martes, 26 de septiembre de 2017

ESTAMOS DE LOS NERVIOS

Yo tenía una conejita. Era como una bolita de algodón blanca toda ella; ahora tiene mechas rosas, ¡puerca miseria, he perdido los nervios! A mi Pepe se le ha caído encima de la jaula una cazuela de bonito con tomate. Juro que no le he matado porque me iban a meter en la cárcel y tengo muchos asuntos pendientes aquí fuera que, si no, le maaaato.

Mi amiga Estefanía sin embargo no perdió jamás los nervios. Tenía un novio con sus hermanas, cuñadas y madre incluidas en el lote de Rufino, el novio. Estuvieron saliendo más de diez años. Ella se lo jugó todo por él. Digo todo porque se fue a vivir con Rufino en pecado y ella católica, apostólica y romana, su director espiritual le negó la confesión por vivir en infracción religiosa. Lo arregló rápidamente pues se buscó otro confesor más aperturista, más de hoy. No así halló el perdón de su suegra, cuñadas y hermanas del novio, pues para ese elenco de mujeres Estefanía era una puta.  Ellas no sabían que Estefanía quería casarse, no así Rufino que no creía en el matrimonio y Estefanía por amor renunció a los sagrados sacramentos. Vivían separados, ella en la ciudad y él en el pueblo juntándose los fines de semana en el nidito de amor establecido en el pueblo que era más barato que en la ciudad. Más de 480 fines de semana, Estefanía sintió las lenguas pueblerinas clavadas en su yugular, pero con amor, pan y cebolla, todo te lo pasas por el forro. Sin embargo, más de 480 fines de semana comiendo y cenando cordero porque era lo que más le gustaba a Rufino, mi pobre amiga no pudo con tanto corderillo, temía terminar balando, y él no quiso renunciar a su sana costumbre, así que hicieron cacharros y cada uno por un lado para gusto y felicidad de suegra, cuñadas y hermanas que nunca vieron con buenos ojos a la novia. Y mi amiga no perdió los nervios por suceso tan luctuoso.

El otro día me lo contó entre lágrimas e hipo y la verdad es que pensé que este mundo está un poco de los nervios pues un corderito no merece romper un amor eterno, aunque fuera un amor pecaminoso, encima con lo bien que me caían las ovejas; me he llevado un fiasco. Claro que el otro día a la vuelta de unos grandes almacenes, iba yo muy cargada y decidí coger el autobús. Me subo y un hombre muy amable me cedió el asiento; yo no lo dudé, me senté. ¡Menuda la que armé! Una voz siniestra me ataca por el cogote y me dice:
-Señora, ¿cómo se deja insultar de esta manera?
- ¡Qué me dices, hija! Dime quién ha sido que le parto la cara-saltó yo sofocada sin más meditación que las palabras de la chica del flequillo plumado que me acogotaba por detrás mientras una bolsa se me cae del regazo y un bote de tomate y otro de aceitunas comienzan a rodar por el autobús.
-El hombre que la acaba de dejar el asiento, ¡qué insulto para una mujer, ¡qué forma de machismo más irreverente! Cómo si una mujer necesitara del asiento de un hombre…- aquí mi cabeza reaccionó.
-Mira hija, además de llevar un corte de pelo que segurísimo te lo ha hecho un enemigo, tú eres tonta del culo. Confundes la educación la generosidad con tus complejos psicosociales- después me volví a atender a un muchacho que me daba mi bote de tomate y el de aceitunas y yo encima le daba las gracias apresuradamente no fuera a ser que la del flequillo plumado me volviera a montar el pollo porque en vez de gatear yo por el autobús en busca de mis botes, había sido un muchacho generoso y educado el que había ayudado a una persona fuera del sexo y condición que fuera.

¿Estamos o no de los nervios? Ahora, yo hoy estoy de los nervios. No tengo comida y sí hambre. Que mi Pepe no coma, me importa un pimiento, pero yooooo, y encima una conejita con mechas color fresita.

3 comentarios:

lillymarmat dijo...

Ay, Lola, esto del feminismo desatado es la más grande idiotez del planeta.
Aquí celebramos las Fiestas Patrias el 18 y 19 de Sep. Y créeme que no hallaron nada mejor que decir Fiestas Matrias, para no discriminar a las mujeres.
Creo que nuestro sexo, en su afán de ser igual al hombre, y mejor, se ha echado encima a un enemigo. Antes ellos eran nuestros compañeros de ruta, nuestros brazos derechos...Ahora no queremos nada con ellos, ni siquiera que nos fecunden. Se nos ha ocurrido no tener hijos y dedicarnos a realizarnos mejor como profesionales. Cada vez hay menos niños y más viejos...

Reina Letizia dijo...

Yo no estoy de los nervios. Estos hambrienta y me voy a comer un bocata porque otra cosa no tengo a mano. Odio cocinar.

Besos de Reina

Patty dijo...

La diferencia de géneros siempre tiene sus controversias, tu lo explicas de manera creativa y sonriente...besos :*