
- Hago lo que sea menester, Lola.
- Bien, es que he comprado un cortijo en Sevilla, Julito y necesito manos de obra. Te pagaré con pollos…, cuando los tenga, claro.
- ¿Qué has comprado un qué, Lola?
- ¿Ya estamos, Mari Pili? Mujer de poca fe. He comprado un cortijo, mi arma.
- … Un cortijo, ¿para qué, Lola? Si no sabes distinguir un pollo de una acelga.
- Con el asesoramiento de mi amiga Monchita, criaré toritos de lidia.
- Lola a mi es que los toritos me dan miedo. ¿Puedes cultivar mejor conejos?
- Julito el cultivo del conejo no da dinero. Claro que si vas a ser mi ayudante, podemos cultivar huevos, si quieres…
- ¿Huevos de toro?
- Mari Pili, tú eres una urbanitas, no tienes pajolera idea del campo.
- Sí, tú mucha. Ya os veo clavando simientes de huevo de toro.
- ¿Sabes dónde puedo comprar simiente de huevos de toro?
- Lola, quizá en la Maestranza nos indiquen dónde comprar alpiste…
- ¿Alpiste?... Yo creo que mejor semillas de azahar, ¿no, Julito?
- Sí, mejor. Así los excrementos de toro olerán bien, chicos.
- Que no te enteras, Mari Pili. Ya no cultivamos toros, sino sus huevos.
- Ah, ustedes perdonen… Oye, a mí me gustan los tomates. Plantad unos tomates también.
- Ya, pero si se mezclan con las semillas de huevo de toro, quizá nos salgan algunos con cuernos. ¿Tú qué opinas, Julito?
- Hasta ahora, Lola, mis estudias han abarcado hasta el embarazo de gallinas. A tomates astados no he llegado.
- Julito te tenía por el libro gordo de Petete, no me falles… Ah, tendrás que estirar cada mañana las ubres de las vacas.
- ¿Para qué, Lola? Y, ¿si me dan una coz?
- Julito piensa que es como tocar una campana con suavidad y rítmicamente.
- Primo, no te acuerdes de campanas sino de algo erótico si no, en la vida sacarás leche.
- … Y mermelada, Julito.
- ¿Mermelada de una vaca, Lola?
- Bueno o azúcar…, leches, lo que dé una vaca, Mari Pili, no me líes.
- Ah, Julito, toma esto…
- ¿Qué le quieres poner a mi primo, Lola?
- Un sonajero, Mari Pili, como los tolones que llevan las vacas… El cortijo es grande y he de saber dónde está en cada momento.
- Un Fernández…
- Ni Fernández ni leches. Julito se convertirá en torero.
- ¿Torero? ¿De qué, Lola?
- Pues de lo que cultivemos, Mari Pili. Hija, qué cansina estás hoy, no entiendes nada.
- Prima, el mes que viene es mi cumpleaños. Me podías regalar una montera.
- … Y un capote, no te jode, para que torees las semillas de huevo de toro en la Mestranza.
-¡Coña!, es verdad... Mari Pili vamos al mercadillo a por la peineta y la mantilla.