Claro, me contesto que él creía que ya no la daría mucho uso, pero yo le abrí los ojos y le dije “Don Muerto, usted no, pero su viuda sí”… Nada, se me cayó la venta porque justo cuando estábamos regateando, llegó la susodicha… Oye, más contenta y comentó que su marido se merecía lo más barato. Total, se llevó una cajita de pino. Fíjate que el muerto ya se veía en el panteón con dos ángeles en tamaño tridimensional con el cuerpo agujereado para meter flores de plástico que aguantan mejor los cambios de estación.
Luego, yo entiendo, Mari Pili, que desquicie a Pepe porque es tal el tedio que me duermo y la semana pasada me dormí en un nicho portátil último modelo, ¡ojo al dato! Lleva sábanas de raso y almohada de muelles. El color es un poco oscuro, poco alegre, en negro. Y los muelles, para un muerto que aunque siente, siente poco, vale, pero para una viva como yo pues creí que me taladraban los sesos. Aún con eso me dormí.
¿Qué pasó? Pues que al nicho portátil lo vinieron a recoger… Ahora dudo si vino el difunto o la familia. Bueno, da igual, el caso es que se llevaron el chisme a su casa y cuando lo abrieron para meter al muerto pues aparecí yo que, cómo sabes, mis despertares son alegres y cantarines, y justo ese día me desperté cantando el Aleluya… ¡Qué susto se llevaron!, tanto que devolvieron el nicho portátil, pero se les olvido meterme y cuando volvieron me encontraron en amena charla con el finado… Más berridos… Y llamaron a  Pepe a que fuera a recoger el cadáver vivo; vamos, yo. Cuando Pepe entró y me vio… Que no me habla, ¿te lo puedes creer, Mari Pili?. Es más, me ha prohibido que pise la funeraria.
… Este es el resumen de mi vida sin ti. Hija, vuelve pronto, un poquito de por favor…


 Siempre, a plazos o en hipoteca, tuya, Lola

miércoles, 5 de agosto de 2015

LOLA TRABAJA

-¿Mari Pili Fernández, por favor? Soy Maria Dolores García de TutoBank.
-¿De dónde dice?
-TutoBank, señora. Vendemos todo, como si quiere la silla en la que estoy sentada.
-¿Lola?
-Sí, llámeme Lola, si lo desea, pero por su hijo Luisito, cómpreme algo…, un poquito de por favor.
-Lola, ¿eres tú?
-Coña, que sí, pero no me puedo salir del guión que me echan, señora Mari Pili.
-¿Pero de dónde, demonios, me llamas? ¿En dónde te has metido?
-Me ha salido una sustitución de verano en un mercadillo telefónico, señora Mari Pili. ¿Qué quiere comprarme? Tengo lechugas, mesas, medias, fondos garantizados, cubiertos, depósitos, tomates... Dígame.
-No quiero comprar nada, Lola... Si no sabes vender, Lola, por Dios…
-¿Cómo que no sé vender Doña Fernández? ¿A qué no me compras una bicicleta sin ruedas?
-Pues no.
-¿Y por qué, Doña Bruja?
-Porque no me sirve para nada, Lola, guapa... Y no me llames bruja.
-Pero siempre será una bicicleta que pese poco, cuantos menos chismes…
-Pero inútil. ¿Para qué la quiero?
-Un detalle para su amantísimo esposo, Don Paquito. Con este obsequio tan obsequiado no se romperá ni un hueso.
-Entonces, sí que no me interesa. ¿Para que quiero una bici si no se le puede abrir la cabeza a mi Paco? No quiero, corto, cambio.
-Ehhhh, Doña Usted no me cuelgue. ¿Para que quiere el adminículo en concreto? ¿Quiere asesinar limpiamente, deteriorar, rematar...? Dígame querida clienta, Tuto tiene tuto tipo soluciones.
-Yo quiero que se escabeche un poco y cobro el seguro. Pero sólo un medio escabechado.
-¿Escabechado entero no le darán más, Doña Fernández?
-Sí, ya, pero después de escabechado, ¿puedo descabellarlo?
-¡Joder!, usted es una mujer a lo bestia, Doña Escabeche. Después de hacerle papilla al pobre Don Paquito, lo quiere estocar como a los toritos... Qué fuerte, ¿no? No creía que estuviera usted tan desesperada.
-Looooooola... Quiero cobrar el seguro, pero que mi Paco vuelva luego a sus orígenes.
-Ahhh... ¿Y cuáles son los orígenes de Don Paco?
-Un macho ibérico.
-Ahhh... Tengo una vajilla por un precio excelente.
-¿Y para qué quiero una vajilla si tengo sesenta?
-Es usted exagerá para todo Doña cómo se llame. La vajilla que le ofrezco es para que se la tire a la cabeza a su santo Paco.
-¿Y para qué quiero yo tirársela a la cabeza?
-Anda ésta, ¿pero no dice que le quiere abrir la cabeza para cobrar el seguro por defunción aparente? Se la abre usted sin que deje de ser macho, de los machos ibéricos, ya sabe. La vajilla es tan mala que logrará hacerle agujeros suficientes.
-Sí, claro... Lola...
-Dígame Doña Reverencia, en qué puedo servirla a usted, a la patria y al rey.
-Soy Mari Pili, no Reverencia... Oye...
-...Oigo... Lo de Reverencia se me ha escapado. Lo que quería era hacerle un saludo a lo japonés. Queda muy oriental la venta.
-Lola... Te van a echar del trabajo. Vete tú antes.
-Y un jamón, no me voy. Si no me salgo del guión, Doña Crisantemo, no me echan.
-¿Ahora Crisantemo?
-A ver, es usted una ceniza y... para las cenizas, crisantemos de muerto.
-Lola, te cuelgo.
-Nooooooo, que paga la llamada TutoBank.
-Ah, bueno, si Tuto corre con los gastos sigue vendiéndome... ¿Has mirado si te puedes llevar algo debajo del refajo?
-Sí, pero nada. Todo está marcado como las vacas y, además, me he quitado la faja, hace mucho calor y no me queda sitio dentro del vestido.