jueves, 27 de noviembre de 2008

LOLA Y MARI PILI EN CLASE DE BAILE

-Bien, os vais a poner en dos filas, una enfrente de la otra… Por favor, ¿qué hacen esas dos señoras del fondo?
-¡Hola! Yo soy Lola y esta mujer tan reducida que está a mi lado es Mari Pili. Somos nuevas y tenemos el ritmo metido en el cuerpo. Haremos un gran papel.
-¡Bienvenidas, Lola y Mari Pili!... Hoy vamos a comenzar con el ritmo del…
-Seño, disculpe, ¿podíamos comenzar con una jota? Mari Pili fue campeona de salto de potro en el colegio y la jota la borda.
-No, Lola. Comenzamos con unos pases de tango. Poneos en parejas. Mano en el hombro, pierna izquierda en la entrepierna del compañero.
-Seño, seño, yo a Mari Pili no le meto la entrepierna, me parece de mal gusto.
-Lola, cállate que nos van a echar.
-No, mona, no nos echan. Hemos pagado.
-Lola, que son clases gratuitas.
-¡Ostras! Qué guay, no me lo habías contado. ¿A quién has engañado?
-¿Cómo que a quién he engañado? A nadie. Pagamos nuestros impuestos y tenemos derecho a ciertas prebendas.
-¿Qué prebendas ni qué gallo muerto, Mari Pili? A mi Pepe le quitan un Potosí de su sueldo todos los meses para bóvedas de alianzas y decoración de despachos ministeriales aprovechando ahora que estamos en crisis. Así que de gratis ná. En resumiendo, no nos pueden echar, hemos pagado… Seño, seño…
-¿Qué, Lola?
-Mientras bailan el tango y se meten piernas unos a otros, ¿Mari Pili y yo podemos bailar la jota? Mari Pili baila, baila, que vean qué gracia tienes…
-Lola, qué vergüenza. Cállate.
-Mari Pili no me seas estrecha. Nunca habrás tenido un aforo como éste para lucir la agilidad de tus piernas de cabritilla.
-¡Lola!
-Me callo, me callo… Seño, que nosotras también bailamos el tango, pero sin meternos piernas ni nada.
-Bien, gracias… A ver si podemos comenzar. Echad el cuello para atrás y…
-Seño, yo no puedo, tengo las cervicales hechas papilla.
-Pues que lo haga tu compañera.
-¿Mari Pili? Imposible. En el año de la tos se compró una moto y del castañazo que se pego mientras buscaba el freno, ya la ve cómo quedó… Mirando a Guipúzcoa.
-¿Qué yo estoy torcida, Lola? Mentirosa, estoy como una estaca de tiesa… Venga, ya verás cómo luzco.
-Mari Pili no quiero tener la sensación de estar bailando con el palo de la escoba. Yo vengo a clase para dar rienda suelta a mi crisis.
-Yo no soy ningún palo de fregona.
-Has dicho que estás más tiesa que una estaca, nena. Lo que es lo mismo que bailar con el palo de una escoba, con la diferencia que tus pelos son naturales y los de mi escoba, como no puedo gastar por la crisis, son sintéticos.
-Lola y Mari Pili, por favor, fijaros un poquito, Estamos bailando un tango no un chachachá.
-¡Toma! ¿Tú sabías que sabías bailar el chachachá, Mari Pili?
-Hasta el meneíto sé bailar, Lola.
-Cuánto te admiro, Mari Pili. Eres completísima. Yo sé los pases esenciales del chotis a la turca. ¿Te los enseño?
-Lola y Mari Pili, por favor, seguid el ritmo de la clase.
-Sí, sí, perdón, seño. Es que Mari Pili es un poco torpe, pero no se preocupe, yo, yo…
-¿Tú, qué, Lola? Me tienes harta. La que no sabe hacer nada eres tú, no yo. Mira qué pirueta doy, parezco un vuelo sin motor… ¡Ay!, ay qué leche me he dado, Lola, ayúdame.
-Seño, seño, pare la clase. Mari Pili se ha estocinado… ¿Mari Pili, por qué no te echaste un poco de gasolina, mujer?
-La crisis ha subido el precio de la gasolina, Lola… Ay, ay, cómo duele.
-No llores mujer. La crisis no existe en el buen humor. Venga, levántate y bailemos la jota anti recesión.

sábado, 22 de noviembre de 2008

LOLA RECICLA Y ¿TÚ?

- Estoy por denunciar al alcalde, Mari Pili.
- ¡Toma ya! Surge la Lola guerrillera, camorrista. Denúnciale, Lola.
- ¿Tú eres tonta Mari Pili? No me incites si aún no te he contado mis motivos.
- Me gusta que seas una macarra, Lola. Eres como los programas de la tele. Cuánto más lío ofrecen, más audiencia.
- Oye, oye, un poquito de por favor. Yo no soy macarra, sino una lianta… Y a mucha honra.
- Da igual, eres Mis Líos 2008… ¿Por qué vas a denunciar al alcalde?
- Por crearme conciencia. Yo vivía feliz hasta que publicó un bando amenazándome… A míiiiiiiii, éste no sabe con quién se está jugando las castañas.
- O sea, que te conoce hasta el alcalde, ¡qué tomate, Lola! ¿Lo sabe Pepe?
- Claro, es el que me vino con el bando. Ahora yo se lo dije muy clarito, Mari Pili…
- ¿Qué dijiste y a quién?
- A todo aquel que me quiera escuchar: a mí no me somete nadie. No ha podido mi Pepe y… el fulano éste sí ¡Qué poder de convocatoria tienen los políticos!, ¿verdad, Mari Pili?
- No lo dudes. Mira yo tengo un primo que se dedica al politiqueo y…
- Para, para, Mari Pili. ¿Tu primo el funambulista de guiones porno también es político? Hija, qué completo es tu primo.
- No, Lola, es otro primo, marido de una prima que se casó con el político sin que en aquel entonces fuera político. Fue después cuando descubrió la llama de la política que prendió en él con tal fuerza que terminó embrujado.
- ¿Eh? Vaya galimatías, mona. Es decir que trabaja en la serie “Embrujada”... ¿Oye cuánto gana tu primo?
- Mi primo no es artista. Bueno, sí, porque vive como un marqués.
- Es que los artistas ganan mucho y si se destapan, les dan un plus.
- Que te he dicho que mi primo no es artista. Es político.
- Oye Mari Pili, ¿por qué no llamas al marido de tu prima, el embrujado?
- ¿A Tomasín? ¿Para qué?
- ¿De qué cuerda es Tomasín el embrujado?
- Tomasín no está embrujado y es del partido Todo por la Patria.
- ¡Ostras!, el de mi alcalde… Llama, llama, pregúntale por la lista negra.
- ¿Qué lista negra, Lola?
- … En la que estoy metida por no reciclar… Ahora que, en este momento actual tengo reciclado hasta a mi Pepe.
- ¿Y qué reciclas?
- Ven, mira…
- Lola, tu cocina es un estercolero.
- Sí. En la bolsa verde meto latas. En la rosa, plástico. En la naranja, periódicos. En la fucsia, los calcetines sin coser. En la roja, la comida sin comer que se me ha quedado pocha. En la color jazmín, los…
- Para Lola. No puedes poner cincuenta bolsas del color del arco iris. Te vas a volver zumbada. Recicla con cabeza.
- ¿Cómo voy a reciclar con cabeza si no la tengo, Mari Pili… Oye, ¿Tomasín no podrá hacer trampa?
- ¿Tú crees que los políticos hacen trampa, Lola?
- Pues sí. A sus amistades les ayudan. Mira viene en los periódicos.
- No llamo a mi primo, Lola. Aprende a hacer las cosas, a usar el jucio.
- Vale, Mari Pili… Ahora lárgate o te reciclo.
- ¿A mí, Lola? ¿A mí me vas a reciclar, a tu alma gemela?
- Reciclo todo lo que no me vale…

martes, 18 de noviembre de 2008

LOLA Y EL TROMPETISTA

-¿Sabes lo que más deseo en este momento, Mari Pili?
-cualquier cosa, Lola. De ti se puede esperar la mayor memez.
-Mi deseo no es ninguna memez. Es la ley de la supervivencia.
-¿Sí? ¿Qué es?
-Meter por el culo la trompeta a mi vecino. No descansa, Mari Pili. Noche y día y así llevamos tres meses.
-¡Oh, qué bueno! Música en directo. ¿Y qué toca, Lola?
-Cumpleaños feliz… Día y noche.
-Qué hombre más sentido, ¿verdad?
-Sólo tengo que hacer una cosa…
-¿Qué, Lola?
-Subir un piso, llamar y cuando abra la puerta tocándome el cumpleaños feliz, voy y le meto la trompeta por el culo.
- Anda, Lola, que como tu vecino padezca de gases, os toca el cumpleaños feliz en estéreo.
-¡Calla! ¿Le oyes? Siempre igual, siempre… Te juro que se la meto por el culo.
-Ah, pues no suena mal.
-El principio lo tiene dominado, pero al tercer do menor comienza… Escucha, escucha, Mari Pili.
-Ay, sí, cómo desafina, Lola, es verdad.
-Decidido…
-¿Decidido el qué, Lola?
-Se la meto por el culo.
-Lola, basta ya de ser grosera.
-¿Grosera porque quiera meterle la trompeta por el culo? ¿Qué quieres, que enloquezca?
-Ya estás majareta, no pongas por excusa al trompetista.
-Pepe ya no viene a dormir. Se queda en la funeraria. ¿Ves? El disfruta del silencio de los muertos y yo los desafines del trompetista… No es justo. Oye Mari Pili…
-Dime Lola.
-¿Y si me compro una pandereta?... O una zambomba, casi ya estamos en navidad.
-¡Qué divertido! Yo si nos compramos la cornamenta de venado que se enciende y se apaga que venden los chinos te acompaño. Hay que ir decorada. Por cierto, Lola, ¿a dónde vamos a ir?
-A casa del trompetista.
-¿Vamos a formar orquesta con él, Lola?
-No. Se lo metemos todo por el culo.
-Hija, qué reiterativa eres.
-Igualita que el trompetista Mari Pili.
-¿Habéis pensado en decirle que entrene menos horas? Hay que conciliar con la vecindad. Buenos modales, diálogo y cortesía.
-Hemos hablado con él y no hemos conseguido nada… Se la meto por el culo. Se me ha acabado la cortesía… Y no me seas cursi, Mari Pili, pareces el libro de la buena educación.
-Lola, sé de lo que hablo. Hace años yo tuve un problema parecido… con un pianista.
-No, no me compares, Mari Pili. Meter por el culo un piano es imposible, pero sí posible una trompeta. Espérate que subo…
-Quieta ahí, Lola. Que vaya otro.
-¿Quién va a ir, Mari Pili? La gente prefiere quejarse a ir y montar el pollo.
-Bien, tranquila. Ya es casi navidad.
-¿Y? ¿Crees, acaso, que mis instintos los pierdo por navidad y que seré una buena vecina e incluso subiré, le daré un abrazo, le felicitaré las pascuas y…?
-¡Genial, Lola! ¿Ves? La navidad transforma a la gente.
-Sí, es verdad. También le haré un regalo.
-¿Sí? Qué guay, ésta es mi Lola.
-Sí, y después de felicitarle la navidad, le meteré por el culo la trompeta.

domingo, 16 de noviembre de 2008

LOLA Y EL NUDO MÁGICO

-Lola, Lola, por favor, no sigas tirando que te ahogas.
-No puedo, Mari Pili, me muero.
-Pero pare, señora… Hay mujeres brutas, ahora como usted, no he visto.
-Mi amiga no es bruta, cuidadin con lo que dice. Sólo es que las luces iluminadas no son para ella. Funciona a medio gas.
-Quitadme esto… Ay que no entra ya aire en mi garganta.
-¿Pero ha visto lo que ha hecho con mi bufanda su amiga? Está hecho un higo. Ésta me lo paga.
-Que me muero, que me muero y no pago.
-Calma, Lola. Despacito te voy a ir quitando los nudos. Tú, tranquila…
-Me muero, despídeme de mi familia, Mari Pili.
-Anda, calla y estate quieta.
-¿Su amiga quieta? Ésa se va a remover aunque esté debajo de cien kilos de hormigón.
-Como salga de este lío en el que me ha metido el fulano de las bufandas, se va a enterar quién es Lola… Me ahooooooooooogo, Mari Pili.
-Mira que te doy un garrotazo, Lola. Que te estés quieta.
-Pepe que me muero, ay mi Pepe que triste se va a quedar…
-Deja en paz a Pepe y a ver, ¿dónde está tu mano izquierda?
-Se me hizo un nudo entre la garganta y la puta bufanda. Que me muero, que no respiro…
-No es bufanda, es una pasmina y encima de seda y te la has cargado.
-Pero la que se ahoga soy yo, Mari Pili.
-… Ya casi está, tres nudos más y volverás a la vida.
-No, imposible. Tengo la nuez espachurrada.
-Las mujeres no tienen nueces. Son los hombres.
-Pues serán los ovarios que se me han subido a la garganta. ¡Ay! Qué tirón me has dado.
-Quieta que se me han enredado ahora los pelos.
-¿Mari Pili, por dios, cómo me voy a morir calva? ¿Qué va a decir la gente?
-Tranquila, te pondré una peluca.
-¿Qué, cómo va el lío de su amiga? Me han espantado a la clientela. Nadie quiere comprar mis nudos mágicos.
-Por cierto, buen señor, me falta el último paso para que quede tan mono como lo lleva usted. ¿Cómo es?
-Mire señora, cuando llegue el brazo izquierdo alrededor de su cuello, pone el dedo enano tieso y…
-Que me muero, que me ahogo y nadie me hace caso, ¡auxilio!
-Cállate un momento, Lola, aprendo el último paso para ponernos la pasmina graciosamente como este buen señor.
-¿Y yo? ¿Y si me muero, Mari Pili?
-Tranquila, una vez muerta, te corto la cabeza, te quito la pasmina, te pego la cabeza y te vuelvo a poner la pasmina elegantemente. Pero ahora calla… Siga buen señor, ¿una vez que tengo el dedo tieso, qué hago?
-Por caridad, que alguien me corte la cabeza, me muero…
-El dedo izquierdo la indicará el agujero por donde…
-Por caridad, que alguien me mate y me quite esto del cuello, me ahogo.
-Señora, mate a su amiga y le sigo enseñando.
-Usted siga, ni caso. Muerta seguiría hablando, así que, ¿para qué la voy a matar?
-…Bien, bien. Ya está, ¿ve que es muy sencillo?
-Ay queda monísimo, es verdad. Mira Lola… ¿Lola? Buen señor, que mi amiga se ha desintegrado. No está.
-Ay, ay, ¡socorro! Un gato me está mordiendo las piernas.
-¡Socoro, socorro! Que al señor de las bufandas le muerde un gato las piernas, ¡ayuda, ayuda!... Tranquilo, señor bufandero, le voy a ayudar yo… Lola, ¿qué haces ahí abajo?
-Defenderme de ratas como vosotros.
-Pero, ¿has visto cómo le has dejado las piernas al señor de las bufandas?
-Y, ¿cómo me ha dejado él con sus nudos mágico?
-Tranquilo, señor bufandero, ya he espantado al gato… Lola, lárgate de aquí antes que llegue la policía y el 112… ¿Cuánto le debo, buen señor?
-Nada, nada, llévese al gato de su amiga.
-Vamonos, Lola… Y me vas a escuchar.
-Sí, sí, pero ¿me enseñarás a hacerme ese nudo tan bonito, Mari Pili?
-No.

martes, 11 de noviembre de 2008

LOLA Y LA VIRGINIDAD

-Mari Pili… ¿te puedo hacer una pregunta íntima?
-¿A estas alturas del partido, Lola? Pues claro, hija, pregunta que ya te contestaré lo que me dé la gana.
-Ah, no, Mari Pili, quiero sinceridad absoluta.
-Anda, dime…
-¿Eres virgen?
-¿Que soy qué? ¿Ya volvemos a las andadas, Lola?
-No te vayas por las ramas, Mari Pili y contéstame.
-¿Me ves con cara de virgen?
-Hija, te miro y te veo estupenda…
-¿Es que las vírgenes tienen buena cara? Yo, Lola, creo que justamente las vírgenes son las que tienen cara de vinagre. La recesión en ellas las aplasta.
-… Mari Pili es que yo creo que soy virgen… aún.
-Lola, la cabeza desde luego nunca la has usado. Vamos, la tienes sin estrenar.
-¿Ves Mari Pili? Lo sabía.
-¿Sabías el qué?
-Pues que soy virgen…
-Lola, entonces, tus hijos han venido por generación espontánea. Llegaron las semillitas de Pepe volando, volando y ¡Voilá!, germinaron en Lola, ¿no?
-Pues habrá sido así, yo qué sé, Mari Pili. Pero insisto, me noto virgen.
-Mujer, la cara la tienes últimamente muy avinagrada… Sí, sí, vas a ser virgen.
-Ay, Mari Pili, ¿y qué hago para dejarlo de ser?
-Yo qué sé, vete a una esquina en un día de viento. Sin duda eso es fulminante.
-¿Sí? ¿Qué esquina me recomiendas?
-Lola… ¿Sabes una cosa?
-¿Qué, Mari Pili?
-Por mucho tiempo que pases con una persona, y yo lo paso contigo, nunca terminas de conocerla.
-¿Me estás diciendo que no me conoces, Mari Pili, después de tititantos años juntas?
-Pues no, Lola. Acabo de descubrir que eres muy, pero muy gilipollas. ¿Cómo, puñetas, vas a ser virgen con los años que tienes? Lola, por dios…
-La edad no tiene nada que ver, Mari Pili, ya ves a Santa Eufrasia, virgen y mártir con noventa años.
-¿Tienes contactos con algún varón, Lola, por ejemplo con Pepe García?
-…
-Lola contéstame.
-Sí, ya voy… He de decirte que eso que me preguntas sólo se lo podría responder a mi director espiritual.
-Ah… Lola, ¿desde cuándo tienes un director en tu vida?... Lola, ¿y por qué yo no lo tengo?
-Porque yo soy una descabezada, hija, y necesito que alguien me dirija al redil porque si no, enseguida armo el belén. En cambio tú pues…
-¿Pues qué, Lola?
-Oye Mari Pili, ¿qué fue de tu primo el funambulista de guiones porno?
-¿Eh? No me has contestado Lola y te vas por los cerros de Numancia.
-¿Tú crees que nos contrataría, Mari Pili?
-¿Pero de qué me hablas ahora, Lola?
-Hablo de tu primo.
-¿Por qué me hablas de mi primo cuando estábamos hablando de tu director? Vuelves tarada hasta la Virgen santísima.
-Ahí, ahí voy, Mari Pili. Tú no tienes director y el mío ya no me hace caso. Me ha dado por perdida.
-¿Y mi primo el funámbulo tú crees que nos arreglará, Lola?
-Quizá conozca algún director que saque de nosotras todo el erotismo que tenemos taponado… ¿Tú qué crees, Mari Pili?
-Lola ya veo los carteles de celuloide con el título “Las vírgenes destaponadas”
-Yo creo que si me viera erótica, se me quitaría el atasco virginal, Mari Pili.
-Vamos a ver Lola, ¿tú qué necesitas, un deshollinador o un fontanero?
-Mari Pili no me tomas en serio…
-Ya que lo dices, Lola, no, no te tomo en serio o me llevarían a un psiquiátrico. ¿Sabes cuál es tu problema, Lola?
-¿Cuál, Mari Pili?
-Esa fajas que te pones que te cortan hasta las ideas.
-Cómo se nota que tú no tienes carnes. Disecada, más que disecada. ¿Qué quieres, que vaya con mis chichas bailando por ahí? Que una es muy honrada y muy limpia, ¿eh?
-Lola quítate ahora mismo la faja.
-¿Ahora mismo? Mari Pili estamos en la calle.
-Me da igual… Mira, vamos a ese portal… venga, quítatela.
-Ay, ay, ay, ay qué placer, Mari Pili. Si hasta puedo respirar…
-¿Quién anda por ahí? ¡Qué vergüenza! Dos viejas haciendo guarradas en mi portal. Ahora mismo llamo a la policía. Vengan, no se escapen, guarras más que guarras…
-…Lola corre que vienen a por nosotras.
-No puedo ir más deprisa, mis carnes van en distinta dirección que nosotras.
-Ponte la faja que nos alcanzan, Lola.
-¿Me lo dices ahora? Se me olvidó en el portal… Ay, Mari Pili, cómo se entere mi Pepe, me vuelve a poner virgen, pero de las de verdad… Ay, maldita sea mi estampita…

jueves, 6 de noviembre de 2008

LOLA Y LOS PENDIENTES DE MARI PILI

- Lola, ¿qué te parecen estos pendientes?
- Ay, uy, humm…
- Lola, ¿qué te pasa? Te has quedado pálida.
- Mari Pili es que son justamente los pendientes que buscaba. Son divinos.
- ¿Y desde cuándo tú querías unos pendientes, Lola? ¿Desde que me los has visto puestos?
- Sí, claro
- Lola, ¿cuándo vas a tener personalidad?
- Mientras pueda, nunca, Mari Pili. Se me gasta, ¿y qué hago?
- ¿Se te gasta el qué?
- La personalidad. Tú tienes mucha, te sobra. Además, ¿para qué voy a pensar si ya piensas tú?
- Claro, es que también se te puede gastar el pensamiento, ¿no?
- Efectivamente, Mari Pili, Venga, pide dos pares de pendientes iguales y nos vamos a otro puesto.
- ¿A qué?
- A que te compres otra cosa y yo te copie.
- No, sólo hay estos pendientes y son para mí.
- ¿Cómo que son para ti? ¿Y para mí?
- No hay más. Yo los vi primero.
- Mari Pili, Mari Pili, no me enciendas el termostato. Los jugamos a los chinos.
- Que no me juego nada. Son míos… Mira qué pulserita más mona, cómpratela.
- ¿Y tú no te la compras?
- No, Lola, no. Yo quería unos pendientes y ya los tengo.
- Pues yo tampoco me la compro… ¡Eh! Lagarta, ¿dónde vas con esos pendientes? Son de mi amiga. Suéltalos o te doy un puñetazo
- Disculpa es que los vi ahí encima y…
- Lola, tranquila, no hace falta que te pegues con nadie. Vamonos, vamonos…
- Estos pendientes son de mi amiga, repito por última vez. Lo que pasa es que es muy pesada hasta que se decide, pero son suyos
- ¿Quién es pesada, Lola? Dime…
- Los pendientes no son de nadie, Señora. De momento nada más que míos. Usted no los ha pagado todavía.
- ¿Es que se piensa que mi amiga no los iba a pagar? Mi amiga es muy honrada y muy limpia.
- Lola, por dios, vamonos de aquí.
- Calla, Mari Pili y saca el fajo de billetes para que vean lo rica que tú eres… Y tú, lagartona quieta ahí con los pendientes.
- Lola, por favor, padeces desequilibrios hormonales. ¿Me quieres decir de dónde saco el fajo de billetes?
- Saca el metro bus, eso impresiona mucho.
- ¿Señora paga o no paga?
- Claro que vamos a pagar. Insisto que mi amiga es de rancio apellido.
- Y tan rancio, Fernández en España estoy yo y después de mí, un par de ellos más
- Señora Fernández pague los pendientes y llévese a la petarda de su amiga de mi puesto de una puta vez.
- ¿Qué mi amiga es una petarda? ¿Qué la Lola es una pilingui? Mire que le parto la cara…
- dale, dale, Mari Pili, venga saca colmillo.
- Que se vayan, coño, que se vayan de mi puesto ahora mismo.
- Mari Pili, ¿has visto? No quiere vender con la crisis que hay.
- Lola, Lola…
- Buen Señor, vamos a zanjar el asunto como gente civilizada, no merece la pena. Déme los pendientes y no le denuncio.
- ¿Cómo dice, Señora? Me cago en mi estampa, qué se largue o la doy un estacazo.
- Lola, vamos, vamos…
- Déme los pendientes y me voy. Mire qué carita se la ha quedado a mi amiga, ¿No le da pena?
- Tome los putos pendientes y váyase y como la vuelva a ver la, la la…
- … Ya, corre Mari Pili…
- Lola, ¿pero has visto la que has preparado?
- No consiento que nadie te quite los pendientes, Mari Pili… ¿Cuándo me los vas a prestar?

domingo, 2 de noviembre de 2008

LOLA Y LOS DIFUNTOS

- Lola, guapa, llevo media hora esperándote. Estoy como un cubito de hielo.
- Pues te aguantas. Vengo de hacer servicios sociales.
- ¿Te has apuntado a una ONG?
- Vengo de estar con mi madre y mi tía Lola, ¿te parece poca ONG? Traigo la cabeza como un encaje de bolillos.
- ¿Y dónde habéis estado?
- Venimos de admirar tumbas… Necesito un cubata urgentemente.
- Sí, sí, vamos… Oye, Lola, ¿y qué hacíais en un cementerio?
- Pues me preguntaron por la salud de IBEX 35 y de una cosa a otra, nos llevó a los difuntos.
- ¿Pero tu madre y tu tía Lola saben quién es el IBEX?
- Ahí está lo malo, Mari Pili, que han oído casquillos y no saben en dónde y creen que el IBEX va a perjudicar sus míseras pensiones.
- Pues no van descaminadas. ¿Y qué te preguntan del IBEX, Lola?
- Sus fluctuaciones, que si el Euribor también cotiza en el IBEX, que si éste ha entrado en el mercado americano y qué opina Obama sobre la recesión del IBEX sobre el Euribor y a cómo cotiza la peseta en el mercado intercambiario… Vamos, dime tú si esto es una conversación para dos ancianas que no se aclaran con el euro y siguen midiendo las cosas en pesetas y lo que es peor, Mari Pili, piensan que la peseta está viva y la tiene secuestrada el kukus clan.
- Vaya papilla que tienen las pobrecillas en la cabeza.
- Ni una batidora se la hubiera agitado mejor, Mari Pili.
- Así que las he llevado al cementerio.
- … A enseñarlas la tumba de la peseta…
- No, bruta. A poner flores a nuestros difuntos y se lo han pasado bomba discutiendo.
- … Porque una quería morir antes que la otra…
- No, animal. Porque una dice que quiere una tumba sencilla, y la otra quiere ángeles alados y flores de plástico para que la duren todo el año.
- ¿Flores de plástico?
- Sí, porque dice que yo como no voy a ir nunca a verla, al menos tendrá flores siempre.
- Qué animada tu madre.
- En su línea, Mari Pili… Y me han artado.
- ¿Las has matado?
- Mari Pili, me consumes la paciencia… Las he llevado a la tumba del IBEX para que se callaran un rato.
- ¿EL IBEX está enterrado en el cementerio de Valladolid? Qué importantes somos, Lola… Lola, ¿se ha muerto ya el IBEX?
- ¿Cómo se va a morir el IBEX, Mari Pili?
- Entonces… Lola, no entiendo nada.
- No hace falta, Mari Pili. Es una metáfora. Vi una tumba muy floreada y campanuda y para que se callaran un rato, les dije que allí estaba enterrado el IBEX… Se pusieron a llorar. La cagué Mari Pili, la cagué. No tenían consuelo.
- Pobrecillas son impresionables.
- No Mari Pili. Hasta hace un mes, el IBEX les importaba un bledo, es más, estoy convencida que lo único que sabían de él es que era alguien famoso, no más… Y de allí venimos.
- Claro, de la tumba del IBEX.
- No, Mari Pili, de encargar una novena para sus tristes pensiones.
- ¡Jesús! Pobres mujeres, están de atar.
- … Mari Pili, en confianza, ¿tú crees que cuando yo sea de su edad seré igual?
- No, Lola, tranquila… Serás peor.