viernes, 30 de octubre de 2009

LOLA Y LOS DIFUNTOS

-A mi los muertos me matan, Mari Pili… ¿Quieres otro?
-Sí… a mi asesinan, Lola… Humm, están buenísimos.
-Yo no sé, Mari Pili, para qué se tuvieron que inventar el día del muerto… ¿Quieres otro?
-Sí… El negocio, Lola. Al menos moriremos dulces… Lola, te los comes de dos en dos…
-Es que presiento la guadaña cerca, Mari Pili. Es capaz de comerse mi parte. Tú deberías hacer lo mismo.
-Trae… Me muero, Lola, no puedo…
-So burra, escúpelos… Casi te ahogas, Mari Pili. Con esa boca piñón, ¿cómo se te ocurre meterte cinco buñuelos a la vez? Yo sí porque todo lo tengo inmenso, pero tú, esmirriada…
-Lola, por curiosidad, ¿cuántos buñuelos te has comido?
-Treinta y tres como la edad de Cristo… No deberían haber inventado el día de muerto, estoy que me muero, Mari Pili…
-Beeeestia, pero qué animal eres…
-Quién te dice que en el otro mundo te dan de comer… Yo al menos ya voy comida… Me duele la tripa, Mari Pili…
-Morirte por un atracón a buñuelos, no te mueres, Lola. Ahora te veo al punto de la cagalera. Ojo al dato, Lola…
-Si salgo de ésta, ¿sabes lo que voy a hacer, Mari Pili?
-Ni lo sé ni me importa… Trae otro buñuelo.
-Mari Pili, te va a subir el azúcar, se acabaron los buñuelos. Como se entere Paquito, te mata y a mí me aniquila.
-Por Dios, no se lo digas, Lola.
-¿Yo? Si soy peor que San Pedro, Mari Pili. Si niego hasta mi nombre… Ahora como salgamos de ésta, voy a llamar al alcalde…
-Ya, tú y tus ideas. Creo que te traes algo con el alcalde, Lola, sólo piensas en hablar con él. Ahora se te habrá ocurrido pedir que quiten la tradición de que en recuerdo de los muertos se coman buñuelos.
-No, los buñuelos son sagrados. Pero no hay derecho que solo se coman buñuelos una vez al año. Voy a pedir al señor alcalde que ponga un halloween de vivos…
-Lola, tú eres un halloween perpetuo.
-Tal vez, pero sin buñuelos… Ay qué dolor de estómago. Creo que ya me muero.
-Pues deja de comer y dame los que sobran a mí… Oye Lola, ¿qué flores quieres que te ponga?
-Flores no, Mari Pili. Con que instales una pastelería al lado de mi tumba es suficiente.
-Te echaré de menos, Lola.
-Ah, ¿es que no te piensas morir conmigo Mari Pili? Yo el cielo no lo puedo revolucionar sola, necesito a mi ayudante… Imagínate volviendo locos a todos los santos y el treinta y uno de octubre de cada año a asustar a los vivos.
-Lola…
-¿Qué, ya te has muerto? Espérame ya estoy a punto, dame el último buñuelo.
-No… Que digo que no hace falta que nos muramos. Ya somos fantasmas.
-Hija, qué brutal eres, Mari Pili, como lo lea alguien se lo va a creer.
-Tranquila, ya lo saben.

miércoles, 28 de octubre de 2009

LOLA Y SUS CONFIDENCIAS

Hola, amigos... Antes de que venga Mari Pili quería haceros unas confidencias... ¿Qué, qué opináis de mi nuevo look? Sí, mirad a la derecha, la de la foto es vuestra Lola, vamos yo. ¿A qué estoy jamón, jamón? No, no he ido a ningún sacaperras de dotes milagrosas; conmigo misma mismamente me he bastado.
Os cuento... Como Mari Pili no quería utilizar el fotochocho de su máquina conmigo, me he metido en Internet y me he comprado gratis un fotochocho para mi sola.
Cuando me vea Mari Pili la da un JariChristmas, me la conozco. No es que tenga celos de mí, pero, claro, hasta ahora yo no la hacía sombra. ¿Qué celos va a tener de una gorda rolliza una tía que gasta la talla treinta y ocho, un culito que da gusto mirárselo, más desde que se dedica a menearlo bailando bachata. Unos ojos melosos, y que come al día menos que una gallina embarazada de gatos siameses? Hay días, es verdad, que se la ve desencajá y la cuesta reírse. ¿Por qué? Porque la faltan un par de chorizos y unas morcillitas en su estómago. En cambio yo, ¡hala!, enorme se me mire del revés o del derecho, pero muy requetebién alimentada y, por ende, feliz, sonriente y con espíritu envidiable
...Y, ahora, con los milagros de mi fotochocho, seguiré comiendo mis cocidos y cuando me veáis estaré para vosotros jamón, jamoncito, jamón.
No obstante voy a escribir al señor alcalde para pedirle que, igual que hay el día del orgullo gay, debe haber obligatoriamente como un imprescindible más el día del orgullo gordo. Los gordos tenemos derecho a que se nos reconozca, a que se nos festeje y jalee.
Mari Pili no apoya mi idea, dice que lo que tengo que hacer es comer sano y hacer deporte. Esta desnutrida de amiga me tiene hasta la peineta porque yo como sano, sanísimo: lentejas, alubias, tocino, hamburguesas, chocolate con churros, bollos, un par de barras de pan al día, una naranja cada dos meses, zanahoria y berros una vez al año, lechuga y tomates cada tres años... ¿A qué es sano? Y muy rico.
Pero en el fondo yo quiero tener un cuerpazo como el de mi amiga porque cuando hemos estado en Sevilla una noche se me apareció. ¿Quién se me apareció? Pues Mari Pili. Llevaba unas enagüillas color champán fresco y jacarandoso, como de telilla de forro de esas que se te resbalan las manos hacia los sitios más insospechados y rematadas con unos encajillos la mar de elegantes. Yo abrí la puerta de mi living room vestida con mi esquijama color banana y tatuado con monos salvajes y me encontré a la seximbol de mi amiga de esa guisa casi me espatarro... Fue en ese momento en que me dije “Lola, hija, ten caridad contigo misma y ponte sexy como Mari Pili”… Pero no puedo, la cabra tira al monte, y a los dos días fui al mercadillo y me compré un camisón de cuello vuelto con pingüinos saltando a la conga. Os advierto que fue un chollo porque me regalaron los calcetines haciendo juego. El caso es que no se me veía nada mientras a Mari Pili todo, y me volví a deprimir. Bueno, deprimir no, porque es mirarme y me da la risa, no me puedo tomar en serio la mujer que transita dentro de mí, pero quiero pulirla. De ahí que con mi fotochocho haya logrado lo nunca en mí.
Ay, siento los tacones de Mari Pili, os dejo….
-Lola, ¿ya estás comiendo?
Puerca miseria, mi amiga cada día se parece más a Pepe.

martes, 27 de octubre de 2009

LOLA Y LOS REGALOS

-Lola, ¿mañana a qué hora quedamos?
-A las siete, Mari Pili.
-Es muy tarde, Lola. ¿Por qué no quedamos antes? ¿Qué tal a las cuatro?
-¿De la mañana, Mari Pili? Yo encantada. Acuérdate que cuando fuimos turistas en New York nos dormíamos a las dos y a las cuatro estábamos en la calle, pero en España no sé si será legal. No creo que podamos hacer botellón a esas horas.
-Loooooooooooooola… ¿Quién dice las cuatro de la mañana? ¿Y de dónde te sacas el botellón?
-Tú. Yo he dicho a las siete, que es una hora discreta y elegante.
-Pero, ¿cómo vamos a quedar a las siete de la mañana si no están puestas ni las calles?
-Tenemos mucho que pensar y se necesita tiempo, Mari Pili.
-¿Pensar en qué, Lola?
-En los regalos.
-¿Qué regalos?
-Mañana es tu cumpleaños, luego llega navidad y después los Reyes Magos.
-¿Me vas a hacer tres regalos, Lola? Cada día más generosa.
-No te equivoques, no te confundas, no sueñes, no te imagines, no te inventes, Mari Pili…
-¿Qué quieres decir, Lola?
-Pues que aún no te he pagado la última mensualidad del regalo de cumpleaños del año pasado. No me puedo embarcar en más gastos… Estoy pensando, ¿puedes retrasar tu cumpleaños un par de años?
-¿Eh?
-Fíjate que te estoy haciendo un favor, Mari Pili. Ser dos años más joven que yo, dos años para crecerte sobre tu propio jugo, dos años para…
-Lola, quiero mi regalo mañana, ¿entendido, Lola?
-Mira, piojo inmundo, los regalos salen de dentro, como cuando te entran ganas de ir al baño que tienes que ir deprisa, deprisa, ¿me entiendes?
-Lola, por Dios, cómo voy comprender que mi regalo sea como un retortijón de barriga…
Claro que no, Mari Pili… Es peor. Hay que parirlo, hay que desearlo… Y hay que tener dinero. Circunstancia esta última importante aunque no necesaria. Estoy pensando que…
-¿Tendré mi regalo, Lola?
-Sí, rotundamente sí. Acabo de darme cuenta que me ha entrado mucha necesidad… Por curiosidad, ¿tienes papel?
-Sí, sí. Entra en el baño de la derecha… Espera que voy a por él. ¿Quieres mucho?
-Sí, bastante, pero no es para ir al baño sino para envolver tus regalazos.
-… Toma. Ay qué emoción, Lola… ¿Qué es?
-Por ser tú, te lo diré, pero mañana me pones cara de sorpresa porque luego me llaman bocazas y cotilla. ¿Entendido, Mari Pili?
-Sí, sí descuida… Desembucha.
-Unas botas, unos zapatos y seis bolsos… Mari Pili, ¿qué te pasa?
-Ayyyyy, Lola, me has emocionado. No esperaba eso de ti, con lo tacaña que eres. Muchas, muchas gracias.
-Si dejas de llorar te regalo dos bolsos más. ¡Hala! Para que luego me llamen taba.
-Dime cómo son, Lola…
-Si me los has visto todos, Mari Pili. Eso sí, las botas necesitaN tapas y los zapatos limpiarlos un poquillo... Ah, quita de los bolsos los cigarrillos. Si ves alguna moneda, me la devuelves, eso no entra en el regalo.
-Lola, ¿me estás diciendo que es usado?
-No, no confundas. Es vintage o, ¿es que no lees que se lleva lo que sobra a los demás?
-Lola quiero un regalo nuevo.
-Pues sal y cómpratelo. Ya te lo iré pagando a plazos… Mira que este año te quería impresionar, pero contigo no hay manera, Mari Pili… Por cierto, ¿mañana a qué me vas a invitar?
-Haré un botellón. ¿Puedes llevar la Coca-Cola y el ron, Lola?
-¿Eh?

miércoles, 21 de octubre de 2009

LOLA Y EL FOTOCHOCHO

-Ésta no, ésta tampoco, ésta para tirar, ésta para olvidar... pasa, pasa, pasa...
-Looooooooola...
-Ay qué susto, Mari Pili. ¿Qué quieres?
-Que te estés quieta, Lola. Quiero ver las fotos.
-Egoísta... Y que sepas que tu máquina me tiene manía.
-Lola, mi máquina de fotos siempre hace justicia.
-Y un cuerno, Mari Pili. Ella sólo utiliza el fotochocho contigo, pero cuando aparezco yo en escena ¡Hala, a tomar café!
-Pero qué dices... Anda deja de delirar y déjame ver las fotos.
-Ni hablar del peluquín, Mari Pili. Sé que la has programado para que cuando te enfoque a ti, y nadie más que tú, te haga una liposucción y barrido corporal.
-¿pero de dónde sacas tantas bobadas, Lola?
-Mi cabeza es un baúl sin fondo. La lástima es que no tenga fotochocho, sólo memoria de pez.
-Lola, habla bien, por Dios. Se dice Photoshop.
-... Pues en lengua hispanizada, fotochocho, Mari Pili.
-Lo que tú digas, Lola. Anda, trae las fotos.
-...Oye, Mari Pili, estoy pensando que si tu fotochocho funcionara con carácter retroactivo, tal vez pasando el plumero por este costado hasta reducirlo a 30-90-60 y si las pupilas coloradas que me has sacado, las colorearas de malva. Si me alargaras el pelo unos centímetros y si los dientes me los blanquearas y si...
-Lola, primero, no soy dentista y segundo mi especialidad no es la endocrinología. Y tercero, milagros no hago.
-Ya, esto todo lo sé. Tú sumar dos más dos y para de contar, pero tu fotochocho es muy listo... Mira esta foto te ha quitado todo...
-Lola esa persona va vestida y, además, esa no soy yo.
-Anda, leches, ¿entonces quién es? Ya decía que estabas irreconocible.
-Yo qué sé quién es. La hiciste tú Lola.
-Ah..., bueno da igual. Vamos a repasar las fotos de Sevilla y ver en cuál me haces fotochocho, Mari Pili...
-Lola...
-Dime, Mari Pili...
-Todavía no he visto ni una sola foto, no me has dejado.
-Por supuesto que no Mari Pili. Primero han de pasar la censura de la GESTAPO.
-Lola, ¿y qué hace la policía secreta oficial de la Alemania Nazi en mis fotos sevillanas?
-Muy sencillo, Mari Pili, el führer, es decir yo, no se fía de ti. ¿Alguna cosita más?
-La máquina es mía, el fotochocho es de mi cámara, por tanto también mío y, en conclusión, las fotos son míiiiias, Lola, míiias...
-Egoíiiiiiista, guaaaarra... Si es que pensándolo bien, estimada Mari Pili, no quiero nada tuuuuyo. Sólo quiero que si salgo en tus fotos me pases sobre mi excelsa fisonomía tu fotochocho.
-Lola, acabo de leer que el Photoshop ya no se lleva. Ahora se lleva la madre naturaleza, es decir, tal cual eres.
-No me jodas, Mari Pili, no me jodas. Yo de esta guisa no salgo. Mira qué brazos, si es que se parecen a los del difunto Popeye.
-Se siente, Lolilla... Ay, Lola qué pena por Popeye. ¿Sabes cuándo se murió, Lola?
-Mari Pili, ¿sabes desde cuándo te has vuelto gilipollas?
-Sí, claro... Desde que me volviste loca con el fotochocho de las narices.

lunes, 19 de octubre de 2009

LOLA, MARI PILI Y LA JAMONCILLOS

- Mari Pili, ¿a ti te da alergia el semen de Paquito?
- Looooooooooooola, baja la voz. Por Dios qué vergüenza.
- Pues quita tus estúpidas apariencias y dime si te da alergia su semen.
- Loooooooooola cállate. Quítate los cascos y habla bajo, va todo el tren en silencio.
- Quitados… ¿Alergia o no alergia, Mari Pili?
- ¿Pero de dónde, coño, te sacas esa pregunta tan absurda, Lola?
- De absurda nada. Mira lo pone en este artículo tan entretenido que me ha dado la azafata.
- ¿Se puede saber para qué lees, Lola?
- Digo yo que para no hablar, pero con estas cosas, mis neuronas se preguntan y cómo no saben contestarse, te preguntan a ti que eres pura sensación, Mari Pili.
- ¿A ti te da alergia el semen de Pepe?
- … No sé… Este artículo está incompleto, no pone ni los motivos, ni las consecuencias, ni por qué te pica. ¿ves? En los sobres de sopa que leo, te viene todo, pero aquí…
- Ah… ¿Es que te tiene que picar, Lola?
- Mari Pili, Mari Pili, miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiira…
- ¿Qué, qué, dónde te pica, Lola?
- Qué picores ni qué leches, miiiiiiiiiiiiiiira, vamos rodeadas de famosos.
- ¿Les pica a ellos también?
- Deja ya el semen de una vez, coña y miiiiiiiiiiiiiiiira…
- ¿Pero mirar el qué, Lola?
- A la Jamoncillos, a la genuina, a la auténtica Jamoncillos.
- ¿Quién es ésa, Lola?
- ¿Pero tú no ves la tele? Y si no la ves, ¿para qué pagas la luz?
- Mujer, pago la luz para ver cuando es de noche más que nada.
- Ay Mari Pili, me voy a acercarme a ella y presentarme… Mírala qué elegante, qué glamour, qué asco de mujer...
- Haz lo que quieras pero no se te ocurra preguntarla si la pica.
- ¿Y por qué no? Con la vida nocturna que tiene esa mujer tiene que entender de semen y adyacentes. ¿Vienes, Mari Pili?
- Vale, vamos. Pero antes, dime cómo estoy.
- ¿Tú; Mari Pili? Jamón, jamón. ¿Y yo, me ves a la altura de la Jamoncillos?
- ¿Tú? Estás choricera total, Lola
- ¿Eso es bueno o malo, Mari Pili?
- Lola te empeñas en comprarte tres tallas menos y al final la carne del chorizo tiene que salir por algún sitio… Entiéndeme, Lola.
- No, no te entiendo, Mari Pili. Vete tú si quieres a ver a la Jamoncillos, yo me quedo documentándome sobre el semen de los hombres.
- Pues yo tampoco voy. Me interesa más los resultados del semen que la Jamoncillos.
- Pues muy mal, Mari Pili. Debes de ir allí y decir a esa estúpida que la gente normal como tú, puede tener, no, tiene más glamour fresco y lozano que las sintéticas como ella.
- Lola creía que te gustaba la Jamoncillos.
- ¿Cómo me va a gustar una mujer de plástico? La han borrado hasta la edad. En cambio tú posees la naturaleza humana, Mari Pili.
- ¿Y en qué consiste eso?
- Pues hija, muy sencillo. Menos semen, tienes de todo. Edad, carnes descolgadas, arrugas. Eso sí, humor a raudales y con mucho estilo.
- Lola me acabas de poner a escurrir.
- ¿Y tú qué has hecho llamándome choricera, guapa? Me has puesto igual que un cocido madrileño.
- Lola, sabes lo que te digo?
- Ni pajolera idea, Mari Pili…
- -Pues que el semen de hombre bajo los efectos de una mujer es mucho más entretenido que tú.
- ¿Si? ¿Segura, Mari Pili?
- Sí, Lola, sí.
- ¡Puaj! Qué tajante eres. Hablas como si supieras lo que dices, Mari Pili.

jueves, 15 de octubre de 2009

LOLA FOTÓGRAFA

-Lola, con esa máquina tan estupenda que te has comprado y que, por cierto, no sabes manejar, ¿nos hacemos una foto?
-Mari Pili, yo no me he comprado nada; la compró Pepe aunque él aún no lo sabe.
-Si la compró él, ¿cómo no lo va a saber? La trastornada eres tú, no él.
-No me insultes, Mari Pili, que no te saco, ¿eh?... La máquina se adquirió con su tarjeta VISA…Verás: él estaba dormido, parecía un asno feliz rebuznando; entonces yo pensé inmortalizarle, pero no tenía bicho y vi su monedero y… pero, vamos, estoy convencida de que fue su mente la que me transmitió que fuera, cogiera su tarjeta y comprara en su nombre esta cámara… ¿A qué es monísima?
-Divina de la muerte, Lola, pero si no la sabemos manejar, no nos sirve… Anda, lee las instrucciones y nos enteramos.
-Ni hablar del peluquín, Mari Pili, ¿has visto qué libro más gordo? Nos podemos pasar tres días leyendo, pobres de nuestros ojos.
-Trae, seguro que viene algún resumen…
-Eso, lee, mientras pienso cómo posamos… Mira, en la revista Hola viene la hermana de Jesulín, el torero. ¿Qué te parece?
-¿No hay algo con más glamour, Lola?
-Sí… Está la pescadera que suministra al palacio real…, pero aquí nos tendríamos que poner delantal y guantes.
-No, Lola, yo quiero algo más sexy; ahora estamos morenas, podemos enseñar cuerpo.
-Mari Pili, en tu caso no sé, pero en el mío sólo se vería carne… Entiéndeme.
-Lola eso es mucho más excitante. ¿Los niños no tendrán alguna revista porno?
-¿Qué insinúas, Mari Pili? Yo no me quito el refajo, mi pudor me lo impide.
-Lola, no me seas estrecha. Si una de las cosas buenas que tiene la vejez es que haces y dices lo que e da la gana.
-Oye, oye… Un poquito de por favor. Tú estarás en la vejez; yo, en la segunda adolescencia.
-Precisamente, Lola, a esa edad y a la mía es cuando uno muestra lo que es.
-Mari Pili, ¿te resignas a ser vieja? Ay, yo no; antes muerta… Venga, ¿qué bragas me pongo?, ¿las enanas que llegan a la cintura o las de cuello vuelto?
-Lola, ¿no será mejor que nos las hagamos en traje de baño?
-De traje de baño nada; me has insinuado que soy una estrecha. Así que a hacernos fotos porno… ¿Cómo me pongo, Mari Pili, tirada en el suelo directamente con la boquita en forma de o?
-Síiiiiiiii… Yo me apoyo en esta silla y saco el culito hacia fuera… ¿Qué te parece?
-En dos palabras, Mari Pili: im-presionante… Enseña un poco los dientes y la lengua, como que quisieras morder a alguien.
-¿En plan felino, Lola?
-Piensa en alguien que tengas manía… Yo pensaré en la vecina del 3º A, la Cacharros, la que dice que no tengo glamour.
-¿Qué dice que no tienes glamour, Lola? Qué mentirosa es la gente; la puñetera envidia… Claro, que mirándote ahora, tal como estás… Una lástima Lola.
-¿Si?, ¿de verdad, Mari Pili? Bueno, no pasa nada, posaré con efecto intelectual, como si fuera una escritora… Estiro cuello, cojo lápiz, miro a las musas y clavando los ojos en la cámara digo: “Sólo sé que no sé nada”… ¿Qué opinas?
-Fantástico, Lola, pareces autentica; la reencarnación de Emilia Pardo Bazán.
-¿Quién era esa, Mari Pili?
-Una señora; no te explico que te gastas y no te concentras en la foto, Lola.
-Tienes razón… Venga, dispara, Mari Pili.
-¿Cómo voy a disparar, Lola, si no la sabemos manejar?
-Anda… Entonces, ¿qué hacemos?
-Nada, lo de siempre… El indio; eso sí que lo bordamos.
-¿Tú crees?
-Sí.
-Qué lástima, tanta sabiduría malgastada… Estoy pensando, Mari Pili…
-No pienses, Lola, que es malo.
-¡Jesús!, es verdad… ¿Qué hacemos?
-Lo de siempre, Lola: irnos al mercadillo.

martes, 13 de octubre de 2009

LOLA RADIOFÓNICA

-¡Por la mandolina de Santa Críspula! ¿Está usted segura?
-Señora, ¿es usted Dolores García?
-Lola, soy Lola.
-Entonces, disculpe, me he equivocado.
-Qué va a equivocarse. No, no. Quieta ahí y no me cuelgue el teléfono. ¿Por qué llama a Dolores García?
-Onda doble punto radio desea hacer una entrevista a la escritora novel Dolores García.
-Lola, soy Lola.
-Entonces, no es usted… Disculpe.
-Quieta ahí, no me cuelgue. Al fin y al cabo, usted no paga la llamada, así que hablemos.
-Tengo mucho que hacer, Señora. Me encantaría perder el tiempo con usted, pero la emisora…
-Piérdalo, piérdalo, nunca habrá gastado el tiempo conmigo… Y dígame, ¿qué quieren preguntar a Dolores, Lolita, Lola?
-Estamos entrevistando a escritores noveles…
-¿Para qué? ¿Qué les dan?
-Queremos saber sus comienzos, qué les mueve a escribir, su proyección…
-¿Proyección?... Puede interesarme. ¿En qué cadena televisiva proyectarían?
-No he hablado de televisión, esto es una radio, Señora.
-Mejor, mejor. Me han dicho que la tele engorda y ya bastantes kilos tengo encima.
-Pero, ¿usted es Dolores García?
-Lola, soy Lola… ¿Y de dineros, cómo andamos?
-¿Dinero? ¿Qué dinero?
-Digo yo que pagarán por la entrevista. Todos los famosos en el momento que abren la boca, les pagan… Puedo hacer un precio.
-¿Precio?
-Sí, depende las barbaridades que queráis que diga Y si es con fotos, más, claro.
-Pero si es una radio, no hay imágenes.
-Mejor, así ahorro y no voy a la peluquería. Estamos en crisis.
-¿Usted escribe?
-¿Quién? ¿Yo?
-Sí, es un programa para escritores, Señora.
-Si hay que hacerlo, se hace. Yo, trabas, jamás me pongo.
-¿Usted es Dolores García?
-Anda, guapita, estás muy pesada. Lola, soy Lola.
-Yo quiero hablar con Dolores García.
-Mira, en mi faceta de mujer multiuso, puedo ser lo que quieras. Tengo personalidad para eso y mucho más… ¡Ah! ¿Puedo llevar a Mari Pili?
-¿Mari Pili? ¿Quién es Mari Pili? Yo quiero hablar con Dolores García
-¿Y tú trabajas en una radio? Eres muy repetitiva, no sé yo vuestros índices de audiencia. Ahora que con Mari Pili y conmigo sin duda se saldrán de las parrillas.
-¿Mari Pili es Dolores García? ¿Es el seudónimo de Dolores García?
-Mari Pili es Mari Pili, lo más grande, eso sí, tendréis que dejarla hablar de la Termomix. La chica tiene una fijación y no la voy a traumar.
-Si Mari Pili no es Dolores García, Señora, en este momento nos despedimos.
-Quieta ahí, tú no te vas y como me vuelvas a nombrar a Dolores García te monto el chocho, así que tú verás… Vamos al grano, ¿qué me pagas?
-¿Pagar? Nada. Damos a conocer a los escritores noveles.
-¿Nada de nada? ¿Ni siquiera un vale de descuento para el supermercado, una línea de cosméticos, una consumición gratis…?
-Nada de nada.
-¿Y para eso me llamas? ¿Y para eso me haces perder mi preciosísimo tiempo?
-Yo llamé preguntando por Dolores García, la escritora.
-Pues yo soy Lola y gratis no hago nada ¡Adiós!
… Abrase visto, se pensara esa radio que voy yo a hablar gratis… Lola, hablar, con lo que te gusta a ti hablar... ¿Qué has hecho, Lola?... ¿Qué voy a hacer? El gilipollas, como siempre.

viernes, 9 de octubre de 2009

LOLA Y SU MUÑECA

-Tengo una muñeca vestidita de azul con su camiseta y su canesú. Ea, ea…
-Lola, ya he llegado… ¿Dónde estás?
-No chilles, Mari Pili, que estoy durmiendo a mi muñeca.
-¡Leches!, qué fea es. ¿De dónde has sacado eso?
-De un armario, Mari Pili. De donde se sacan todas las reliquias.
-¡Ños!, Lola vuélvela a meter en el armario. Sólo mirarla produce gases.
-No sabes qué alegría nos ha producido a ambas reencontrarnos, Mari Pili. Pero, claro, qué vas a comprender tú que no tuviste niñez.
-Ya, y tú no has salido de ella, Lola. Te aconsejo que nadie la vea. Dan unas ganas de tirarla por el balcón.
-No te preocupes, eso ya lo ha hecho Pepe. No veas qué susto se ha pegado cuando se ha despertado y la muñeca estaba durmiendo a su lado…
-¿Y has bajado a la calle a por ella?
-No, qué va. Me la ha subido el portero.
-Ah… Ya decía que estaba pálido tu portero. ¿Y cómo sabía que era tuya?
-No sé, me ha sorprendido a mí también. Dice que se tira mucho aire a mí. ¿Tú crees que sí, Mari Pili?
-Mujer…, es desalentador que tu portero te vea como a la niña del exorcista… Ay, Lola, es que es calcadita… Ay, qué miedo, me voy a mi casa.
-Mari Pili, por dios, ¿no recuerdas tus muñecas, no te produce ternura?
-jamás tuve una birria semejante… Lola, si es que está hasta calva, cómo me va a producir ternura eso. Anda, si está manca. ¡Joder, Lola!, esto es mucho tomate para mi cuerpo.
-Y mira, se la quita la cabeza, Mari Pili… Ay mi chiquitina, ya verás cómo vas a vivir bien ahora. Ea, ea…
-Sí, sí, acúnala… Te advierto que os podéis ir a una feria de pueblo las dos y ganar mucho dinero.
-¡Qué idea, Mari Pili! ¿Quieres ser nuestra manager?
-No, gracias. Tengo el cupo de esperpentos totalmente lleno.
-Mira ya veo que no me tomas en serio, así que lárgate a tu casa. Yo voy al mercadillo a ver si encuentro una sillita barata.
-¿Par qué, Lola?
-Para sacarla al jardín. Está demasiado pálida. ¿No lo notas?
-Sí, mucho. Maquíllala y ponla colorete como a la tonta del bote.
-¿La pongo coletas?
-Síiiiii, y lazos pistacho.
-Vale… ¿Vienes al mercadillo?
-Si llevas a esa monstrua, pues va a ser que no, Lola.
-La tengo que llevar para probar el cochecito, Mari Pili. Mira, la meto en la bolsa de la compra.
-Me da que me da lo mismo. En el momento que la saques de la bolsa se producirá el pánico en el mercadillo.
-Mejor, Mari Pili, porque nos quedaremos solas y como no habrá nadie para pagar la mercancía que adquiramos, nos saldrá gratis.
-Es verdad, Lola… venga date prisa.
-Espera que la pongo el trajecito de paseo a ver si coge frío.
-Ésta no coge ya ni la peste, Lola. Llévala en bolas para que asuste más.
-De verdad, Mari Pili, no tienes corazón.
-Ni tú cabeza, Lola… Quién me ha visto y quién me ve paseando a la niña del exorcista y a su madre… Puerca miseria, qué bajo he caído.

miércoles, 7 de octubre de 2009

LOLA VUELVE A TRABAJAR

-Dolores lleva usted tres días sin vender.
-...Y lo que te rondaré moreno.
-¿Qué dice Dolores? No la he entendido.
-Nada. Y llámeme Lola.
-Dolores, dígame por qué no vende.
-Don Críspulo, ¿acaso no lee, no oye? Bien claro lo dicen.
-Dolores de qué me habla.
-Coño, que me llame Lola.
-No me falte usted el respeto.
-No me falte usted a mi realidad. Soy Lola.
-O vende de aquí a diez minutos o se larga por esa puerta.
-¿Y si me voy, quién le va a vender Don Crispulito? En ahorro de costes sólo le quedo yo.
-venda ahora mismo lo que sea.
-Vaaaaale... Buenos días soy Dolores García de TutoBank. ¿Doña Pilar Fernández?
-Loooooooola... has vuelto a TutoBank. ¿Cómo te han readmitido?
-Doña Fernández como bien sabe las conversaciones quedan grabadas y...
-... No te puedes salir del guión. Ya lo sé. ¿Tan desesperados están que te han vuelto a dar curre?
-Desesperación no es la palabra, Doña Usted. Es mi valor existencial lo que han tenido en cuenta... Doña Caracolillos, ¿usted cómo vende su máquina infernal? Necesito remedios, o me echan del trabajo.
-Cómo si fuera la primera vez que te echan de un trabajo. El que más que te ha durado ha sido día y medio.
-Virgen de la Pilarica cállese que esto se graba. ¿Qué, quiere que me echen?
-Dolorida, si la van a echar igual... Bueno, no se enfade. No vendo ni un clavel. No hay dinero Mari Loli.
-Gracias, adiós... Don Críiiiiiiiiiiiiiiiipulo...
-¿Qué? Dígame lo que ha vendido.
-Una mierda, eso es lo que he vendido.
-No puede ser...
-Es, Don Críspulo, anda que es... Crispulin que la gente ahora ahorra, no compra. Me lo ha dicho la Pilarica, ya sabe, la que no es virgen.
-Pues venda ahorro, Dolores.
-¡Rediez!, que me llame Lola. Dolores sólo lo uso para hacerme famosa... Y ya estoy cerca, pero aún no he llegado al estrellato. Me falta cuarto y mitad.
-Llámese como le dé la gana, pero venda ahorro.
-Vale. ¿Vendo monederos con agujero de entrada y tapón en el culo para que no salga?
-Eso... Venga, póngase ya.
-Ah, una cosita Don Críspulo...
-¿Qué pasa ahora Dolores?
-Que me llamo Lola, coño.... ¿puedo vender peras y sardinas también?
-¿Peras y sardinas, Dolores?
-Mire usted, como me vuelva a llamar Dolores, le retuerzo los entresijos.
-¿Y si se los retuerzo yo?... Pero, ¿a dónde va, Dolores?
-Al baño, coña, que hay que contar todo... Me ha retorcido los entresijos y tengo que ir al retrete. Me han entrado unas ganas de...
-No me explique, cuando vuelva venda.
-Mari Pili...
-¿Ya te han echado, Lola?
-No, estoy en el baño. Tengo cagalera, Mari Pili. Don Críspulo está desesperado y si no vendo me echa.
-Tranquila Lola, tú vales mucho. Sal y cómete el mundo.
-Gracias Mari Pili. Eres única. Voy a zamparme un bocadillo de chorizo...
-Loooooooooola, por dios, no te hablo de comida.
-Ah, qué lástima... Bueno, sí. Di a Paquito que vaya al mercado central y compre sardinas y peras al por mayor.
-Comida, comida, sólo piensas en comer.
-Que no, doña Pilarica. Es para vender comida por teléfono. Ambos productos están de oferta, lo pone en los periódicos. ¿Cómo quiere las sardinas con ajitos, o sal y pimienta?
-¡Qué rico! ¿Me lo traen a domicilio, Lola?
-No. Ahorro de costes. Me las como yo para que no pierda usted el dinero.
-Loooooooooola...
-Bueno, doña Usted, no es para ponerse así. Entonces cómpreme el magnífico monedero ahorro con tapón en el culo para no gastar. ¿A que es irresistible?
-Matador...

domingo, 4 de octubre de 2009

LOLA Y COLON

-Mari Pili, qué rebajas las de este año. Me he comprado un supermercado. Todo inútil menos esto. ¿Qué opinas?
-No veo nada, Lola. Tus pechos me nublan la visión.
-Ahí, ahí quiero ir Mari Pili. ¿Qué opinas?
-Insisto que no tengo opinión. Tus pechos me apuntan como dos metralletas, leñe.
-¿Metralletas? Son dos carabelas, la Pinta, y la Santa María. ¿Qué opinas?
-¿Qué voy a opinar? Pues que todo lo que has comido este verano se te ha quedado obstruido debajo de la garganta.
-De verdad, Mari Pili, qué poca poesía tiene tu cerebro, coña. Este curso te voy a llevar a clases de delicadeza cerebral.
-Lola de esa guisa vas pidiendo guerra. Adelgaza, cariño.
-No hace falta. Mis carabelas son de quita y pon.
-Ah… Pues quítatelas, hija. Por curiosidad, ¿qué te has puesto? ¿Sandías o melones?
-Unas prótesis. Mis dos barquitas iban a la deriva, sus velitas cada vez más desinfladas. Menos mal que Colón se me apareció en sueños.
-¿Colón? Ah… ¿Y qué tal se encuentra?
-¿Quién, Mari Pili?
-Cristóbal Colón, Lola.
-Ah, no se lo pregunté. Si que es cierto que anoche volví a estar con él. Estaba maravillado. Me dijo que sin duda descubriré este otoño un nuevo continente.
-Volviste a estar con Colón…, ya. Yo con Freud.
-¿Quién es ése, Mari Pili?
-Un conocido mío que me ha dado buenos consejos.
-¿Cuáles, Mari Pili? Ya sabe que yo estoy abierta a cualquier novedad.?
-Me ha dicho que los senos deben tener el tamaño de la palma de una mano. Los tuyos los quintuplica, Lola.
-Pues vaya, qué tío más soso. Eso es porque no se ha puesto un wonderbra.
-Lola, por Dios si es ya no se lleva.
-Claro, por eso están tan baratos y me lo he podido comprar. Hay que tener personalidad y nadar contra corriente, Mari Pili. ¿A que eso no lo sabe tu amigo el frío.
-Freud, no frío, Lola.
-Bueno, como se llame el fulano ése… Mari Pili…
-¿Qué, Lola?
-¿Quieres probártelo?
-Lola, en cada espacio de tu chisme, caben dos cabezas mías.
-¿Ves? Te has pasado la vida siendo una descabezada y ahora ya no tiene remedio…, aunque los había talla mínima, eh, para micro cósenos.
-Vamos a hacer una cosa. Esta noche si sueñas con Colón, le preguntas si acepta en su armada dos zodiac. Yo le preguntaré a Freud, no obstante qué hago contigo.
-¿Conmigo? Si me conoce ese fulano tiene entretenimiento de por vida, Mari Pili.
-Ni que lo dudes, Lola. Estás más sonada que un sonajero, hija.
-Y que luego diga Paquito que tienes medio cerebelo… Anda, vamos a la compra.
-Yo contigo así no voy. Quítate el chisme ése.
-Oye que me ha costado mis dineros…
-Póntelo cuando estés con Pepe.
-¿Qué quieres, que se crea que son de verdad y no vaya a trabajar, Mari Pili? Pobre hombre ya está bastante trastornado.
-Quítate ese trasto o no salgo contigo, Lola. Me muero de vergüenza.
-¿Pero cuándo has tenido tú vergüenza mendecata? Si la tímida era yo.
-Lola no me pongas nerviosa que se me desequilibran las neuronas.
-Pues llévame al circo. ¿No hay la mujer barbuda? Pues yo, la mujer carabela.

jueves, 1 de octubre de 2009

LOLA EXÓTICA

-Mari Pili iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, por tus ovarios cógeme el teléfono... ¿Mari Pili?
-Diga...
-Chica, qué voz tienes...
-No estoy, llame usted mañana, adiós.
-Mari Pili iiiiiiiiiiiiiiiiiiii no cuelgues que soy tu Lola.
-Ahora sí que cuelgo, adiós.
-Mari Pili, allá tu conciencia, pero que sepas que estoy gravemente enferma y te llamo para que me acompañes a un especialista en enfermedades exóticas.
-Lola, ¿a las cuatro de la mañana? Los exóticos tienen cerrado su chiringuito a estas horas. Adiós, Lola.
-Cuélgame, pero no me digas que no te pica la curiosidad sobre el exotismo que me está matando...
-Pues no. Tengo sueño, adiós.
-Mari Pili, Mari Pili, que pronto es tu cumpleaños y soy capaz de poner en el periódico los años que cumples. ¿Me haces caso o no?
-Puerca miseria, estoy más vendida que un político... Dime, qué coños te pasa, Lola...
-Tenía razón tu Paquito, Mari Pili...
-¿De qué, sobre qué, bajo qué?
-Estoy enferma..., muchísimo enferma Mari Pili.
-Sí, eso ya me lo has dicho, y que es una enfermedad exótica. ¿Me vas a contar algo más?
-Mari Pili... Te importa un comino mi tóxica exótica enfermedad... Y te advierto que la puedes padecer tú también.
-Claro, claro... Hasta mañana, Lola.
-Mari Pi iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiili en este histórico momento voy a decir los años que vas a cumplir. A la de una, a la de dos y...
-¿Qué síntomas he de notar?
-Así me gusta, entrar en razón es un paso positivo para superar la enfermedad.
-Lola, dime qué síntomas.
-... Es verdad. ¿Qué guardas en tu armario, Mari Pili?
-Lola, ahora no puedo abrir el armario, está Paquito.
-¿De cuerpo presente?
-Roncando, Lola.
-Entonces, abre el armario y mira.
-No Puedo, Lola. Si abro se cae...
-Que se cae, ¿el qué Mari Pili?
-... Mi oscuro pasado... Digo pasado porque tomé la determinación de cortar.
-¡Coño, Mari Pili! Esto se anima… Cuéntame ese pasado oscuro al que quieres renunciar...
-Lola la enferma eres tú...
-Sí, sí, pero yo no tengo secretos oscuros ni claros.
-Claro, porque lo cotorreas todo.
-Sí, pero esta enfermedad no se puede contar, es vergonzante.
-¿Peor que la gripe del tocino?...
-Nada comparable. Pero ahora vamos a lo importante. Abre el armario.
-Lola, no puedo. Si lo abro salen volando encima de Paquito.
-Qué traidores son los fantasmas del pasado. Seguro que se tiran encima de Paquito para cotillearle tus secretos inconfesables. De verdad, eh, no te puedes fiar ni de un fantasma.
-¿Lola de qué, puñetas, hablas? Yo hablo de mi lado oscuro.
-Qué tomate, Mari Pili y yo con estos pelos y sin linterna.
-Lola, ¿para qué quieres una linterna a las cuatro de la mañana?
-Pues, hija, para iluminarte y que des una patada en los cojones al oscuro y que te deje vivir en paz y armonía y yo qué sé más... Mi problema si que es tomate, ése ni castrándole. Se volvería a engendrar sin órganos reproductores.
-Cuéntame Lola, tú me solucionas la vida y yo no te ayudo. Dime...
-¿De verdad me ayudarías, Mari Pili?
-Ciegamente, Lola.
-Entonces cuando se haga la luz del día te llevaré veinte bolsos y treinta y siete relojes. Yo me quedo con cincuenta. Tengo hasta modelo de bolso para ir al retrete... Ah, ¿los relojes los quieres que anden, parados, con la hora adelantada, la hora de Japón?
-Looooooooooooooola... ni de coña. Vamonos ahora mismo al especialista de enfermedades exóticas. Estamos las dos gravemente tocadas.
-Mari Pili, ¿en tu lado oscuro cuántos bolsos y relojes tienes?
-Caaalla Lola que se despierta Paquito...