
-Mi larga experiencia me dice que tú tienes las siete vidas de gato sin estrenar, Mari Pili.
-Lola tú no eres médico.
-Entonces, ¿para qué puñetas me preguntas?
-Para que me digas cuándo me voy a morir. Estoy muy malita.
-Aquí el único que se muere es el año. Voy a por las uvas.
-Lola si yo no puedo comer. Tengo el suero puesto.
-Tranquila, meto el zumo de las uvas en el suero.
-Oye, cuando me muera si Paquito se fija en una pelandusca, le metes un garrotazo.
-¿A quién Mari Pili, a él o a ella?
-A Paquito… Lola me ahogo…
-Espera que te enchufo un poco esta bombona. No sé para qué es, pero tiene buena pinta.
-No me enchufes nada que me matas. Llama a la enfermera.
-¿No te sirvo yo?
-Me muero Lola. Necesito alguien que sepa.
-Si es de muertos, llamo a mi Pepe.
-Quiero un médico que me diga.
-Que te diga, ¿el qué?
-Cuánto me queda.
-A ti mucho. No hay más que verte, estás como una pasa, pero mira la máquina del corazón qué ritmo de salsa tiene. ¿Le doy un poco más de marcha?
-No toques nada, Lola. No entiendo cómo Paquito me ha dejado en tus manos. Quiere quedarse viudo. Mal hombre…
-Oye, oye, ¿a qué me voy?
-No te vayas, quiero pasar al otro mundo con alguien conocido. Más vale malo conocido.
-Entonces, Mari Pili vamos a ver morir al año.
-Que la que se muere soy yo, Lola.
-Tú no te mueres, Mari Pili. Estás hecha una mierda, pero sólo es una piedra en el camino.
-Si no respiro, Lola.
-Pues te ponemos unos pulmones nuevos y ya está. En cambio mira el año, pobrecito, está decrépito, Mari Pili. Éste se nos muere y el cabrito nos pone un año más a ti y a mí.
-Lola, ¿no me voy a morir?
-De momento no.
-¿Quién te lo ha dicho?
-Dios. Tengo línea directa con Él y me ha dicho que no hay sitio para ti. Me ha dicho, además, que te cuide yo y en un par de días estás como una moto. Oye, ¿si te enchufo este cable a la cabeza? Quizá te reactive el ánimo.
-Quieta ahí, Lola. Es que veo que me matas. Llama a una enfermera.
-¿Pero para qué si estoy yo?
-Porque quiero vivir, Lola. Vete un rato con el de la cama de al lado. Ése sí que está fatal.
-A ver… Uy, para mí que está frito. Las máquinas no funcionan. Creo que por ese yo no puedo hacer nada, pero por ti sí.
-No me toques nada, Lola. Llama a Paquito.
-¿Para qué, Mari Pili? ¿Le quieres pedir perdón?
-¿Yo, perdón? He sido una esposa ejemplar.
-Ya, pero nunca le has valorado sus paellas y estaban muy ricas. Y si te mueres, has de pedirnos perdón a todos. Anda, comienza a ensayar conmigo. Di “Lola perdóname, nunca te valoré lo suficiente”
-No pido perdón porque no me muero.
-Pero si no respiras, Mari Pili. Mira, mira, por este lado ya te estás quedando descolorida. ¿Te pinto un poco? Más que nada porque seas una muerta esmirriada, pero guapa.
-Lola saca las uvas.
-Espera que las espachurro un poco y te las pongo en el suero. Voy…
-Quieta, Lola. Te tomas tus uvas y las mías. Yo te voy dando las campanadas.
-Pero, ¿cómo me voy a comer veinticuatro uvas? Entonces la que se ahoga soy yo. Sabes que soy muy patosa... Pécora, mala amiga.
-En la mandíbula izquierda metes tu uva y en la derecha, mi uva.
-Yo soy de derechas, Mari Pili. Tú, la izquierda y yo, la derecha.
-Yo soy de derechas, Lola. Este es un acto de amor hacia un amigo que se muere. Tú las uvas te las comes en la izquierda y las mías en la derecha.
-Y una mierda. Vamos a hacer una cosa. Me las como todas con la mandíbula derecha. Venga comienza, Mari Pili..
-Doce… Once…
-Para, Mari Pili. ¿Por qué comienzas de atrás hacia delante?
-Bueno, da igual. Comienzo de nuevo… Una… dos… Tres… Cuatro…
-Para Mari Pili, que me atraganto… Tengo aquí un lío de uvas. Me sobran como treinta y tres por lo menos.
-Si son veinticuatro. Doce por cada una, Lola.
-Ya, pero estaban de oferta, Mari Pili, y me han dado más.
-Lola no me alteres que la enferma soy yo. Venga, continúo… Cinco… Seis… Siete… Ocho.. Nueve… Diez… Once yyyyyyyyy DOOOOOOOOOOOCE ¡Feliz año 2009!… ¿Lola?… ¿Lola? ¿Lola dónde estás?
-Aquí, debajo de la cama, aún en el 2008. He perdido una uva y la estoy buscando. Di al 2009 que me espere un momentito que ahora voy.