viernes, 21 de octubre de 2011

LOLA ENFERMERA

-Monchita, no querrás que te cuente lo que me pidió Pepe ayer a la una de la mañana… Qué desvergüenza, qué desfachatez, qué tortura de hombre… ¿Te lo cuento, Monchita?
-No, Lola, pero lo vas a contar igual, así que empieza.
-Fíjate, Pepe me pidió que le cosiera un botón. ¿Tú te crees que son horas?
-Lola, te recuerdo que son las cuatro de la mañana y no has parado de hablar…
-¿Quieres que explote, Monchita, eh? Antes muerta que callá
-Igual que Monchín… Si es que sois calcados.
-Ah, no, eso no te lo consiento. Yo no me quejo, digo verdades.
-… Y tonterías, Lola… Por cierto, me duele este lado… mira, mira, el que está más abajo del espinazo.
-Buenas noches, doña Monchita, aquí estoy para darle la ración de chute.
-Buenas noches, enfermera.
-¡Alto!... Usted, quién, coños, es…
-Es la enfermera, Lola. Déjala hacer su labor.
-Y un cuerno… A mi amiga no la toca ni San Pedro.
-Lola, cállate, me va a poner el antibiótico.
-El antirrábico ese lleva alcohol…
-Señora, por dios, desde cuando un antibiótico lleva alcohol.
-Es que si no lleva unas gotitas de orujo a mi amiga no la toca ni Rasputín. Así que lárguese.
-Vale, vale, ponga a mi amiga el veneno ése… pero con una condición…
-¡Lola!
-Cállate Monchita, que se lo que me hago.
-A ver, señora, qué quiere…
-Enfermera no haga caso de mi amiga y usted haga su labor.
-Tranquila, doña Monchita, sé lo que hago. He estado cincuenta y cinco años en el pabellón de psiquiatría y sé cómo hay que tratar a estos elementos.
-¿De quién habla usted, doña enfermera? Porque si es de mí, lo tiene claro. Me dieron por perdida antes de nacer, así que, o pone dos docenas de bollos en vena a mi amiga, o se larga por donde ha venido… Decida.
-¡Lola!
-Que no me callo, Monchita. Esta gente de cofia y delantal blanco con termómetro lo que les pasa es que tienen una fijación con los gordos.
-Señora, no querrá que llame al agente de seguridad y la echen del hospital, verdad.
-Llame, llámele.
-Ahora mismo…
-Corre, Monchita, vistote.
-Pero, a dónde me quieres llevar, Lola…
-A Telepizza, Monchita. Desde allí llamaré a mi vecino el fontanero. Date prisa…
-¿Para qué queremos un fontanero, Lola?
-Hija, para qué va a ser. Te quita los gases, te desinfla, te desatasca y mano de santo.

martes, 18 de octubre de 2011

LOLA Y MÍSERA VERDAD

-Oye, guapa… Disculpa…
-Dígame, señora…
-Llámame Lola, hija. Suena rotundo y sincero.
-Vale, Lola… en qué la puedo ayudar…
-Hija, ¿quién te ha engañado?
-¿A mí? Nadie.
-Te han tenido que engañar a la fuerza o, bien, no tienes espejo en tu casa. Tú dirás…
-¿De qué me habla, señora?
-Llámame Lola, hija.
-De acuerdo, Lola. Tengo espejo y no hay nadie que me engañe.
-Pues entonces no lo entiendo. Con lo mona que tú eres. Ese pelo, esos ojazos… No me lo explico.
-Que no se explica el qué, señora…
-¡Coña! Que me llames Lola… Con lo español que es, la fuerza que tiene este nombre que Dios me ha dado… No serás vasca o catalana, verdad…
-Señora, soy de Lugo.
-Anda, mira, como mi prima la Chelito.
-Lola, tengo prisa. No la conozco de nada, pero si la puedo ayudar, dígame.
-La prisa es mala, te lo digo yo que tanto, tanto me aceleré que ni las pastillas me resucitan.
-Ya decía yo que no la veía a usted muy normal… ¡Adiós!
-Eh, niña, no te vayas… Te he dicho que estoy pasada de revoluciones y te largas… Si es que no se puede decir la verdad.
-Lola, Lola…
-Calma, bonita, calma… Si es que, verás tú… Hoy me he levantado con el espíritu samaritano y me he dicho “Loli, sal y di la verdad como Jesucristo”
-Lola, soy atea.
-¡Qué juventud!... No te das cuenta que debes de tener amigos hasta en el infierno…
-No  me había parado a pensar esa teoría, Lola.
-Bueno, no todo vale, eh. Yo no soy amiga ni del diablo ni de los políticos, aunque…
-¿Qué?
-Nada, que digo que en el infierno están los marchosos. No sé…
-Otro día me lo explica… ¡Adiós!
-Eh, eh, para… un segundín, bonita.
-Dígame… Lola…
-Que digo que vas hecha un Eccehomo… Con lo bonica que tú eres. Mírate, mírate… Pareces pasicorta. El tiro del pantalón te llega a la rodilla y el culo parece un pandero…
-Señora, señora, y a usted qué la importa… Se ha mirado usted…
-¿Yo?... Qué va. Desde que me dijeron que no tenía solución lo mío, me he venido ahorrando ese disgusto. Pero tú, alma de cántaro…
-Váyase usted a la mierda… ¡Adiós!
-ves, Lola. No se puede decir la verdad… Si aún me tendré que hacer amiga del diablo… Puerca miseria…

miércoles, 12 de octubre de 2011

LOLA Y EL PROBLEMÓN

-Pepe, me oyes… Soy Lola… ¿Pepe?
-Qué…
-¿Qué estás haciendo?
-Trabajar, Lola, trabajar.
-Pues qué aburrido, ¿no? Oye…
-Ay… Dime.
-Qué suspiros, no sabía que te excitara tanto mi persona, qué bien, ¿verdad?
-Lola tengo a un muerto entre manos, qué quieres…
-¿Le has asesinado tú, o se ha muerto sin ayuda?
-¡Hasta luego, Lola!
-Ehhh…, no cuelgues, Pepe. Yo te llamaba porque tenemos un problema. Bueno, en verdad es un señor problemón.
-¿De qué índole?
-De todo. Moral, antinatural, social, sociológico, bilingüe… Un problemón, Pepe.
-Ya sé cómo dices. A ver, ¿qué te sucede?
-¿A mí? Nada, Pepe, estoy sensacional y desde que me has dicho que soy excitable, me siento la mujer cañón.
-Lola, se me estropea el muerto… Dime en dónde está el problema.
-¿Cómo que se te estropea el muerto? ¿Le estás reviviendo? Ay mi Pepe, revividor de muertos… Qué completito es mi Pepe.
-Lola excitas al más tranquilo de los humano. ¿Qué, coños, quieres?
-Pepe… entonces, ¿no te excito de excitar?
-Loooooooooola…
-Ya, ya voy Pepe… Mira es que no sé cómo decírtelo…
-Diciendo, Lola, del verbo decir.
-¿Verbo intrínseco o intransigente, Pepe?
-Loooooooola…
-Ay, ya voy. Te advierto que te llamo porque Mari Pili está en Andorra y allí las conferencias son caras que si no de qué te iba a estar llamando yo.
-Pues vete a Andorra con ella.
-Ya, para que luego me acuses de abandono de hogar y me expropien la hipoteca y la cuenta con números rojos… de eso nada.
-Lola o me lo cuentas o te cuelgo…
-Pepe, nuestro perro es homosexual.
-¿Eh?... ¿Y en qué lo has notado?
-Pues que pasa de las perras y se va de perros.
-Bueno… ¿Y?
-Cómo que y… Pepe, es duro de aceptar, pero acéptalo, Pepe Perro es gay.
-Acéptalo tú, Lola, así conoces de todo.
-Pero cómo lo voy a aceptar, Pepe, ¿y mi madre?
-¿Qué la pasa a tu madre? ¿También es gay?
-Pero qué animal eres… Es una mujer de noventa años, cómo va a entender que el perrito sea de la otra acera…
-Pues no se lo digas y la evitas sufrimientos, Lola.
-Es que ya lo sabe, Pepe…
-¿Y por qué se lo has dicho?
-Yo no se lo he dicho, Pepe, no soy una chivata, majo… Me lo ha dicho ella a mí.
-Entonces si ya lo sabe, pues ya está solucionado, Lola.
-No, Pepe, no, porque desde que se dio cuenta no sabe otra cosa que decir “¿Por qué?” Es como un disco rallado. ¿Qué hago, Pepe?
-Llévala con el entrenador de Real Madrid, Lola.

lunes, 3 de octubre de 2011

LOLA Y EL MISTERIO DEL JAMÓN

-Lola… -…
-Lola contesta que se me acaba la paciencia… Looooooooooooola
-Pepe no estoy sorda y es más… A un semejante jamás de los jamases se le chilla.
-Looooooooooola
-¿Qué coños quieres, puñetas?
-Lola, esa lengua.
-Ya sé cómo dices “Lola te `pareces a las verduleras”… Pues no, Pepe, no me parezco. Ellas ganan dineritos y yo sólo te aguanto a ti… Anda que no hay diferencia.
-Lola, ¿quién ha tocado el jamón?
-Mismamente el perro, Pepe.
-¿No me digas, Lola, que el perro come jamón?
-Bueno, Pepe, hasta atragantarse por una veta mal cortada. Con eso te digo todo… Pepe.
-Y quién, coños, le corta el jamón al perro...
-Quién va a ser, Pepe, el mismo. Es un animal muy eficiente.
-¿Con qué corta el jamón?
-Con un cuchillo, Pepe… Y lo que es más gordo…
-¿Qué, Lola, qué es lo más gordo?
-Bien recordarás mi querido Pepe que en las capitulaciones matrimoniales nuestras existe un apartado muy doloroso para mi…
-¿Si?... Y cuál es, Lola que no lo recuerdo…
-La partición de cuchillos. Tú tienes los tuyos y yo los míos… Y que jamás de los jamases yo, tu Lola, tu santísima esposa cogerá un solo cuchillo tuyo, y menos el jamonero para pelar una triste patata.
-Sabia decisión, Lola, sabia decisión. Recuerdo aquel dia en que te encontré pelando un plátano con el hacha de partir la leña.
-Claro, no tenía otro instrumento a mano, Pepe.
-No desvíes mi atención, Lola y dime con qué corta el jamón el perro.
-No te lo vas a creer, Pepe, pero el perro corta el jamón con tu cuchillo jamonero.
-Pero si lo tengo guardado en la caja fuerte. Es imposible.
-De imposible nada, Pepe. El perro se sabe la combinación de tu caja. Te piensas que como es perro es tonto.
-Ahora mismo cambio la combinación.
-Haces bien, Pepe, pero que muy bien. ¿Quieres que te acompañe o lo sabes hacer tú solo?
-Ven si quieres, Lola.
-Voy contigo vida mía.
-¿Qué combinación puedo poner?
-Pon si quieres la fecha de mi cumpleaños así no se me olvidará, Pepe.
-Sí, estupendo, porque esa fecha no la sabes ni tú. La última que nos dijiste ya eras más pequeña que tus hijos. ¿Lo recuerdas, Lola?

miércoles, 16 de marzo de 2011

LOLA Y PEPE

-¡Loooooooooola!

-¡Ay, Jesús!, No me chilles que los únicos que están sordos son los muertos.

-¿Me puedes decir para qué has comprado más tazas de desayuno? Somos cuatro o es que piensas poner un hotel…

-Pepe, somos seis. Te olvidas del perro y la tortuga.

-Contesta…

-Pepe, mi amor, mi capricho… Era una oferta irresistible… ¡Ojo! Mari Pili también compró.

-La casa de Mari Pili me importa un carajo.

-Pues te debía importar Pepe. Pues si no me quieres ver, vas a casa de Mari Pili y te sentirás tan agustito. Tenemos las mismas cosas.

-Otra tarada.

-Oye, Oye, sin insultar a mi alma gemela. Insulta a tus difuntos, total, no te oyen.

-No se cabe en casa, Lola.

-¿Qué me estás insinuando, Pepe? Mi minimalismo es abigarrado, pero tan decente como tu simpleza.

-Quita trastos de en medio, por Dios te lo pido.

-Me puedes decir para qué metes a Dios en este ajo… Dios tiene el universo entero para decorar, pero yo… sesenta y cinco metros… ¿No te doy pena?

-Lola quítate de mi vista…

-Pepe, Pepiño mío… no puedo.

-¿Por qué no puedes, Lola?

-No hay sitio… Bueno, hay un hueco en tu armario, pero me voy a comprar al mercadillo los modelos de verano y…

-Lola, me ahogo…

-Ven, anda, abre la boca. Seguro que se te ha quedado la mala leche torcida en la garganta… Espérame que voy a por la espumadera.

-¿Para qué quieres una espumadera?

-Hijo, para qué va a ser… Pues para metértela por la garganta y desatascarte. Mira, te estás poniendo morado…

-Quita, quita, voy a desayunar y me largo… ¡Loooooooooooola!

-Ahora qué pasa… Un momento, ya voy… ¡Santa Críspula Bendita! ¿Qué has hecho Pepe?

-Se me han caído las tazas.

-Igual que los pobres japoneses… Vaya tsunami que me has preparado… Has destrozado todo, me que quedado sin nada. Y ahora, ¿qué hago?

-Vivir con sencillez, Lola, que falta te hace.

-Antes muerta que sencilla, Pepe ¿Entendido?... ¿Mari Pili? Soy Lola, tengo que renovar la decoración, ¿a qué hora quedamos?

martes, 1 de marzo de 2011

LOLA Y EL ROBO DE LOS OCHO MIL LEUROS


-El siguiente…

-Servidora, majestad policial.

-¿A usted que la pasa?

-¿Pasarme, pregunta? De todo… Bueno, vamos al grano. Le presento a mi amiga Mari Pili Fernández, de la saga de los Fernández de toda la vida, y prima del excelso cineasta Julito Fernández… ¿Vio los oscar, vuecencia? Yo no, pero allí estaba él.

-¿Quién, señora?

-El primo de Mari Pili. Salió a por tabaco y entre el barullo, se coló.

-¿Es lo que viene a denunciar?

-Qué va. Estoy usando las normas de protocolo, o es que ustedes, la rama policial de escopeta y porra, no les enseñan protocolo…

-Vale, vale, señora, usted dirá…

-Venimos a denunciar.

-¿El qué, señoras?

-Nos han robado. Bueno, a Mari Pili la honra hace años, pero el delito ya ha prescrito. Aunque el mío está en carne viva.

-Es decir, la han robado a usted… ¿Cómo se llama?

-Dolores García, de la saga de los García de principios de la hispanidad, pero si quiere llámeme Lola, suena más florero.

-Bien, Lola Florero, ¿qué le han robado?

-Todo, majestad policial.

-En qué consiste ese todo. Defínamelo, por favor…

-Entraron por la ventana. Las cortinas en ese momento bailaban un vals como cada mañana que ventilo mi casa porque yo soy muy limpia.

-¿Y?

-Qué guarros, pero qué hijos de, de, del maleficio social, majestad policial. Osaron volcar el cajón donde guardo mis bragas…

-Ya ¿Y?

-Luego metieron sus puercas manos en mi joyerito de terciopelo verde regalo de mi Pepe. En mi ropa, en mis bolsos, en mi baño… Fíjese, se llevaron a Ana Rosa Quintana, a Sálvame de lux, a la telenovela “Si quieres tomate, toma peras”…

-Pero, ¿de qué me habla, señora?

-¡Coña!, que me han robado la televisión.

-¿Más cosas?

-Sí… Ocho mil leuros, majestad.

-Lola, si tú en tu vida has visto mil leuros, cómo vas a tener ocho mil…

-Mari Pili, Mari Pili, déjame hablar que soy la espoleada. De esto que me ha costado unos nervios sin fin y finalidad, he de sacar para restaurarme.

-¿Qué más, señora?

-Un kilo de tomates, un cerdo entero congelado, siete cocidos, cinco preparados de paella, mil latas variadas. Tres pelucas…

-Lola, si no tenías pelucas…

-Mari Pili que te hago estofado… Cállate.

-¿Más, señora?

-Sí, pero no tiene importancia, majestad policial.

-No, no, señora, dígamelo todo.

-Pues no, no me da la gana. Seguro que no me devuelven lo que quiero y sí lo que no quiero.

-A ver, Doña Lola, qué más la han robado. Desembuche…

-Me llevaron a mi santo Pepe. Estaba él tan recogidito en su sillón contando los muertos del día, mirando las esquelas… Y no, no quiero que me devuelvan a mi Pepe.

-Pero, señora, si es su marido y se trata de un secuestro…

-Ya, ¿y qué? Como le encuentren y vea la factura del teléfono, es que no me secuestra, me mata directamente, majestad ¿No le doy pena? Devuélvame los leuros, el cerdo, las pelucas, la televisión y todos tan amigos.

-Salga de aquí ahora mismo. Es usted un monstruo.

-Tranquilito, eh. Ya me voy a otra comisaría a que me tomen más en serio… Buenas tardes, policía… Ah, y de majestad, nada de nada.

viernes, 25 de febrero de 2011

LOLAY LOS POBRES DIFUNTOS

¡Me cago en la cuna que me arrolló!... Por qué me tiene que pasar a mí y no a Mari Pili, coña. Yo necesito un poco de glamour en mi vida para salir de este atasco mental, pero se me niega. Anda que no hay profesiones en la vida más alegres que la de mi Pepe. Pues si no quieres un muerto, toma seiscientos…

-Mamá, ya estoy en casa…¡Puerca miseria!, éste es peor que su padre- ¿Qué tal, hijo, hoy?

-Mamá,¿sabescuántos beneficios ha sacado mi funeraria en lo que va de año? Un millón, fíjate…

-¿Un millón de muertos en un mes? Sois peores que los nazis-¡Virgen del Perpetuo Socorro! Para esto antes de que mi hijo se cargue a toda la humanidad.

-Mamá, un millón de euros, no muertos.

-¿Lo sabe el banco de España? ¿Dinero negro o gris? Como lo sepa el Zapatillas os lo fiscaliza y se lo da a los sindicatos.

-Mamá, por Dios, estás obsesionada con nuestro presidente. Crees Que es el culpable de todo… Cambiemos de tema. Sabes, mamá, que hoy he visto a un difunto que sólo le quedaba la cara.

-Eso seguro que ha sido Zapatillas para venderlo en el mercado verde.

-Casi seguro, mamá… ¡Ah! Y hoy también he visto cómo se extraen los órganos.

-¿A cómo vendéis el kilo de tripas, hijo?

-Mamá, contigo no se puede hablar en serio.

-Perdona, hijo, es que es tan alegre tu profesión que me entristece.

-Vale. Toco otro tema, tranquila… Sabes mamá que se puede pagar ya los entierros a plazos… ¡Ah! Y sin intereses añadidos. Vamos, un chollo.

-Sí, sí ¿A cuánto la cuota mensual, hijo? Y me supongo que según pagas, te van enterrando a cachos, ¿no? Yo quiero que me entierren la cabeza lo último. Más que nada para seguir maquinando.

-Pues, mamá, fuera de bromas, he diseñado un entierro tipo y me han dado el premio extraordinario ¡Qué contento estoy!

-Pero, ¡cuánto vale mi niño, Dios mío! ¿Cuánto dinerito, hijo?

-No es dinero, mami.

-¿Una placa de oro macizo? Genial, se puede revender estupendamente en el mercado chino. Me han dicho que andan muy escasos del color amarillo para su piel.

-Mami, ¿sabes lo que más me gusta de mi profesión?

-Ni idea, hijo. Tal vez la tía Mari Pili lo sepa… Mari Pili, anda, escucha a tu sobrino que estoy sintiendo que mi cuerpo pierde peso y mi mente gana masa.

-¡Ay mi niño cuánto vale! Cuéntame mientras tu madre vomita sapos.

-Tía Mari Pili, yo sé que tú me entiendes porque tienes una cabeza abierta.

-¿Ah, sí? Pues no veo ningún agujero, Peluche…

-Lo que más me gusta de mi profesión como os decía son los casos reales. Hoy por ejemplo he visto un cadáver desangrado. Chorros de sangre por toda la casa. La lengua fuera…, amoratada, tía Mari Pili.

-¡Ay qué lástima, por Dios! No haberlo visto, qué entretenido.

-No era una muerte normal.

-No, no, qué va. Fue Drácula que no le entraba más sangre, seguro…

-Mami… ¿Tú crees que fue Drácula?

-Mari Pili, contesta al niño…

-Bueno, pues… ¿Tenía perro el difunto, Peluche? Seguro que el muerto no le daba de comer y se lo comió… ¿Es más lógico? Total, no estamos en Transilvania.

-Tienes razón, Mari Pili, estamos en España. Fue Zapatillas que ya no sabe donde hincar un diente.

-Mamáaaaaaaaaa… No se puede hablar contigo.

-Me callo, me callo. Sigue, hijo, con tu amena narración.

-No, Lola, vamos al mercadillo. ¿No ves que se me han inflado los morros? Mi enfermedad de Rosenthal es muy sensible.

-Chicas, ¿no queréis sabes lo que hace un muerto antes de morir?

-Loooooooola, vamos. Tu hijo es peor que tu Pepe.

-¡Qué lastima, qué pena, qué destrozo! Luego nos quejaremos que nuestros hijos no nos cuentan nada…

martes, 22 de febrero de 2011

LOLA GOTERAS

-Señor doctor, ¿qué puñetas me encuentra ahora?

-Señora Lola tiene usted el corazón sobreexcitado.

-¿Quéeeeee? ¿Usted es bobo o se entrena a tiempo parcial?

-Lola, lo dicen los informes, no hay duda.

-Usted entiende de corazones desgarrados lo que yo de hipopótamos sin duchar.

-Para qué viene, entonces, al médico?


-Muy sencillo. Yo tengo que consumir la Seguridad Social o me la consumen otros… Usted verá.

-Insisto, usted tiene el corazón sobreexcitado.

-No me toque las narices, señor doctor o le escupo ¿Cómo voy a tener el corazón orgásmico si mi Pepe sólo ve muertos. No se trata con vivos, doctor.

-Lola, deja hablar al doctor.

-Mari Pili, ¿te recuerdo que a ti te llamó Rosenthal? Te comparó con una vajilla y mi amiga es mucho más… Eres una gata… Por cierto, doctor, mire usted el corazón de Mari Pili. Ya verá como está poseído.

-Lola, por Dios…

-Mari Pili, por la Purísima Concepción… Además, que sepa señor doctor que, de no usar, vuelvo a ser virgen… No ve, no ve cómo me sale encima de la cabeza un aro…

-Lola, es la diadema que compraste estas navidades a los chinos. Tiene luces…

-Claro, no me la quito para que vean los coches que llego yo, no vaya a ser que me atropellen.

-Señora Lola volvamos a lo suyo…

-¿Y cuál es lo mío, doctore?

-Tiene usted el colesterol disparado.

-Pero bueno, ¿qué le he hecho yo? Me tiene manía usted.

-No puede comer huevos, no…

-Pare, pare. Mi prima la Loli tiene unos huevos de gallina clásica que te mueres de buenos. No los voy a tirar. Además, todas las semanas me los trae recién ordeñados. No pueden estar malos.

-Una cosa, doña Lola, ¿qué son las gallinas clásicas?

-Pues las que no son modernas… Pero qué poca cultura tiene usted. Para que vaya luego presumiendo que es doctor sonorísimo con causa.

-Lola, ¿por qué tienes huevos de tu prima la Loli y yo no? Pensé que compartíamos todo. Mala amiga.

-¿Compartes conmigo, acaso, los libre3tos porno de tu primo Julito? Pues no, así que los huevos de mi prima la Loli, tampoco y no veas que huevazos son, Mari Pili, asín de grandes…

-Señoras, señoras, dejemos de hablar de huevos…

-Claro, cómo usted doctore no los tiene…

-Dejemos mis huevos y sigamos… Tampoco puede comer queso, ni carnes rojas, ni chorizo, ni…

-Paaaaaaaaaaaare, que se ha embalado y se va a empotrar contra el armario… ¿Quiere que muera de inanición como Mari Pili? Mírela si da asco mirarla dos veces. Está seca…, pero yo, mire, mire. Espere que me subo el refajo y toque sin miedo.

-Lola…

-Mari Pili… Si es un médico, mujer. Si esta especie es como mi Pepe y, al menos antes de que se lo coman los gusanos, que lo vea algún humano, ¿no?

viernes, 4 de febrero de 2011

LOS MORRITOS DE MARI PILI

-Señor doctor, hemos venido para saber toda la verdad y nada más que la verdad… Compréndanos, mi amiga Mari Pili no puede seguir con esos morros de elefante que se la han puesto de la noche al día… Venga, desembuche.

-Sra. García…

-Llámeme Lola, please, suena más confesional.

-Su amiga tiene una enfermedad rara, rara.

-¿De morirse o quedarse aquí para la eternidad? Es que si es para la eternidad, yo como James Bond, señor doctor…, me quedo con mi amiga. Diga cómo se contagia, y me preño.

-En alemán se llama Rosenthal.

-Te lo dije Mari Pili, la Angelina Jolie alemana no podía traer nada bueno a Spain. Mucha palmadita y ya ves ahora los sindicatos, a la calle seguro.

-¿Qué sindicatos, Lola?

-Tú calla, Mari Pili… Doctor, entonces qué me recomienda, tenemos dos posibilidades: o vender los morritos de mi amiga, porque no hay que engañarse, señor doctor, nos darán un buen dinerito por ellos. No a todo el mundo se les reconvierte los morritos en vajillas. Ya sabe que las vajillas Ronsenthal son carisísimas o, meter los morritos de mi amiga en el lavavajillas para que se limpien y se la vuelvan normales. ¿Qué hacemos, señor doctor?

-Pero qué dice, señora…

-Lola, por Dios, cállate.

-¿Qué me calle Mari Pili? Pero cómo me voy a callar, antes reviento y luego me muero…

-Señora, por curiosidad, ¿a usted le han tratado alguna vez de la cabeza?

-Estoy pensando en ello, doctor. Cualquier día voy a que me tomen medidas para que me hagan de una vez una peluca… Doctor, ¿es que se me nota mucho que cada vez tengo menos pelo? Le advierto que es de pensar tanto. Como mi amiga Mari Pili no piensa, pienso yo por las dos, y claro, el desgaste, pues héteme aquí que las crines se me caen a cachos.

-Señora, entonces, si he entendido bien, se siente usted caballo… Qué lástima, está usted peor de lo que yo pensaba.

-Pues ha entendido usted fatal. No me siento caballo… Me siento, cómo se lo explicaría a usted, ¿tal vez cisne con cuerpo de toro y con la calva de mi Pepe?

-Señor doctor, olvide a la chiflada de mi amiga y dígame qué hacemos con mis morros.

-Señora, he de estudiarlo. Vuelva usted, sin su amiga, eh, la semana que viene.

-De volver nada, caballero. Usted es un listo, quiere cobrar dos veces a mi amiga. De aquí no nos movemos. Soy su manager y velo por sus deudas.

-Señora, ¿por qué no se calla?

-Antes muerta que callada, ya se lo he dicho… Rapidito, dénos soluciones y, a ser posible, varias.

-Lola cállate. La que tiene los morros mal soy yo.

-Cállate tú, Mari Pili, que se me acaba de ocurrir la solución… Señor doctor, ¿y si metemos los morritos de Mari Pili en Fairy?

miércoles, 2 de febrero de 2011

LOLA Y LOS COTILLAS

-Lola, qué gusto verte… ¿Dónde te has metido estos meses?

-Gracias por tu gusto que no es el mío mi queridísima vecina Cacharros.

-Te he preguntado que dónde has estado metida estos meses. No he visto las ventanas de tu casa aireadas.

-Es que nos hemos vuelto guarros y porcinos, Cacharros.

-Ya, ya veo… Entonces, mi amada vecina Porcina, dónde has estado metida…, porque hay rumores en el vecindario

-¡Ah! ¿Sí? Qué tipo de mugrientos cotilleos sobre mi excelsa persona… Habla Cacharros y calla y me largo rápido.

-… Pues se dice que…

-Habla más alto que no te oigo. Si es chismorreo, no importa que grites, mujer, ya lo sabe todo el mundo lo cotilla que tú eres.

-Vale, Lola… Se dice que has estado ingresada en una clínica para rehabilitación.

-¡Ah! ¿Sí? Qué interesante… Pues es mentira…, que lo sepas. Y cómo me caes mal te lo diré…

-Dime, Lola…

-¿Conoces a mi amiga Mari Pili?

-¿La rubia de pelo de caracol con los dientes mirando a Murcia?

-Cacharros… ¿Cuánto hace que no te miras tú al espejo, guapa?

-Hace dos segundos, Lola.

-Pues te habrás visto por última vez las muelas porque te las voy a dejar ciegas. No podrán mirar ni a Murcia.

-Bueno, no te enfades, eh… ¿Dónde has estado?

-En Alemania.

-¿En Alemania? Túuuuuuu?

-Sí yo, con Mari Pili

-¿Y qué hacíais dos fachas como vosotras?

-Fachas y a mucha honra. Más vale ser facha que progresista.

-Vale, Lola. ¿Qué hacíais en Barcelona?

-¿En Barcelona, Cacharros? He dicho Alemania… Aunque si hubiera tenido tiempo me hubiera pasado por allí. Me quiso fichar mi Pe…

-¿Quién?

-Pe Guardiola, coña… Él sí que tiene visión de futuro y, no, el zapatillas ése que rige nuestra ruina.

-¿Y para qué te quería Pe Guardiola?

-Pues para psicoterapia defensiva en momentos proclives cuando las neuronas patinan… mi fuerte, Cacharros.

-¿Quéeee?

-Nada, hija, déjalo. Donde no hay, sólo se puede pedir que te largues… ¡Adiós, Cacharros!

-Ehhhh, espera… Que no me has dicho qué has hecho en Alemania.

-Muy sencillo, Cacharros ¿has visto el anuncio de la tele?

-Cuál de todos, Lola?

-El de “Vente para Alemania, Pepe”

-No.

-Pues yo sí porque soy un ente muy cultivado.-¿Y?

-Pues eso… Me fui a Alemania con Mari Pili porque su hijo Luisito es un portento, creador de Facebook…, bueno, colaborador, ya que es una eminencia en la informática.

-¿Creador de Facebook?

-Sí, cómo lo oyes… Y por cierto, ¿qué tal le va a tu hijo de pasante en la puerta del metro?

-…Bien, bien. Tengo prisa, ¡adiós, Lola!

-Ve con Dios, maja… Pero qué veneno es esta tía. No la soporttooooooo. Qué me da el nervio… Dónde, puñetas, he metido la pastilla para la alteración del nervio derecho…

-Loooooola… Llegas tarde.

-¡Hola, Mari Pili!... Hija, es que me he encontrado con la Cacharros.

-¡Ay va, Dios! ¿No la habrás dicho que has estado en el psiquiátrico estos meses?

-¡Por Dios, Mari Pili! ¿Por quién me tomas?... La he dicho que estuvimos en Alemania por el éxito obtenido de Luisito al haber creado facebook?

-Pero tú estás chinorris, Lola. Luisito es socio en Facebook, no el creador.

-El orden de los factores, no altera el producto, Mari Pili. Socio y creador casan.

-Si tú lo dices…

viernes, 28 de enero de 2011

POR FIN LOLA REGRESA EN "LOLA Y EL ENIGMA DE LOS PATOS

-Loooooooooooola…
-¿Qué quieres, Mari Pili?
-¿Dónde estás metida? No te veo.
-Cómo me vas a ver si ves menos que un elefante en una pollería… Estoy debajo de la cama.
-¿Y qué haces ahí?
-Para no distraerme, Mari Pili. Necesito concentración para resolver el enigma de los patos.
-¿Qué patos, Lola?
-Pues los patos, Mari Pili… De repente tengo tantos patos que me dan ganas de mandárselos a Pepe a la funeraria para que le hagan compañía en negocio tan alegre y, también de repente, se incineran ellos solos y desaparecen. ¿Tú lo entiendes, Mari Pili?
-Pues no, Lola, no entiendo nada… Oye, y dónde ves los patos?
-Ven, métete debajo de la cama, no hay suciedad. La limpié hace dos años.
-¿Qué no limpias desde hace dos años debajo de la cama, Lola? No me extraña que veas patos, lo que no comprendo es que no veas cocodrilos y vacas, y ovejas y gallinas y caballos y…
-Para, Mari Pili. De eso tengo muchos y ya ves, no se me escapan. ¿Tú tienes?
-¿Qué, Lola?
-Hija, pues caballos, potros, gallinas, huevos...
-Pues no, Lola. Sólo tengo los huevos de Paquito, y estoy de esllos hasta las narices. De todas formas es que yo soy muy limpia, sabes. Tengo la costumbre de pasar el plumero cda veinticinco minutos.
-¡Joder, Mari Pili! Eres Cagadita a tu madre. Recuerdo que tu madre pasaba dos plumeros, uno en cada mano, cada medio minuto. Me parece que tú me has salido un poco más guarra… ¡Ah!, hablando de cerdos, tengo sobredosis de cerdos. ¿te interesa alguno?
-¿También los tienes debajo de la cama?
-Síiiii. Ven que te los enseño.
-Sí, sí, ahora. Espera un momento que voy a hacer una llamada… ¿Funeraria La alegría? Que se ponga don Pepe
-Diga…
-Pepe, soy Mari Pili. Oye, estoy con tu Lola y dice que tiene patos que aparecen y desaparecen. ¿Tú crees que era buen momento para regresar? Es que los lectores van a pensar que después de tantos meses desaparecida, vuelve peor de lo que estaba. ¿Qué hacemos Pepe?
-Si eres tan generosa, Mari Pili, dale, por favor, la medicina.
-¿Cuál de todas, Pepe? Te recuerdo que al día toma ochenta y dos pastillas y media.
-No, le han cambiado el tratamiento, Tranquila. Ahota sólo toma noventa y si se pone nerviosa y ve alucinaciones, se le da las especiales.
-Pues dime cuál son las especiales, Pepe, que se las doy horita mismo.
-Dale una manada de patos con un poco de agua… Bueno, mejor dale dos manadas… ¡Adiós, Mari Pili!, te dejo que tengo que maquillar y hacer el peeling a cinco muertos.
-¡Adiós, Pepe!… Yo no sé quién de los dos está más trastornado. Claro, díme con quién andas y te diré en qué te conviertes… Ay, Señor, Señor, qué cara de pato tengo hoy.