jueves, 23 de febrero de 2012

EL REGRESO DE LOLA...


Qué os pensabais, mamelucos, acaso que me iba a largar indefinidamente… Pues no, hijos, no.  Lola antes muerta que callada. Lo que ha pasado es que se me fundieron los plomos y los fusibles, todos a la vez y he tenido que estar en barbecho. Pero he vuelto, chicos, he vuelto, así que encomendaros al santo que más os plazca que aquí estoy.
Qué ha pasado de Mari Pili en este tiempo… Más seca que la mojama, como os lo cuento. Como yo no la hacía caso, se ha dedicado a quitarse lo poco que tenía, total, que anda escocida todo el día ¡Una lástima, una pena, un destrozo!
Mi Pepe… No sé ni por donde empezar, con deciros que los cuatro pelos que tenía en la calva que, por cierto, se los peinaba con la raya al medio para darlos de sí, se le han caído y ya es calvo a la intemperie, se le reflejan todos los pensamientos, lo cual me viene bien para saber si su colesterol está bajo o alto. Si está alto, yo desaparezco y aquí paz y después gloria. La verdad es que me tiene preocupada porque ha quebrado la funeraria. Con la crisis yo pensé que la gente se moriría más para no gastar. Pero qué va, han desaparecido los muertos. Una de dos: o les incineran directamente en el horno de sus casas o son los que  están en las calles protestando porque  se sienten estudiantes, parados,  o apoyando a cualquier desgraciado que anda suelto. Porque desgraciados hay muchos estos días, buenos y malos, pero estos últimos hacen mucho ruido jorobando a los que de verdad necesitan ser oídos. En fin, que vuelvo para contaros que no entiendo nada y lo bien que estaba yo leyendo los sobres de sopa o los prospectos de los supositorios. Sin embargo mi conciencia social no me lo permite. Algo dentro de mí me dice que aproveche a todos mis lectores para concienciarles que el mundo no es que vaya por mal camino, es que no va. Pero eso vosotros ya lo sabéis. Entonces me pregunto y me pregunto qué puedo hacer… Mari Pili me aconseja que abramos un consultorio para que los rabiosos den rienda suelta a sus instintos y llamarlo “Carne a la brasa” como ese programa de Radio 3 conducido por un chaval muy grasioso… No sé, me gusta ser yo misma, tengo temperamento suficiente para no tener que imitar a nadie… Hay noches cuando me quedo observando la calva de mi Pepe mientras duerme, que suda y suda y yo al acecho a ver si me moja alguna idea para ayudar al presidente del gobierno a salir de este trance y lo único que se me ocurre es dopar a la alemana y al  bajito francés y como están dopados retirarles del mercado. Que dejen de pedir, ya está bien… Pero no se dan cuenta que no tenemos… Hombre, por Dios. Mari Pili también me ha dicho que dirijamos un mercadillo de parados. Es decir con los cinco millones trescientos mil parados más los que no se cuentan pues coger un terreno de tomates que como Marruecos aunque no es de los nuestros va a vender tomates y nosotros con sus precios no podemos competir, pues coger el tomatal  español y llevar cada parado lo que le sobre. Allí la moneda no va a circular porque  los cinco millones de pobres desgraciados están más secos que Mari Pili. Entonces se establece un sistema hidráulico de trueque al por mayor… ¿Qué os parece? Pasamos allí  el tiempo y volvemos a casa con lo que no necesitamos pero habiendo hecho un favor a otro. Porque lo que necesita este país es que todos arrimemos el hombro, menos protestar y más hacer y los que tengan mala leche que se queden en su casa con la boca tapada… Menos yo; anda que si a alguno se le ocurre tapar la boca a la Lola, el país se muere. España me necesita… Claro que a mi Pepe que ahora ha descubierto su faceta de enterrador profesional le vendría de mismo. Se ha sacado el carnet. Sabe enterrar igual unas pilas usadas como las mondas de una naranja para que la tierra germine… Ahora que me estoy dando cuenta, puedo llamar  al presidente del gobierno y que nos deje los jardines de la Moncloa para cosechar patatas, zanahorias… Españoles vegetarianos… ¿Qué os parece? Vosotros hablad, dadme ideas que yo ejecuto rápidamente
Ahora me callo para escuchar al silencio y poder mascar más palabras para deciros… Os quiero a todos.

2 comentarios:

Cati Cobas dijo...

Como tu primera admiradora te quiero decir que es enorme mi alegría de reencontrarme con tus Lolas...y con vos, querida Ángeles. Un abrazo inmenso.

Rosa dijo...

¡Esta es mi chica! ¿Dónde estaba Lola en mis horas necesitadas de vaciado cerebral?
¡Cuánto echaba de menos a esta querida loca!, el curso en ocasiones se hace tan largo que sólo Lola y sus cosas consigue salvarme cuando se apaga la luz.
Gracias.
Un abrazo apretadito,

Rosa