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- - Lola, ¿te has pintado el pelo?
- - ¡Paleta! Si es que no sigues las
tendencias, así te va.
- - Lola lo único que veo en tu mermada
melena que, por cierto, cada vez tienes menos pelo y más calvas, es mucha
grasa, ¿te has echado aceite?
- - Déjalo, no superas la envidia de mis
estilismos.
- - Será eso, Lola, si tú lo dices ni el
Papa te contradice.
- - Magui Pili no metas al Papa en mis
ensaladas estilísticas. Él con ir de blanco ya va que arde… Y, ¿qué opinas de
mi cárdigan oversize?
- - ¿Over, qué? Apestas, Lola, de dónde
vienes?
- - Luego te lo cuento. Ahora, lo
importante, Magui Pili, menos cazuelas y plumero y más estética. ¿Te has visto
cómo vas?
- - Con pijama, rulos y las zapatillas de
mi Paquito que son muy calentitas.
- - Y de esa guisa, ¿a qué aspiras?
- - Aspirar, lo que se dice aspirar, es
temprano para sacar el aspirador, ahora, desear, me encienden los deseos, Lola.
- - ¿Sí? Cuéntame, traigo churros.
- - A verlos, que ya sabes que no me fío
de ti.
- - Mira aquí los llevo.
- - ¿En una bolsa de Carolina Herrera?
- - Por supuesto, glamour hasta en los churros.
La verdad es que los iba a traer en una bolsa de Día más vieja que mi vecina
del 5ºA, ya sabes, la estirada, pija y guapa, pero justo al bajar anoche la
basura, estaba, ya sabes, la imbécil del 5ºA, tirando la suya. Daba vergüenza mirarla,
Mari Pili, qué salto de cama más bonito llevaba…, qué asco me da, coña.
- - Lola te enrollas como las persianas.
Vete al grano y dime por qué traes los churros en una bolsa de Carolina
herrera, por favor.
- - ¡Ojito, Magui Pili! Y las
servilletas en esta magnífica bolsa de Luigi Vuitton.
Elegante yo y no la impresentable del 5ºA.
- - Lola vete
al meollo de la cuestión y dime de dónde has sacado esas bolsas y olvídate de
la envidia que te carcome cada vez que ves a la prepotente, subnormal, mema,
lela y necia de tu vecina, por favor…
- - Me parece,
y no te quiero ofender, Magui Pili, que la que no controla la envidia eres tú.
Me preocupas.
- - Tú a mí ya
no me preocupas, Lola, porque mi deseo, mi único deseo es que te vayas a tomar
vientos y me dejes algún día dormir hasta las ocho.
- - ¿Qué hora
es, Magui Pili?
- - No lo sé,
no lo sé, Lola, no lo sé, de verdad que no lo sé, porque anoche atrasé los
relojes una hora, pero Paquito me dijo que no, que había que adelantarlos una
hora. Total que no sé que hice, pero yo me levanté a hacer pis y me acordé del
cambio de hora, pero no me acuerdo muy bien qué hice, si para atrás o para
adelante, no sé qué volví a hacer. El caso es que sentí a Paquito levantarse y
creo que los cambió también, y ahora cuando me he levantado como no me gustaba
la hora que ponía, he puesto otra.
- - ¿La de
Canarias o Nueva Zelanda?
- - Yo qué sé,
Lola, yo qué sé, si me vuelves loca. Anda saca los churros y cuéntame de dónde
has sacado esas bolsas. Por cierto, qué mal hueles.
- - Cómo no voy a
oler mal si cuando se fue la asquerosa, repulsiva, repelente, inmunda, puerca,
cochina, guarra, y nauseabunda del 5ºA, me metí en el contenedor de basura a
rebuscar todo lo que había tirado que seguro que era bueno en el momento que
llegó el camión de la basura y ¡zas!
- - Zas, ¿qué?
- - Nada, Magui Pili…, perdí todo el glamour… He recorrido el
barrio entero dentro del camión, pero ya ves, las bolsas están limpias.
- - Ay mi Lola, qué lástima, qué pena, qué destrozo,
desayunemos.
- - ¿Qué hora será?
- - Yo qué sé si nuestra vida es un sin sentido.
- - Pero glamuroso, Magui Pili, glamuroso.