“Ná te
pido, ná me llevo. Entre esas paredes dejo sepultás penas y alegrías que te dao
y me diste. Bien pagá, bien pagá, bien pagá mujé…” Así se siente vuestra Lola
desde ayer cuando en Alcalá de Henares se reconoció a lo grande el humor, “un justo reconocimiento a un género que
algunos erróneamente han considerado menor” porque es muy fácil hacer llorar;
con mirar a mi Pepe, yo lloro. Entonces, ¿Hay mérito en ello? Pues no. Sin
embargo, aquí mi persona que resurge como el ave fénix cada cinco minutos y
tres cuartos, pues sí.
El escritor
catalán Eduardo Mendoza dijo alto y claro “Yo creo ser un
modelo de sensatez y creo que los demás están como
una regadera, y por este motivo vivo perplejo, atemorizado y descontento
de cómo va el mundo"… En una escala mínima a la suya, así me siento
yo: Llena de lógica, mesura seso y juicio frente a un mundo disuasorio sin pies
ni cabeza, ni por dónde hincarle el diente...
Ayer, cuando escuchaba a este hombrecillo bien
plantao decir “Recojo este premio con profunda gratitud y
alegría, y que seguiré siendo el que siempre he sido: Eduardo Mendoza, de
profesión, sus labores” me vi metida dentro de su chaqué, humilde, serena,
risueña e irónica. En conclusión, siento reconocido mi arte de elevar al
cuadrado mi locura desafinada frente a un Pepe cenizo, de impoluta cordura y bien estructurada sesera
pero carente del sentido desafiante del humor… Qué rebien me expreso a pesar de
tener un ojo abierto, otro cerrado y la mollera durmiente; las seis de la
mañana no es hora de preparar un discurso, lo sé, pero es el único momento que
me siento virgen pues en un rato estaré totalmente contaminada.
Me siento la bien pagá, insisto, y hoy me iré
a un congreso literario con la cabeza alta, cuarteadas las ideas como siempre y
mi orgullo encendido. Cuando le conté a mi Pepe mi planning de viajes
como estrella rutilante de las letras, se le iluminó la cara, me dejó con la
palabra en la boca, cogió el carrito de la compra y regreso al rato.
Queridos lectores, mi casa es una pura lata.
Si necesitáis unas lentejas a la riojana, unos callos a la madrileña, unas
alubias estofadas, o garbanzos a lo pobre, armóndigas en salsa, yo qué sé…,
llamad a Pepe, tiene de tó; se compró el súper entero de productos enlatados.
Hambre en mi ausencia, no va a pasar, y encima está contento, tiene el bigote en
modo despegue, así que parto tranquila a dejar la representación femenina al
alcance de un Cervantes porque, en el fondo, siempre me he visto un poco mucho
Quijote.
“Ná te pido, ná me llevo. Entre
esas paredes dejo sepultás penas y alegrías que te dao y me diste. Bien pagá,
bien pagá, bien pagá mujé…” ¿Para qué voy a esperar a que me den un nobel
siendo ya cervantina de pro?… “Bien pagá, bien pagá, bien pagá mujé, mujé”
¡Buen fin de semana, amigos!
2 comentarios:
¡ Ay, LOLA! ¡ Mujé! Que eres genial, eso no me cabe duda.
Y si Pepe no aprecia tu fantasía centelleante, es que estará sordo y ciego. Pero no, seguro que se da cuenta de que se casó con una mujer muy especial.
Me dio risa eso que dices que al amanecer es el único momento en que te sientes virgen. jaja Yo, en ninguno. ¡ Ay! Ya sé que quieres decir pura y sin contaminar por la locura del mundo. Pero, yo le agrego añoranza de lo otro...
...¿ Y qué va? Nostalgias de la juventud, han de ser...
me fascina como escribes
una magia
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