lunes, 16 de marzo de 2020

SOS, LOLA AL APARATO

- Central de desahucios, dígame
- Disculpe, yo llamaba por lo del coronovirus, pero me he equivocado.
- ¿Cómo de coronado está usted?
- Pero es que usted me ha dicho que es la central de desahucios y yo llamo al teléfono de emergencia del coronovirus.
- Mire, no me haga perder el tiempo pues tengo 1043 llamadas en espera, así que contésteme rapidito, ¿entendido?
- Sí.
- ¿Cómo está usted de muerto?
- ¿Cómo dice?, ¿con quién hablo?
- Soy la agente Lola. ¿Me contesta o le cuelgo? Ya tengo 2020 llamadas en cola.
- Agente Lola, es que no entiendo su pregunta. De todas formas, creo que muerto del todo no estoy. Ya ve que hablo.
- ¡Buen síntoma, caballero! Ahora respóndame, ¿su corazón hace pum pum?
- Eso no sé, pero tengo la vena de la sien izquierda bastante hinchada
- ¿Qué temperatura tiene la vena? Póngase un bolígrafo encima.
- No tengo. ¿Vale un lápiz?
- No, hombre, no, menos lapiceros, vale cualquier cosa. ¿Tiene a mano, aunque sea, un termómetro?
- Sí, de eso tengo, menos mal, porque si me llega a pedir una cazuela pues no tengo. Me divorcié el mes pasado y mi ex se llevó hasta las sartenes.
- ¡Genial! Póngaselo donde quiera. Mientras, contésteme, ¿La cabeza?
- En su sitio, encima de los hombros, aunque mi ex siempre me reprochó que la tuviera muy gorda. ¡Qué pena tengo, agente Lola! Usted, ¿se ha divorciado alguna vez?
- Don como se llame, esto es la central de desahucios, no un consultorio amoroso. Necesito saber cómo tiene la cabeza.
- Deshecha, agente Lola, desecha.
- Pero, ¿ardiendo, tibia, fría? Mire el termómetro a ver qué marca su vena.
- Quince con cinco. Mi vena más fría que el agua de la ducha
- O muerto o gélido, está usted… Hablando de agua, ¿usted se lava?
- Cuando toca.
- Huélase y dígame a qué huele.
- No huelo bien.
- Mírese en un espejo y cuénteme de qué color tiene la cara…
- Se lo llevó mi ex, agente Lola.
- Pero don como se llame, ¿tiene sangre en las venas?
- No sé, ¿me abro una a ver?
- La que se va a abrir las venas soy yo… Dígame, por favor, ¿para qué ha llamado a este teléfono? Tengo tres mil dos llamadas en cola. ¿Tiene o no tiene el coronavirus 19?
- Para eso llamo para que me lo digan ustedes, porque si tengo el coronavirus 22, pues cuelgo y no molesto.
- ¿Qué síntomas tiene don usted?
- Desde anoche lloro, siento mucho vacío.
- Pero esos síntomas, hombre, no son de desahucio. Usted lo que tiene que hacer es salir a la calle, sentarse en una terraza y ver gente, mucha, cuánta más mejor, distraerse. Ya verá cómo deja de llorar.
- Pero si estamos en estado de alarma, agente Lola.
- Yo no me voy a chivar. Salga por la puerta de atrás.
- Solo tengo una.
- Pues tómese un vaso de leche calentito y váyase a dormir.
- No tengo vasos, se los llevó mi ex.
- ¡Ay que joderse con su ex! Pero, ¿le dejó algo, alma de cántaro?
- Sí, una habitación llena de papel higiénico.
- ¿Cóoooomo dice? Estese quieto, ni se mueva. Deme su dirección. Ahora mismo voy a socorrerlo. ¡Adiós!
- Mari Pili, Mari Pili, ¡Ya tenemos papel higiénico!
M Ángeles Cantalapiedra, escritora
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