martes, 18 de octubre de 2011

LOLA Y MÍSERA VERDAD

-Oye, guapa… Disculpa…
-Dígame, señora…
-Llámame Lola, hija. Suena rotundo y sincero.
-Vale, Lola… en qué la puedo ayudar…
-Hija, ¿quién te ha engañado?
-¿A mí? Nadie.
-Te han tenido que engañar a la fuerza o, bien, no tienes espejo en tu casa. Tú dirás…
-¿De qué me habla, señora?
-Llámame Lola, hija.
-De acuerdo, Lola. Tengo espejo y no hay nadie que me engañe.
-Pues entonces no lo entiendo. Con lo mona que tú eres. Ese pelo, esos ojazos… No me lo explico.
-Que no se explica el qué, señora…
-¡Coña! Que me llames Lola… Con lo español que es, la fuerza que tiene este nombre que Dios me ha dado… No serás vasca o catalana, verdad…
-Señora, soy de Lugo.
-Anda, mira, como mi prima la Chelito.
-Lola, tengo prisa. No la conozco de nada, pero si la puedo ayudar, dígame.
-La prisa es mala, te lo digo yo que tanto, tanto me aceleré que ni las pastillas me resucitan.
-Ya decía yo que no la veía a usted muy normal… ¡Adiós!
-Eh, niña, no te vayas… Te he dicho que estoy pasada de revoluciones y te largas… Si es que no se puede decir la verdad.
-Lola, Lola…
-Calma, bonita, calma… Si es que, verás tú… Hoy me he levantado con el espíritu samaritano y me he dicho “Loli, sal y di la verdad como Jesucristo”
-Lola, soy atea.
-¡Qué juventud!... No te das cuenta que debes de tener amigos hasta en el infierno…
-No  me había parado a pensar esa teoría, Lola.
-Bueno, no todo vale, eh. Yo no soy amiga ni del diablo ni de los políticos, aunque…
-¿Qué?
-Nada, que digo que en el infierno están los marchosos. No sé…
-Otro día me lo explica… ¡Adiós!
-Eh, eh, para… un segundín, bonita.
-Dígame… Lola…
-Que digo que vas hecha un Eccehomo… Con lo bonica que tú eres. Mírate, mírate… Pareces pasicorta. El tiro del pantalón te llega a la rodilla y el culo parece un pandero…
-Señora, señora, y a usted qué la importa… Se ha mirado usted…
-¿Yo?... Qué va. Desde que me dijeron que no tenía solución lo mío, me he venido ahorrando ese disgusto. Pero tú, alma de cántaro…
-Váyase usted a la mierda… ¡Adiós!
-ves, Lola. No se puede decir la verdad… Si aún me tendré que hacer amiga del diablo… Puerca miseria…

2 comentarios:

misticaluz dijo...

Mª Angeles siempre resulta fascinante el leerte..dejándose llevar por tus bellas letras.

Abrazos de luz para tu ser.

salvadorpliego dijo...

jajajajajajajajajajaja… Es maravillosa tu habilidad para hacer reír.
Un gran abrazo.