miércoles, 5 de agosto de 2015

LOLA TRABAJA

-¿Mari Pili Fernández, por favor? Soy Maria Dolores García de TutoBank.
-¿De dónde dice?
-TutoBank, señora. Vendemos todo, como si quiere la silla en la que estoy sentada.
-¿Lola?
-Sí, llámeme Lola, si lo desea, pero por su hijo Luisito, cómpreme algo…, un poquito de por favor.
-Lola, ¿eres tú?
-Coña, que sí, pero no me puedo salir del guión que me echan, señora Mari Pili.
-¿Pero de dónde, demonios, me llamas? ¿En dónde te has metido?
-Me ha salido una sustitución de verano en un mercadillo telefónico, señora Mari Pili. ¿Qué quiere comprarme? Tengo lechugas, mesas, medias, fondos garantizados, cubiertos, depósitos, tomates... Dígame.
-No quiero comprar nada, Lola... Si no sabes vender, Lola, por Dios…
-¿Cómo que no sé vender Doña Fernández? ¿A qué no me compras una bicicleta sin ruedas?
-Pues no.
-¿Y por qué, Doña Bruja?
-Porque no me sirve para nada, Lola, guapa... Y no me llames bruja.
-Pero siempre será una bicicleta que pese poco, cuantos menos chismes…
-Pero inútil. ¿Para qué la quiero?
-Un detalle para su amantísimo esposo, Don Paquito. Con este obsequio tan obsequiado no se romperá ni un hueso.
-Entonces, sí que no me interesa. ¿Para que quiero una bici si no se le puede abrir la cabeza a mi Paco? No quiero, corto, cambio.
-Ehhhh, Doña Usted no me cuelgue. ¿Para que quiere el adminículo en concreto? ¿Quiere asesinar limpiamente, deteriorar, rematar...? Dígame querida clienta, Tuto tiene tuto tipo soluciones.
-Yo quiero que se escabeche un poco y cobro el seguro. Pero sólo un medio escabechado.
-¿Escabechado entero no le darán más, Doña Fernández?
-Sí, ya, pero después de escabechado, ¿puedo descabellarlo?
-¡Joder!, usted es una mujer a lo bestia, Doña Escabeche. Después de hacerle papilla al pobre Don Paquito, lo quiere estocar como a los toritos... Qué fuerte, ¿no? No creía que estuviera usted tan desesperada.
-Looooooola... Quiero cobrar el seguro, pero que mi Paco vuelva luego a sus orígenes.
-Ahhh... ¿Y cuáles son los orígenes de Don Paco?
-Un macho ibérico.
-Ahhh... Tengo una vajilla por un precio excelente.
-¿Y para qué quiero una vajilla si tengo sesenta?
-Es usted exagerá para todo Doña cómo se llame. La vajilla que le ofrezco es para que se la tire a la cabeza a su santo Paco.
-¿Y para qué quiero yo tirársela a la cabeza?
-Anda ésta, ¿pero no dice que le quiere abrir la cabeza para cobrar el seguro por defunción aparente? Se la abre usted sin que deje de ser macho, de los machos ibéricos, ya sabe. La vajilla es tan mala que logrará hacerle agujeros suficientes.
-Sí, claro... Lola...
-Dígame Doña Reverencia, en qué puedo servirla a usted, a la patria y al rey.
-Soy Mari Pili, no Reverencia... Oye...
-...Oigo... Lo de Reverencia se me ha escapado. Lo que quería era hacerle un saludo a lo japonés. Queda muy oriental la venta.
-Lola... Te van a echar del trabajo. Vete tú antes.
-Y un jamón, no me voy. Si no me salgo del guión, Doña Crisantemo, no me echan.
-¿Ahora Crisantemo?
-A ver, es usted una ceniza y... para las cenizas, crisantemos de muerto.
-Lola, te cuelgo.
-Nooooooo, que paga la llamada TutoBank.
-Ah, bueno, si Tuto corre con los gastos sigue vendiéndome... ¿Has mirado si te puedes llevar algo debajo del refajo?
-Sí, pero nada. Todo está marcado como las vacas y, además, me he quitado la faja, hace mucho calor y no me queda sitio dentro del vestido.

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