sábado, 11 de enero de 2014

LOLA, MASTER CHEF

-Buenos días Lola…
-Corazón de repollo, buenos días… Siéntate donde puedas.
-¡Jesús, qué cocina! Se puede saber qué estás haciendo, Lola…
-Cocina de autor, Mari Pili, pero llevo sietes horas y no se me logra.
-Ya, ¿y qué es lo que pretendes cocinar?
-Merluza rellena de cochinillo con pasas, muchas pasas, plátanos, melón, piña, y para que se animen todos los ingredientes, lo remato con un par de botellas de orujo.
-¿Y pretendes meter todo eso dentro de la merluza, Lola?
-No, no, por supuesto que no. Las botellas de orujo las dejo que floten.
-Ya… Lola, ¿te has parado a pensar por una puta vez?
-No, ¿para qué? Menudo dolor de cabeza. Con mi sensibilidad creativa, Mari Pili, es suficiente.
-¿Pero te has dado cuenta, Lola, que no hay diálogo entre la merluza y el cochinillo?
-¿Y para qué quieren hablar? Yo desde que dejé de hablar con mi Pepe nos va todo sobre ruedas.
-Ya… ¿Pero te has dado cuenta el tamaño de la merluza y el tamaño del cochinillo?
-Sí, ese es el problema. La merluza pesa tres kilos y el cochinillo 28.
-¿Y si tratas de meter la merluza en el cochinillo, Lola?
-Sí, tienes razón, así el melón, la piña, los seis kilos de plátanos, estarán más holgados.
-Por cierto, ¿qué has hecho a las orejas del cochinillo?
-Las fui a poner unos pendientes para que fuera como el roscón de reyes que al partir la merluza pues cortara el cochinillo y al que le tocara la ración si le tocaba una oreja, le tocara un pendiente. Claro que con un pendiente no haces nada y, como además, al ir a hacer el agujero rompí la oreja al pobre cochinillo, decidí entonces que como este año se llevan las orejas recortadas, están muy de moda, pues le corté las orejas y le puse los pendientes en la nariz, muy hippy, mira, mira qué monada.
-Lola, ¿te encuentras bien?
-¿Yo, Mari Pili? Divinamente… Por cierto, ya que el cochinillo va por fuera y la merluza dentro, ¿Pongo un lacito rosa al rabo del cochinillo?
-Looooooooooooola…

-Hija, no me chilles que me irrito. Tranquila no pongo el lazo, pero lo que sí voy a poner son unas aletas celestes en la cola de la merluza…, como sorpresa, como el roscón… Claro que al cochinillo definitivamente no sólo voy a poner el lazo rosa sino, también, una corona… Mi sello personal, Mari Pili… muerto y sencillo.

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