
-Hola.
-¿Paquito? Paquiiiiiiiito, qué alegría oír tu voz. Fíjate que me había dicho Mari Pili que estabas afónico. Claro, como no paras de hablar, te pareces a las máquinas a pleno rendimiento. Pero, ¿sabes?
-¿Qué?
-Que Mari Pili es muy exagerada. Además, no comprende a los que tenemos tanto que manifestar como tú y yo. Y luego como somos gente con opinión tan fundamentada pues ella tiene envidia. ¿Qué opinas?
-Si usted lo dice, será así.
-Paquito, ¿por qué me hablas de usted? Siempre has sido un antiguo, pero ¡hombre! Que entre tú y yo hay confianza.
-Si usted lo dice, así será.
-Ay que perra con llamarme de usted. Bueno, da igual, sabes que soy muy tolerante… Bueno, que no hemos comentado las últimas movidas políticas. ¿Te has dado cuenta cómo y de qué manera más vil nos están acorralando? Los sociatas nos quieren machacar con la buena gente que somos. Ahora, yo como Iker Casillas ¡Me siento segura aaaaaaaaaaaaa! ¿Y tú?
-También.
-Paquito, qué poco locuaz estás hoy. Otras veces vienes con la caja de las tiritas para cerrarme la boca y hablar tú y hoy te noto raro, raro. ¿No te habrá hecho nada el juez ése, el que nos quiere meter en chirona como siga así a todos los que hemos votado al PP, verdad?
-Pues no.
-Entonces Paquito, ¿qué te pasa?
-Es que no soy Paquito.
-Anda, leñe, ¿y quién eres?
-Mariano.
-¿Qué Mariano?
-¿Y a usted que le importa, Señora?
-¿Y por qué no me lo ha dicho y me deja que ponga verde a todo el que pasa? Usted además de cotilla es un fresco.
-Oiga señora, yo llamaba para hablar con mi amigo Antonio sobre la partida de mus que vamos a jugar, y me sale una cotorra hablándome sobre el sexo de los ángeles. ¿Qué quiere que haga yo entonces si no me dejaba meter baza?
-Es usted un capullo.
-Y usted una facha.
-Y usted un rojo.
-Y a mucha honra, Señora, que donde tiene que estar usted es, es… Por cierto Señora, ¿sabe jugar al mus?
-Pues no. Sé jugar al tute, a la oca y al parchís.
-Lástima, nos faltan dos compañeros.
-Tranquilo, vamos Mari Pili y yo. ¿Dónde quedamos?
-Señora, si me acaba de decir que no sabe jugar al mus.
-¿Y qué? ¿Y por eso no vamos a jugar?
-Váyase usted al cuerno Señora ¡Adiós!
¡Uy!... Me ha colgado, qué gente más rara hay por el mundo.