Yo tenía una conejita. Era como una bolita de
algodón blanca toda ella; ahora tiene mechas rosas, ¡puerca miseria, he perdido
los nervios! A mi Pepe se le ha caído encima de la jaula una cazuela de bonito
con tomate. Juro que no le he matado porque me iban a meter en la cárcel y
tengo muchos asuntos pendientes aquí fuera que, si no, le maaaato.
Mi amiga Estefanía sin embargo no perdió jamás los
nervios. Tenía un novio con sus hermanas, cuñadas y madre incluidas en el lote
de Rufino, el novio. Estuvieron saliendo más de diez años. Ella se lo jugó todo
por él. Digo todo porque se fue a vivir con Rufino en pecado y ella católica,
apostólica y romana, su director espiritual le negó la confesión por vivir en
infracción religiosa. Lo arregló rápidamente pues se buscó otro confesor más
aperturista, más de hoy. No así halló el perdón de su suegra, cuñadas y
hermanas del novio, pues para ese elenco de mujeres Estefanía era una puta. Ellas no sabían que Estefanía quería casarse,
no así Rufino que no creía en el matrimonio y Estefanía por amor renunció a los
sagrados sacramentos. Vivían separados, ella en la ciudad y él en el pueblo
juntándose los fines de semana en el nidito de amor establecido en el pueblo
que era más barato que en la ciudad. Más de 480 fines de semana, Estefanía
sintió las lenguas pueblerinas clavadas en su yugular, pero con amor, pan y
cebolla, todo te lo pasas por el forro. Sin embargo, más de 480 fines de semana
comiendo y cenando cordero porque era lo que más le gustaba a Rufino, mi pobre
amiga no pudo con tanto corderillo, temía terminar balando, y él no quiso
renunciar a su sana costumbre, así que hicieron cacharros y cada uno por un
lado para gusto y felicidad de suegra, cuñadas y hermanas que nunca vieron con
buenos ojos a la novia. Y mi amiga no perdió los nervios por suceso tan luctuoso.
El otro día me lo contó entre lágrimas e hipo y la
verdad es que pensé que este mundo está un poco de los nervios pues un
corderito no merece romper un amor eterno, aunque fuera un amor pecaminoso,
encima con lo bien que me caían las ovejas; me he llevado un fiasco. Claro que
el otro día a la vuelta de unos grandes almacenes, iba yo muy cargada y decidí
coger el autobús. Me subo y un hombre muy amable me cedió el asiento; yo no lo
dudé, me senté. ¡Menuda la que armé! Una voz siniestra me ataca por el cogote y
me dice:
-Señora, ¿cómo se deja insultar de esta manera?
- ¡Qué me dices, hija! Dime quién ha sido que le
parto la cara-saltó yo sofocada sin más meditación que las palabras de la chica
del flequillo plumado que me acogotaba por detrás mientras una bolsa se me cae
del regazo y un bote de tomate y otro de aceitunas comienzan a rodar por el
autobús.
-El hombre que la acaba de dejar el asiento, ¡qué
insulto para una mujer, ¡qué forma de machismo más irreverente! Cómo si una
mujer necesitara del asiento de un hombre…- aquí mi cabeza reaccionó.
-Mira hija, además de llevar un corte de pelo que
segurísimo te lo ha hecho un enemigo, tú eres tonta del culo. Confundes la
educación la generosidad con tus complejos psicosociales- después me volví a
atender a un muchacho que me daba mi bote de tomate y el de aceitunas y yo
encima le daba las gracias apresuradamente no fuera a ser que la del flequillo
plumado me volviera a montar el pollo porque en vez de gatear yo por el autobús
en busca de mis botes, había sido un muchacho generoso y educado el que había
ayudado a una persona fuera del sexo y condición que fuera.
¿Estamos o no de los nervios? Ahora, yo hoy estoy de
los nervios. No tengo comida y sí hambre. Que mi Pepe no coma, me importa un
pimiento, pero yooooo, y encima una conejita con mechas color fresita.
3 comentarios:
Ay, Lola, esto del feminismo desatado es la más grande idiotez del planeta.
Aquí celebramos las Fiestas Patrias el 18 y 19 de Sep. Y créeme que no hallaron nada mejor que decir Fiestas Matrias, para no discriminar a las mujeres.
Creo que nuestro sexo, en su afán de ser igual al hombre, y mejor, se ha echado encima a un enemigo. Antes ellos eran nuestros compañeros de ruta, nuestros brazos derechos...Ahora no queremos nada con ellos, ni siquiera que nos fecunden. Se nos ha ocurrido no tener hijos y dedicarnos a realizarnos mejor como profesionales. Cada vez hay menos niños y más viejos...
Yo no estoy de los nervios. Estos hambrienta y me voy a comer un bocata porque otra cosa no tengo a mano. Odio cocinar.
Besos de Reina
La diferencia de géneros siempre tiene sus controversias, tu lo explicas de manera creativa y sonriente...besos :*
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