domingo, 9 de febrero de 2020

LOLA Y EL MÉTODO CHÖWA


-          Mari Pili, la vida es un frenesí, pero tú vas como un caballo desfrenizado.
-          Mira quién habla, la que se acaba de comer una cazuela enteeeeeera de espaguetis.
-          Mari Pili no me seas flower power, como humana que soy yerro, ahí está mi grandeza.
-          ¿Grandeza comerse un perolo de pasta? No me amueles, anda. Por cierto, qué es eso que me has llamado…
-          ¿Cuál de todo? Porque me inspiras de todo menos chöwa… ¡Ah! Ya me acuerdo.  Flower power
-          Eso, eso, ¿qué significa?
-          Ni idea, pero rima… Bueno, como te iba diciendo, flower power, debíamos tú yo practicar el chöwa para inspirar  a nuestro entorno más cercano paz y armonía.
-          Mira, flower power, alias Lola, déjame de cosas raras y chöwas y los gilipolllas que fundaron el fundamentalismo chöwa. Yo, Mari Pili Fernández, de los Fernández de toda la vida, soy normal y quiero seguir siendo normal, ¿entendido, Lola?
-          ¿No te digo? Como un caballo desbocado y, encima, queriendo ser masa, flower power, alias Fernández. Ser normal, lo hace cualquiera, de ahí que haya tal cantidad de normales, que pasan a ser masa.  Además, ¿tú sabes que la masa engorda? En cambio, un ser chöwa, es la leche, la releche, Mari Pili. Sirve para mejorar nuestras relaciones sentimentales y de amistad, ayuda a recuperar el equilibrio físico, mental y espiritual. El chöwano transmite paciencia  y comprensión, el chöwano es la hostia Mari Pili…
-          ¡Lola, por Dios! Deja de decir sandeces, parece que te has fumado un canuto, hija. Mira, es mejor ser flower power las dos. No somos masa, pero tampoco de los excéntricos esos… ¿Se llamaban chöwanos o anos, Lola?
-          ¡Inculta! No mezcles culos con chöwa… ¡Ah! Importantísimo, Mari Pili. “No debemos olvidar la importancia del vestuario a la hora de encontrar el equilibrio. Por ello es fundamental vestirnos en armonía con nuestro estado de ánimo, las estaciones del año y las circunstancias, eligiendo ropa confortable y con colores en armonía con el momento”… ¿Me sigues flower power?
-          ¿Qué si te sigo, Lola? A pies juntillas, hija. Ya ves lo normales y armónicas que nos vestimos que hemos ido al chino a por los disfraces de carnaval, y los llevamos puestos para que no se arruguen… Una de sapo, y la otra de rana. Calentitas y armónicas con la estación.
-          Mari Pili, te recuerdo el orden y la limpieza. Fundamental, recuérdalo.
-          ¡Eh! Para… Lola, acaso, ¿me estás llamando guarra, guarrilla o cerda directamente? Eso sí que no te lo consiento. A limpia y ordenada no hay un solo ser en spain, ni en las islas de Ibiza y Formentera que me supere. ¿Me has escuchado bien Lola?
-          Perfectamente Mari Pili. Por cierto, has nombrado Ibiza y allí vive mi amiga Marisa. La voy a llamar para que deje de limpiar. Limpiar por limpiar pa na, es tontería. Ya lo comento que va la más relimpia de spain y aledaños, y limpia su casa.
-          Lola, de verdad, no te soporto, ¡Cuánto entiendo a Pepe!
-          Flower power, respira hondo. Yo comprendo que mi intensidad es inmensa, pero gracias a estar convirtiéndome chöwana, comprendo, respeto, las opiniones contradictorias a la inmensidad de mi ser inmenso… Te perdono, Mari Pili.
-          ¿Eh? Lola, hazme un favor…
-          Dime, pide y se te dará, flower power.
-          Vete, interiorízalo, Lola, vete a tomar por culo… ¡Adiós!

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla...Gymnopédies

martes, 4 de febrero de 2020

LOLA Y LA COSTURA PRESUPUESTARIA


-         
Lola, ¿me coses algún botón?
-          - Ahora no puedo Pepe.
-          - Llevas treinta y cuatro años sin poder, en algún momento, ¿podrás?
-          - No creo.
-          - Es que mira cómo voy, Lola.
-          - ¿Qué la pasa a esa camisa?
-          Solo tiene un botón.
-          - Y, ¿te quejas? Es el justo, el de la barriga. Y si no te atreves a ser moderno, ponte otra camisa.
-          - Están más modernas aún, Lola, esas ya no tienen ninguno.
-          - No puedo, aunque me empeñara, no puedo, no insistas, estoy en modo boda.
-          - ¿Quién se casa? Lola, ¿quién nos ha invitado? Sabes, porque te lo dije, que en los presupuestos generales, no cabe un dispendio más. El último lo hiciste comprándote un puesto entero en el mercadillo o, ¿no lo recuerdas?
-          - Sí, pesado, pero eso fue hace dos meses. Agua pasada, no mueve molino.
-          - No me has contestado, ¿quién, coños, se casa?
-          - Tu hijo, Pepe, tu hijo.
-          - ¿Quién de todos?
-          - Como si tuvieras dos camadas de hijos. El único que tiene novia.
-          - Es que no sabía que alguno la tuviera.
-          - A ver, no me extraña, no lees la prensa rosa, qué vas a saber. Tus lecturas son exclusivamente económicas y luego tus conocimientos son cojos.
-          - Pues yo no voy, Lola.
-          - ¿A dónde no vas, Pepe?
-          - A la boda, no me han invitado.
-         -  Pues te invito yo, ¡hala!, asunto resuelto. Por cierto, tienes que pagar la boda.
-          - ¿Cómo dices? No me invitáis, y encima tengo que pagar, ¡venga ya!... Cóseme los calcetines.
-         -  Pero tú, ¿quién te crees que eres? Me acabas de decir que los presupuestos económicos están cerrados y me aumentas los presupuestos costureros…, tú eres un impresentable. O se negocia o no hay acuerdo. Pepe entérate de una vez, somos un matrimonio de coalición progresista. O pagas boda, o vas roto, sin botones, calcetines con tomates verdes fritos…, tú mismo.
-          - Venga, voy a la boda, pero por tu madre, cóseme los botones, los calcetines y los calzoncillos.
-        -   ¡Ah! ¿También los calzoncillos? A esos, ¿qué les pasa?
-          - Mira qué agujero tienen en el culo.
-          - A ver, te empeñas en ponerte dos tallas menos, pues esos son los resultados.
-          - Bueno, ¿cuándo te pones a coser?
-          - Pepe, siento decepcionarte, pero mis treinta y cuatro horas semanales y laborales, las cumplí ayer y, como no me pagas las mil cuatrocientas treinta y ocho horas extras atrasadas del mes pasado, el sindicato me ha dicho que, o atrasos, o no laboro. Tú mismo.
-         -  Vale, pago y, a mayores, te pago también a ti el cubierto de la boda, pero por tu madre, cóseme.
-         -  Oye, Pepe, ¿es que ibas a pagarte la boda a ti solo?
-          - Pues claro, Lola, que los presupuestos están cerrados, ¿qué parte de cerrado no entiendes?
-          - Pues los abres, ¿pero qué presidente familiar eres entonces? Anda, que te cosa tu madre.
-          - Lola, mi madre está en el cielo.
-         -  Mejor me lo pones. Aprende a coser, que ya tienes años.

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla...Gymnopédies