martes, 28 de junio de 2016

LOLA EN EL PSIQUIATRA

-Buenos días, Doctor. ¿Nos podía atender un momentito? Es que es algo urgente. Mire usted qué lástima, qué pena, qué destrozo traigo de amiga.
-Tal como veo a su amiga no se va a agravar porque yo termine de comerme el bocata de salchichón y la cervecita. Esperen en la puerta de la consulta.
-En horas de trabajo, el alcohol es malo, Doctor, y el colesterol que se va a meter para el cuerpo, fatal para las arterias y el corazón, oiga usted.
-Tranquila, Lola. Déjame hablar a mí que aún coordino, poco, pero…
-Doctorcito, ¿pero no ve lo fatal que está mi amiga?
-Mari Pili desengáñate, el doctorcito sólo ve el bocata… ¿Me da un mordisco si le quito a esta pelmaza?
-Lola estás muy mal y sólo piensas en comer…
-Mari Pili, tú porque eres la dama de la media almendra. Límpiate las gafas y mira qué bocata se está comiendo, si es que chorrea grasa… ¿Está rico, doctor?
-Muy rico, señora. Ahora si me disculpan…
-De disculpar nada. Mi amiga…, por cierto Doctor, se llama Dolores. No la duele nada según ella, así que llámela Lola…
-Señora, coño, que vaya a la consulta y saque número que ahora voy.
-Mari Pili, igualito que en la cola del pescado. Vamos este tío en vez de regentar un doctorado, ha puesto un chiringuito de aspirinas.
-Señora un respeto. Es mi tiempo libre.
-Un doctorcito no tiene tiempo libre. Lo primero son sus enfermos. Para mi Pepe son sus muertos. Para mí, son mis cabras, mis vacas, mis gallinas.
-Me alegro mucho, pero para mí en este momento es mi bocadillo de salchichón… Por cierto, ¿usted no criará cerdos?
-También, doctor y de los de raza negra. Ya sabe, morenitos comiendo bellota.
-¿Vende jamones usted?
-Pues… ¿Mari Pili sabes si se venden jamones en la granja?
-¿Ve Doctor? Está fatal Lola. Se cree que tiene una granja.
-Ah… ¿Y no la tiene?
-Noooooooo, Doctorcito, no tiene. Es un juego que la ha envenenado el cerebro.
-Doctor, Doctor, ¿qué me pasa?
-A simple vista, señora. Usted está trastornada.
-No se engañe, Doctor, ella, de siempre, ha tenido una jaula de grillos en el cerebro.
-Pues está claro que ahora tiene una plantación… ¡camarero!, Otra cañita, por favor.
-Que no siga bebiendo, que no va a poder diagnosticar a mi amiga.
-A ver…, un momento que doy otro mordisco al bocadillo… ¿Qué síntomas tiene, señora?
-Me meto en la cama y me vienen a buscar las cabras, las vacas…, ya sabe, para que las ordeñe.
-Ahhh… Está clarísimo.
-¿Sí? ¿Qué la pasa, Doctor?
-Más claro agua, señora. Su amiga está como una cabra.
-Ya, eso de siempre, ¿pero cómo de cabra? ¿Mucha, mucha cabra?
-Rematada. Ahora si me permiten, he de volver a mi jornada laboral.
-Le acompañamos y que mi amiga se siente en el diván y la escucha… Por cierto, ¿por qué va con casco y extintor, doctor?
-Mayormente porque soy bombero, no médico, señoras… Un placer y buenos días.

-Mari Pili, vamos horita mismo a que te gradúen la vista…

martes, 14 de junio de 2016

LOLA HOMICIDA


Ay, creo que he matado a mi Pepe,  ha dejado de hacer ruido… Esperaré un poquito antes de llamar a la policía por si resucita, ¿no os parece? El caso es que no sé por qué he de llamarles,  le entierro y santas pascuas, ¿no? Me ahorro burocracia, aunque una vez me dijo:
-Lola, si me muero, no me entierres.
-Como quieras, Pepe. ¿Te momifico y te pongo en un expositor?
-Te hablo en serio, Lola. Me incineráis.
-¿Cuánto cuesta quemarte, Pepe?
-Tengo un seguro hecho, tranquila, no tendrás que pagar nada –mi Pepe tan previsor y ameno para todo…
-Y luego… ¿qué hago con tus polvos?
-Se dice cenizas, Lola, y se meten en una vasija y se entregan a los familiares y, estos, las esparcen por un lugar significativo para el difunto, ¿me entiendes?
-Ay, Pepe, no estoy dispuesta a esparcir tus polvos por la casa, se me pondría perdida de suciedad. Además, Pepe Perro tiene alergia al polvo. ¿Te coloco encima de la chimenea de adorno o, en la estantería para que me veas ir y venir? Dime…
-Lola, haz lo que te dé la gana.
-Vale, te meteré en el altillo.

… No entiendo por qué ha tenido que morirse justo ahora que España se  hunde entre  coletas y Marianito el gafotas.  No fue para tanto y encima, ¿qué hago ahora con la hipoteca? Menudo lío… Anda que cómo me acusen de asesina… Bueno, digo que fue homicidio involuntario, en defensa propia,  pero claro, iré igualmente a la cárcel… Yo no tuve la culpa,  tenía deshechos los nervios por sus ronquidos y le di un golpecito de nada; se cayó instantáneo… Ay, podía revivir… Me siento fatal, ¿serán los síntomas de la viudedad? Podía haber asesinado al presidente funcional de gobierno, él sí que me ha dado motivos, pero a este pobre hombre trabajador y tan calvo... Mi Pepe era tan, tan bueno, qué buen carácter tenía, qué bien le sentaba la calva, qué cuerpazo tenía tan redondito… Pero, ¿a quién se le ocurre matar a un marido? “A ti, Lola, a ti”… Ay, Dios, que estoy oyendo voces, ay, que esta vez va en serio, que me estoy trastornando… Voy a velar un poco el cadáver…
“Ay, Pepe, te moriste justo en el momento en que te iba a decir que jamás volvería al mercadillo, sabía que te haría feliz mi decisión y te has ido al otro barrio sin saberlo, ay, que pena…”
-Lola, ¿qué haces ahí de rodillas?
-¡Jesús!, qué susto me has dado. Ay, Pepe, júrame que nunca te vas a morir, júramelo, al menos hasta que paguemos los estudios de los chicos y la hipoteca y el coche y el préstamo y… Luego te mueres cuando te dé la gana… Ah, nada de morirte hasta que no se supere la crisis hispánica, un país en continuas elecciones solo puede llevarnos al desastre, eh.
-Te lo juro, Lola, y ahora ¿seguimos durmiendo?
-Sí, Pepe, lo que tu digas…, lo que tú digas, además, he de madrugar, Mari Pili me espera temprano para ir al mercadillo… Por cierto, Pepe, no ronques.

viernes, 3 de junio de 2016

LOLA Y EL MÓVIL

¡Puñetas! ¿Cómo se maneja este artilugio? Me cojo la instrucciones: vienen en inglés, francés, alemán y portugués, me decanto por éste último y versa lo siguiente “Auto-repetiçâo. Pode fixar autorepetiçâo para repetir a fita de novo do principio ao fim o alimhamento” Está claro, tengo que auto-repetir de principio a fin el alimento... ¿Qué alimento? No me jodas que hasta el móvil que me acaba de regalar mi Pepe quiere patatas... No me digáis que no soy desgraciada, con lo feliz que era con mi ladrillo. Sólo tenía dos teclas, para descolgar y colgar y luego los numeritos, ¿para qué quería más? Pues no, me decían qué a dónde iba con ese móvil de principios de siglo, que si pesaba, que si... total, mi Pepe fue y me compró uno nuevo, dejando en prenda mi maravilloso ladrillo para que resultase más barato y ahora, ¿qué? Él estará en un museo como pieza de culto y yo incomunicada porque este trasto no lo entiendo. No hace más que sonar, aprieto y digo ¿Diga?... ¿Lola?... Sí... ¿Lola?... Sí... ¿Lola?... Sí ¡Tíos! este trasto no funciona, se repite, así que doy a otra tecla y ya no se oye nada, ¡qué descanso! No, vuelve a hacer ruido, suena la comparsita. Descuelgo, cómo me aburre este asunto ya no digo “diga” pero se oye ¿Lola?... ¿Sí?- digo yo- ¿Lola?... Sí- vuelvo a decir yo- ¿Lola?... ¿Quéeee?... Oye Lola... ¿Sí?... ¿Lola? ¡Joder! Este bicho va a hacer que odie mi nombre, así que vuelvo a tocar otra tecla y, ¡menos mal! Hay una voz que dice “Grabe su mensaje personalizado al oír la señal... clíiii ¡Ostras! Me digo, he de hablar, voy y digo”Hola, soy Lola ¿Me se oye? Corto, cambio... Aprieto otra tecla y sale la voz de siempre ¿Lola?... Sí... ¿Lola, me escuchas?... Sí... ¿Lola?... Enfurecida, toco una tecla cualquiera y ¡Milagro! Me oigo a mí misma mismamente ”Hola, soy Lola ¿Me se oye? Corto, cambio” Por dios, qué voz más nasal tengo... No me gusta y cojo el libro de nuevo para leer: Modificar- esto debe ser lo que ando buscando, me digo- as estaçoes pré-fixadas. Pode modificar as estaçoes de TV...” ¡Leches! este aparato tiene una TV incorporada ¡Ay, como es mi Pepe, siempre pensando en mí! Tiene de todo aunque como él, pero este aparato es un poco impotente... no sirve para lo que yo quiero ¡Llamaaaar!

He decidido llamar a mi Pepe por el teléfono de casa, el bicho ese ha podido con mi paciencia.
-¿Pepe?
-¿Sí?
-¿Pepe?
-¿Sí?
¿Peeeeeeeeepe?
-¿Quéeeeee?
-Hijo, no me chilles, que te oigo. Oye...
-¿Qué?
-¿Me se oye bien, Pepe?
-Qué sí Lola, se te oye bien y no digas “Me se” si no “Se me” antes la semana que el mes.
-El orden de los factores no altera el producto. Oye, te llamaba para darte las gracias porque el teléfono tenga televisión, pero yo sólo quiero algo que me sirva para llamar.
-¿Qué tiene qué?
-televisión he dicho.
-Lola ¿Qué manual has cogido?
-Manual que dice “Instuçoes para o utente”
-Lola ese manual es el del vídeo, el del teléfono está en su cajita.
-¡Aaaah!
-¡Adiós, Lola! No me vuelvas a llamar ¿Vale?
-Vale Pepe.

Me siento un poco boba ¡Jopé! y ¿yo qué sabía? Pero... no me desmoralizo. Voy en busca de la cajita y encuentro el manual ¡Qué bien! Me siento a leer y a asimilar: “Das disc fach öffnet sich, legen sie eine mit der beschritteten...” Ah no, no, no, ni de coña... En esto el telefonito suena ¿Diga?... Sí... ¿Lola?... Sí... ¿Lola?... que no leches, otra vez no. Lola se fue ¿Me se oye?... ¿Lola?... no esto no me puede estar pasando a mí misma mismamente, me largo a hacer la comida pero antes, digo al pesado ése: No está Lola, soy Dolores. Y aprieto una tecla.