miércoles, 25 de febrero de 2009

LOLA Y UNA PARTIDA DE CARTAS

-¡Hola, dígame! Residencia de la familia García…
-Hola.
-¿Paquito? Paquiiiiiiiito, qué alegría oír tu voz. Fíjate que me había dicho Mari Pili que estabas afónico. Claro, como no paras de hablar, te pareces a las máquinas a pleno rendimiento. Pero, ¿sabes?
-¿Qué?
-Que Mari Pili es muy exagerada. Además, no comprende a los que tenemos tanto que manifestar como tú y yo. Y luego como somos gente con opinión tan fundamentada pues ella tiene envidia. ¿Qué opinas?
-Si usted lo dice, será así.
-Paquito, ¿por qué me hablas de usted? Siempre has sido un antiguo, pero ¡hombre! Que entre tú y yo hay confianza.
-Si usted lo dice, así será.
-Ay que perra con llamarme de usted. Bueno, da igual, sabes que soy muy tolerante… Bueno, que no hemos comentado las últimas movidas políticas. ¿Te has dado cuenta cómo y de qué manera más vil nos están acorralando? Los sociatas nos quieren machacar con la buena gente que somos. Ahora, yo como Iker Casillas ¡Me siento segura aaaaaaaaaaaaa! ¿Y tú?
-También.
-Paquito, qué poco locuaz estás hoy. Otras veces vienes con la caja de las tiritas para cerrarme la boca y hablar tú y hoy te noto raro, raro. ¿No te habrá hecho nada el juez ése, el que nos quiere meter en chirona como siga así a todos los que hemos votado al PP, verdad?
-Pues no.
-Entonces Paquito, ¿qué te pasa?
-Es que no soy Paquito.
-Anda, leñe, ¿y quién eres?
-Mariano.
-¿Qué Mariano?
-¿Y a usted que le importa, Señora?
-¿Y por qué no me lo ha dicho y me deja que ponga verde a todo el que pasa? Usted además de cotilla es un fresco.
-Oiga señora, yo llamaba para hablar con mi amigo Antonio sobre la partida de mus que vamos a jugar, y me sale una cotorra hablándome sobre el sexo de los ángeles. ¿Qué quiere que haga yo entonces si no me dejaba meter baza?
-Es usted un capullo.
-Y usted una facha.
-Y usted un rojo.
-Y a mucha honra, Señora, que donde tiene que estar usted es, es… Por cierto Señora, ¿sabe jugar al mus?
-Pues no. Sé jugar al tute, a la oca y al parchís.
-Lástima, nos faltan dos compañeros.
-Tranquilo, vamos Mari Pili y yo. ¿Dónde quedamos?
-Señora, si me acaba de decir que no sabe jugar al mus.
-¿Y qué? ¿Y por eso no vamos a jugar?
-Váyase usted al cuerno Señora ¡Adiós!
¡Uy!... Me ha colgado, qué gente más rara hay por el mundo.

viernes, 20 de febrero de 2009

LOLA Y LA GUITARRA

-La madre que me parió, que estreñida se quedó, leñe… Si es que no me sale una a derechas
-¿Te salen a izquierdas, Lola?
-No me salen y punto, Mari Pili… Este Pepe termina conmigo.
-¿Qué ha hecho? Pobrecillo, le exiges demasiado.
-¿Qué le exijo demasiado? No sabes lo que me cuestan sus clases para que luego le echen… Y la que tiene fama de descabezada soy yo.
-¿De dónde le han echado a Pepe? ¿Está en paro? ¿Ya no entierra muertos?
-Primero, mi Pepe a la única que va a enterrar es a mí como no se enderece. Segundo, mi Pepe no está en paro y si se les ocurre a los de la funeraria echarle a la calle, les mato de un golpe seco y la que entierra muertos soy yo. ¿Entendido Mari Pili?
-Entonces, ¿de dónde, coño, le han echado?
-… Mari Pili no digas tacos. Eso es propiedad intelectual mía.
-Lola…
-Dime Mari Pili.
-¿De dónde han echado a Pepe?
-¿Sabes Mari Pili que eres un poquito mucho cotilla?
-Lola vete a la mierda.
-Me voy, Mari Pili, pero antes escúchame. Estoy rabiosa, atascada de coraje, Necesito escupir mi impotencia
-¿Has probado a tomar supositorios por vía oral, Lola?
-Mari Pili nunca te lo he confesado, pero tú eres un supositorio para mí. Es verte y echo todo. Me quedo como nueva.
-Mira Lola me ha dicho de todo en esta vida, pero lo de supositorio es muy tomate, no sé si tomármelo como una ofensa.
-Un piropo, Mari Pili. Un buen amigo es siempre el mejor supositorio desatascador de mentes agobiadas a punto de morir por ebullición de agentes torturadores.
-…Y en mi posición de supositorio desatascante de tripas mentales serías tan amable de decirme de una puñetera vez de dónde han echado a Pepe.
-De clase de guitarra Mari Pili… Con lo que me ha costado que me lo admitieran. No hay derecho.
-Oye, ¿y qué hacía Pepe en una clase de guitarra? Porque virtudes tiene, ahora a soso no hay quién le gane.
- Pensé, Mari Pili que como la música amansa a las fieras, sería una excelente pócima para mi Pepe y va él y, primero rompe las cuerdas de la guitarra… Y luego la guitarra… le han echado y, encima, me han advertido que no vuelva a intentar matricularlo.
-la fuerza incontrolada que tiene en sus manos… será animal el tío.
-No sé si animal, pero le había comprado por correspondencia una guitarra y a ver qué hago yo ahora con una guitarra. Es capaz de correrme a boinazos con ella.
-Toca tú la guitarra y Pepe que toque las palmas con sus manazas.
-Mari Pili, con lo bruto que se está volviendo es capaz de romperse las manos y menudo matrimonio íbamos a ser, yo sin cabeza y él sin manos…
-Como sois tan raros, es como veros de carnaval todo el año… Venga, Lola, toca por soleares mi arma…

domingo, 15 de febrero de 2009

LOLA Y LA LECTURA EN SOPA

-Pepe…
-¿Qué, Lola?
-Esto no puede seguir así. Me muero en un mar de sopa.
-Pues deja de tomar sopa.
-¿Cómo voy a dejar de tomar sopa, Pepe, si tú por semana me traes una docena de sobres de sopa?… Mira a Peluche, se le está quedando cara de fideo.
-En la nota de la compra me ponías la palabra sopa.
-Pepe, eso fue hace más de un mes. Se me había acabado la lectura y te dije que me trajeras más sobres de sopa. Y desde entonces no has parado. Encima me los traes repetidos. ¿Así cómo voy a ampliar mi mente?
-Lola, ¿pretendes decirme que tú sólo quieres los sobres de sopa para leer?
-…Entre otras cosas, Pepe. Mientras la gente hace sopa y se la come tirando el sobre a la basura. Vosotros os coméis la sopa y yo reciclo el sobre en mi mente pero, claro, reciclar siempre lo mismo no es cuestión.
-Ya decía yo que tu encefalograma era plano.
-Oye, oye, encefalograma abultado, el mío es plano pero con fideos. ¿El tuyo, acaso, tiene fideos?
-Lola, esto es un diálogo para besugos. ¿Te has dado cuenta?
-¿Y qué quieres si eres un besugo con mente de enciclopedia? Al menos hablamos. He leído que hay matrimonios que después de un siglo juntos ya no se hablan, en cambio tú y yo…
-¿Eso lo has leído en un sobre de sopa, Lola?
-Vamos a ver, ¿tú te crees que sólo leo sobres de sopa? Pues no, estás muy equivocado. Mi mente ávida en conocimientos se lee, además, los discursos de los políticos. Pepe, no tienen desperdicio. Cualquier día me presento…
-¿En dónde? ¿A dónde, Lola?
-A política o, mejor, a ministra del ramo que haga falta. Es una profesión sencilla, sin complicaciones. Dinerito fácil. Sólo tienes que tener desparpajo, un gran rostro, y lengua sin destilar y ¡Hala! A vivir que son dos días. En un año, presidenta del gobierno… Mira, ahí con la excusa de ayudar a alguien, daré salida al armario lleno de sobres de sopa. ¿Qué opinas Pepe?
-¿Qué voy a opinar, Lola? Me dejas mudo.
-¿Ves? Tengo madera de política con estudios sobre la evolución de las letras en los sobres de sopa. Salgo en la tele, tú me preguntas lo que te dé la gana y yo, poniendo cara de llamarme Dolores, pero con gesto de Lola, voy y te cuento Alicia en el país de las maravillas o Pulgarcito. Entonces la prensa dirá…
-Calla, Lola, calla.
-Venga Pepe, no te enfades, te dejo que hagas de oposición. Ese papel lo bordas. Todo lo ves mal. Dime algo que haya hecho bien.
-¿Quién?
-Yo, Pepe. ¿Quién va a ser?
-Lola, sabes que no haces una a derechas.
-¿Ves? Eres la oposición perfecta. ¡Ah! Si no te importa, di que no hago una a izquierdas, ya sabes que soy del ala este.
-Lola, ¿no has quedado con Mari Pili?
-¿Me estás echando de tu vida, Pepe? Si es que tienes que trabajar, no te preocupes. Tú sigue con lo tuyo que yo hablo sola y me escuchas nada más porque he leído que escuchar es sanísimo y ayuda a la comprensión.
¿Y eso dónde lo has leído?
-En los sobres de supositorios… Cuando oigas rugir a tus tripas, algo tienen que decirte. Y en los sobres de sopa pone que observes y cuando el agua hierva, eches los fideos. Así que, Pepe mío, obsérvame o escucha mis sonidos. Lo que prefieras.

martes, 10 de febrero de 2009

LOLA ES UNA ESTUFA

-Lola, Lola…
-Pepe, si me vas a reñir por algo, no estoy… Que lo sepas.
-No. Oye…
-¿Qué?
-Los mocos se me están congelando.
-Muy interesantes tus experiencias pero, ¿no exageras? Te recomiendo que te pongas una bufanda.
-¿Una bufanda en la cama, Lola?
-Pepe, ¿tienes o no tienes frío?
-Soy una estalactita.
-Ponte calcetines y guantes. Ya verás qué calentito.
-¿Y si probamos a cerrar la ventana? Lola, ahí afuera hace tres bajo cero.
-Pepe, estoy enferma, y lo sabes.
-Lola estás como una manada de cabras. Ésa es tu enfermedad.
-Pepe estoy muy enferma. Me he convertido en una estufa. ¿Es o no es eso una enfermedad?
-¿Y si probaras a ir al médico a que te reconvierta en un congelador, qué tal?
-¿AL ginecólogo? Ni de coña. Cada vez que voy me insulta, me escupe exabruptos.
-¿Quién? ¿Marcelino?
-Sí, Marcelino, el hombre que me vendiste como el ser más delicado y educado del mundo. ¡La madre que le parió! Es verme y ¡hala! A soltarme que si tengo una edad, que si ya tengo unos años difíciles y, para colmo, va el desvergonzado y me pregunta los años exactos… Claro, está un poco despistado como cada vez le digo una edad pues…
-¿Y por qué no le dices la verdad?
-No me lo digo ni a mí misma, Pepe, se lo voy a decir a un tío que me llama vieja… Vamos que ni de coña, Pepe, como si piensa que me ha entrado la menopausia con diecisiete años.
-¡Que le dijiste que tenías diecisiete años, Lola?
-Sí, Pepe, si. Se me fue un poco de las manos y ahora es demasiado tarde. Ya no me acuerdo qué edad tengo como soy tan joven por dentro…
-Trae el DNI y lo vemos.
-No te gastes, está falsificado. He perdido el rastro de mí misma. Ni un perro de caza me encuentra.
-Tienes que admitir aunque me digas que tienes doce años, mentalmente tienes tres de eso estoy seguro, que te ha llegado la menopausia y con tus sofocos yo me estoy muriendo de frío.
-Vale, lo admito aunque no lo asumo. ¿Y tú, Pepe?
-¿Yo, qué, Lola?
-¿Qué es de tu pitopausia?
-Yo no sé si tengo pito o no, Lola, pero no te mato a frío.
-Pepe…
-¿Qué, Lola?
-¿A los hombres con la pitopausia perdéis el pito?
-Lola, antes decía que mentalmente tenías tres años. Ahora digo que no has nacido.
-Anda, coña, pues si no he nacido, es imposible que tenga la menopausia… Pepe, cómo te quiero.

viernes, 6 de febrero de 2009

LOLA ANALÍTICA

-¡Qué bueno es mi Pepe!
-Sí, Lola, es buena gente.
-Es muy buen cristiano, lástima que tenga esos ramalazos. Pero insisto, es un santo.
-Nadie es perfecto…, pero sí, es un santo.
-¿Sabes Mari Pili? Mi Pepe cada vez tiene el pensamiento más raquítico, pero es tan bueno, tan paciente… ¿Qué digo yo de paciente? No, eso no, no, no, vamos, ni de coña.
-Ya sabes que siempre ha sido un poco, poco tolerante.
-Mari Pili, no nos engañemos, ahora no tolera ni a un calcetín apretándole el zapato, pero es un ángel.
-¿Sí? ¿Tú crees?
-Mujer, creérmelo creérmelo, lo que se dice creer, pues no, pero en la vida hay que ver lo bueno. Lo malo dicen que se estampana delante de tus ojos y lo ves a la fuerza.
-¿Y si nos ponemos a ver otras cosas y dejamos la imagen del santo Pepe que descanse.
-Ay, Mari Pili, espera un poco que aún no estoy convencida del todo.
-Vale… Es un hombre cuya palabra fluye sin dificultad. Habla y habla.
-Tanto que no me deja contar mis cosas, Mari Pili. Cuando voy a pronunciarme, me interrumpe y dice lo que supuestamente iba a decir yo, que por cierto, no era eso lo que yo iba a decir, pero como es adivino pues…
-Pepe el divino
-Adivino, Mari Pili. ¿Tú ves a Pepe de divino? No me amueles …Se le está quedando la cabeza…
-Sin pelo, Lola. Está calvo. Desde luego tiene la ventaja de que la calvicie deja clarear las ideas.
-Pero, ¡qué ideas! Se le están quedando más estrechas que las caderas de una modelo, leñe. Que adelgace la barriga, no la cabeza… Mira el otro día le llevé a bailar y no se quitó ni el abrigo.
-¿Y qué hacia?
-Mirarnos con pena y hacernos fotos.
-Lola, es que Pepe no estaba en su elemento. Tal vez haya descubierto en la fotografía su otro yo desperdigado
-Ya mujer, pero que sólo haga bien su papel en entierros es muy tomate.
-Es buena gente, su tristeza acompaña al difunto.
-Y su caridad al enfermo, ¡ojo al dato!
-Y si ahora hace de reportero gráfico en las juergas ajenas aunque él no se integre, siempre os quedará un recuerdo, Lola.
-¿Qué recuerdo, Mari Pili? ¿El de Pepe con un móvil haciendo fotos aprovechando que no había luz y haciendo de reloj?
-¿También relojero? Qué completo.
-Sí. Me decía “ Lola son la una. Lola, la una y cuarto, Lola son…”
-¿Y tú qué hacías?
-Huir de él, pero como la sala era tan pequeña, me topaba con su santidad nada más huir.
-Mira Lola, dejemos de escarbar. Quedémonos en la superficie, ¿vale? ¡Qué santo es tu Pepe!
-¡Qué triste, Dios mío!…

martes, 3 de febrero de 2009

LOLA MALTRATADA

-¡Jesús! Lola, ¿qué te ha pasado?
-… Lo que me tenía que pasar. He tentado demasiado a mi destino.
-¡Coña! Lola, no te había visto el otro lado. Eres una victima.
-No, Mari Pili, Simplemente gilipollas.
-Eres una maltratada. Ahora mismo llamamos a la policía.
-Quieta ahí. ¿A quién vas a denunciar?
-A Pepe. Está claro que te lo has buscado. Siempre pensé que te mataría, pero no que te maltratara. Eso está muy mal. Llamemos.
-Quieta ahí. Mi Pepe es un santo.
-Sí, Lola, claro que lo es. Aguantarte es mucho tomate, pero debemos ser valientes y denunciarle.
-Que no ha sido él, tarada. Él es un santo te he dicho.
-Sí, pero a todas las victimas les pasa lo mismo. No quieren reconocer a su maltratador.
-Deja a las victimas de verdad. A ellas TODOS debemos apoyarlas, pero no a mí, Mari Pili, céntrate.
-Pero si estás hecha un cuerno, Lola. Un ojo morado, un chichón en la sien…
-Sí, estoy para que me lleven al museo del horror.
-Dime, Lola, ten confianza en mi. ¿Quién te ha hecho ese estropicio que te ha dejado más fea de lo que eres? Le meto en la cárcel ahora mismo
-Yo, Mari Pili.
-¿Yo qué, Lola?
-Que he sido yo, Mari Pili.
-¿Qué has sido túuuuu? Eres gilipollas, Lola.
-Eso ya te lo he dicho yo.
-¿Pero por qué te maceras, Lola?
-Mari Pili, no sé si me macero, pero no puedo seguir caminando a oscuras o me mataré a mí misma… Una lástima lo que perdería el mundo.
-Dime Lola, ¿por qué tienes que andar con los ojos cerrados y sin gafas?
-¿De qué sirve ojos cerrados y gafas puestas, Mari Pili? Cada vez razonas menos lo que dices. Comienzas a parecerte a mí y me preocupa.
-Lola debes andar con los ojos abiertos.
-Y lo hago, lo hago, no veas cómo abro los ojos, pero sin luz pues me doy contra cualquier esquina.
-Ay, Lola, mi amiga se ha quedado ciega… Tranquila, seré tu lazarillo.
-¡Joder! Que Dios se apiade de mí… Mari Pili, ¿sabes, verdad, que ves menos que yo?
-Síiii, pero no estoy ciega.
-Ni yo, Mari Pili.
-Has dicho que caminas sin luz, Lola. No me vuelvas loca.
-No te vuelvo porque ya lo estás, Mari Pili… A ver, querida, ¿qué significa sin luz?
-Que estás ciega… Que Dios se ha ido espantado de tu lado… Que necesitas unas gafas nuevas, una operación… Que a tu espíritu se le acabó las pilas… Ah, que no has pagado la factura de la luz…
-Mari Pili estoy al día en mis deudas. Mi problema es la manía de no encender la luz cuando me hago pis. Camino a oscuras, medio dormida en medio de la noche, la vejiga me oprime…
-Amiga, tienes una vejiga que no te las mereces. Ahora mismo la denuncio. No ha derecho que golpee a su ama. ¿Te has dado cuenta que te ha maltratado, Lola?
-¿Eh? ¿De qué hablas Mari Pili?
-De tu vejiga. En el momento que esté entre rejas no te vuelve a molestar.
-Ah… Mari Pili, ¿si no tengo vejiga ya no haré nunca jamás pis?
-Ni de día ni de noche, no habrá más golpes. Muerto el perro, se acabó la rabia, Lola.
-No, Mari Pili.
-¿No? Dime quién más te golpea…
-Mi garganta… Me levanto a oscuras a beber agua. La garganta se me queda seca y al estar oscuro, mucho, porque es noche cerrada y, dependiendo si Pepe ha cerrado las puertas o no, me doy unas leches, Mari Pili, qué leches…
-Te extirpo la garganta… ¿Algo más, Lola?
-… Va a ser que no, Mari Pili, porque al paso que vas me diseccionas la vida para que me deje de dar golpes.