-Tal como veo a su amiga no se va a agravar porque yo termine de comerme el bocata de salchichón y la cervecita. Esperen en la puerta de la consulta.
-En horas de trabajo, el alcohol es malo, Doctor, y el colesterol que se va a meter para el cuerpo, fatal para las arterias y el corazón, oiga usted.
-Tranquila, Lola. Déjame hablar a mí que aún coordino, poco, pero… Doctorcito, ¿pero no ve lo fatal que está mi amiga?
-Mari Pili desengáñate, el doctorcito sólo ve el bocata… ¿Me da un mordisco si le quito a esta pelmaza?
-Lola estás muy mal y sólo piensas en comer…
-Mari Pili, tú porque eres la dama de la media almendra. Límpiate las gafas y mira qué bocata se está comiendo, si es que chorrea grasa… ¿Está rico, doctor?
-Muy rico, señora. Ahora si me disculpan…
-De disculpar nada. Mi amiga…, por cierto Doctor, se llama Dolores. No la duele nada según ella, así que llámela Lola…
-Señora, coño, que vaya a la consulta y saque número que ahora voy.
-Mari Pili, igualito que en la cola del pescado. Vamos este tío en vez de regentar un doctorado, ha puesto un chiringuito de aspirinas.
-Señora un respeto. Es mi tiempo libre.
-Un doctorcito no tiene tiempo libre. Lo primero son sus enfermos. Para mi Pepe son sus muertos. Para mí, son mis cabras, mis vacas, mis gallinas.
-Me alegro mucho, pero para mí en este momento es mi bocadillo de salchichón… Por cierto, ¿usted no criará cerdos?
-También, doctor y de los de raza negra. Ya sabe, morenitos comiendo bellota.
-¿Vende jamones usted?
-Pues… ¿Mari Pili sabes si se venden jamones en la granja?
-¿Ve Doctor? Está fatal Lola. Se cree que tiene una granja.
-Ah… ¿Y no la tiene?
-Noooooooo, Doctorcito, no tiene. Es un juego que la envenenado el cerebro.
-Doctor, Doctor, ¿qué me pasa?
-A simple vista, señora. Usted está trastornada.
-No se engañe, Doctor, ella, de siempre, ha tenido una jaula de grillos en el cerebro.
-Pues está claro que ahora tiene una plantación… ¡camarero!, Otra cañita, por favor.
-Que no siga bebiendo que no va a poder diagnosticar a mi amiga.
-A ver…, un momento que doy otro mordisco al bocadillo… ¿Qué síntomas tiene, señora?
-Me meto en la cama y me vienen a buscar las cabras, las vacas…, ya sabe, para que las ordeñe.
-Ahhh… Está clarísimo.
-¿Sí? ¿Qué la pasa, Doctor?
-Más claro agua, señora. Su amiga está como una cabra.
-Ya, eso de siempre, ¿pero cómo de cabra? ¿Mucha, mucha cabra?
-Rematada. Ahora si me permiten, he de volver a mi jornada laboral.
-Le acompañamos y que mi amiga se siente en el diván y la escucha… Por cierto, ¿por qué va con casco y extintor, doctor?
-Mayormente porque soy bombero, no médico, señoras… Un placer y buenos días.
-Mari Pili, vamos horita mismo a que te gradúen la vista…