- Looooooola…
- Mari Piiiiiili… Un poquito de por favor, no
me entretengas que ando trastornada.
- Vaya novedad, Lola… Por cierto, hace mucho
que no sé de ti y no digamos nuestros infieles lectores, seguro que se han ido
con otra… ¿Dónde has estado?
- Mejor que no lo sepas, Mari Pili aunque si te
lo contara, no te lo ibas a creer, más que nada porque eres una descreída. Vas
de vuelta de todo cuando yo aún no me he montado en el carro de la vida.
- Inténtalo, voy a hacer un esfuerzo en seguir
tu cabeza parásita y alocada. Dime…
- Muy tomate, Mari Pili, mucho tomate para un
cuerpazo como el mío, pero he confesarte que he perdido mi sueño. He removido
cielo y tierra y ná de ná.
- Lola, ¿has probado a tomar una pastillita de
Zolpidem?
- Mari Pili, tomo treinta y siete pastillas, si
es que me conocen por la pastillera del barrio… No me caben más en este cuerpo
tan serrano.
- Ya, Lola, pero has de dormir para descansar o
tu cara se va a acartonar del todo… Y entonces estarías ya horrorosa sin
remedio aparente.
- Gracias Mari Pili, yo también te quiero, pero
has de saber que duermo divinamente.
- -Pero si dices que has perdido tu sueño…
Lola, Lola, no me vuelvas tarumba.
- Mari Pili, mírame a los ojos y dí qué ves…
- No puedo, Lola. El otro día tratando de
quitarme las lentillas, me he sacado un ojo.
- Y, ¿dónde has dejado el ojo, Mari Pili?
- Yo qué sé, Lola, yo qué sé, como no veo,
hasta que venga Paquito de vender merlucillas en Santander, pues me apaño a
tientas.
- Ahhh… Qué triste no… Bueno, da igual, aunque
no me veas no te pierdes nada. El caso Mari Pili es que a principio de verano
tuve un sueño premonitorio muy tomatón…
- ¿Sí? Cuenta, cuenta…
- Es que no puedo contar nada, Mari, he ahí mi
problema.
- ¿Ah, no? Y por qué si se puede saber… Si
somos amigas, somos, Lola…
- Sí, Mari Pili, tienes razón, pero la cuestión
no es ser o no ser, porque si hay que ser, se es, ahora ser para nada es una
pérdida de tiempo.
- Ya pero tú y yo somos así que si somos, pues
somos y me cuentas.
- ¡Hay qué leche de bollitos, Mari Pili!... ¿No
te he dicho que no puedo contar nada? Qué parte de mi alocución no entiendes…
- -Toda ella, Lola, así que explícame desde el
principio del universo.
- No puedo, Mari Pili, y no puedo porque no me
acuerdo del sueño… ¿Está claro?
- … Cristalino, Lola, cristalino… Pero, ¿por
qué no te acuerdas?
- Mari Pili, alma de cántaro, porque Dios en su
sano juicio me dio memoria de pez, más que nada para que no me diera un infarto
cada vez que recordara que payasadas he
hecho en mi longeva vida… ¿Está claro, Mari Pili?
- …Cristalino, Lola, cristalino.
1 comentario:
A ver si nos comunicamos. Te extraño...
Cati
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