martes, 2 de marzo de 2010

LOLA, INVESTIGADOR PRIVADO

Pepe me ha llamado cotilla..., cómo os lo cuento. ¿Será posible? ¿No, verdad? Es imposible y lo que es imposible es posible.

Vosotros me conocéis y sabéis que soy tremenda, pero de tamaño, no más. Porque si la discreción existe, seguro que lleva el nombre tatuado de “Lola”

Ahora que “arrieritos semos y por el camino nos veremos”-anda, hasta rima y todo, es que valgo para cualquier cosita... Cualquier día que se preparen los poetas que desembarco con mis sonetos lolailos.


Pues eso, que yo no soy esa que se dice, lo que pasa que me preocupo del conocimiento de saber qué puñetas pasa a mi alrededor, y para conocer las tripas del saber pues pregunto, y así disipo dudas y mis conceptos quedan traspirables.

Además si no preguntas, ¿cómo vas a saber? Yo quiero ampliar mis conocimientos culturales sobre los hijos que he parido así que me transformo en montaña y me voy a Mahoma. Claro que cuando Mahoma no quiere hablar, voy y registro sus cajones, y si en sus cajones no encuentro la sabiduría, voy a sus bolsillos, y de ahí allá, o dónde sea menester, el caso es enterarme de lo que se está cociendo.

¿Esto es ser cotilla? Un no rotundo. Es deseo de cultura, de tener información para tener opinión porque una persona sin opinión es un gato sin uñas.

No obstante y en mi defensa, que conste en acta, antes de llegar al registro domiciliario y al interrogatorio verbal, observo. Por ejemplo: entro en la habitación de uno de mis capullos a recoger la suciedad ajena y me encuentro la foto de una desconocida y la foto de su madre, es decir la mía, en el suelo; espero, no a que me hable, las fotos no hablan, sólo delatan. Como decía espero unos días y si al cabo de un tiempo la foto persiste en quedarse es que hay tomate. Que la foto no está; tomate finiquitado.

¿Qué pasa si la foto se atocina en quedarse en mi casa? Muy sencillo, paso al plan B que ante la negativa del susodicho a parlamentar con la madre que le parió, pues registro y si encuentro en algún cajón del presunto un tanga, primero miro si es mío y como no lo es porque a mí me gusta ser pudorosa e ir tapada hasta las orejas, pues pregunto a la de la foto si es suyo. La tía no habla, pero noto que asiente con la cabeza y me guardo el tanga como prueba irrefutable de que hay mucho tomate en la ensalada.

Espero, mi paciencia es limitada, me pongo nerviosa, el silencio es críptico, así que no me queda más remedio que pasar al plan C que tiene menos vitamina que una naranja disecada. Es decir acudo a por información fresca al hermano del presunto y sin pestañear, porque es una criatura que antes de nacer ya estaba mintiendo, y me dice, a mí, a su madre, que no sabe de lo que le estoy hablando. Tras un forcejeo y tratar de comprar información-lo he visto en las películas así que no os hagáis de cruces-, no consigo nada, pero nada nada. Y, ¿entonces que hago? Atacar al presunto y que me explique la reacción química entre el tanga y la señora de la foto.

Lo mejor es atacar por sorpresa, que el enemigo de negarse a suministrarte cultura le pilles desprevenido, en bolas, vamos, pero no en bolas de estar en bolas como que te he pillado en la masa porque eso, el asunto de las bolas al aire, me daría cultura, sí, pero no me mostraría el compuesto de la cultura de la masa. Es decir de dónde ha salido, cómo fue, a dónde va, si es tomate natural o enlatado, o si me apuras triturado..., no sé, esas cosillas, la chicha, la sal.

Pues bien, hoy me ha encontrado mi Pepe con el plan A, B y C, todos juntos a la vez y a pleno rendimiento, y va y me llama lo que me ha llamado.

De verdad, tengo un marido peripatético; así va por la vida sin enterarse de nada pero sin gastarse, claro que yo igual y muy gastadas las neuronas, y con mala fama, para colmo... Puerca miseria.

Pero esto que hago no es de cotillas, ¿verdad? Lo que soy es un investigador privado. Si alguien precisa de mis servicios, no garantizo resultados, pero sí buena voluntad.

8 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

El bueno de Pepe se tiene el cielo ganado jajaja
Un abrazo.

Juan Julio de Abajo dijo...

Los hijos y los tangas ocultos merecen un respeto, querida Lola. ¿No te das cuenta, querida, de que es sintomático de que están sanos y a las chicas gustan? Pues eso...


¡Ahí va un besazo, investigadora!


Julio.

www.fancyediciones.es
cine@fancyediciones.es

Anónimo dijo...

Eres un investigador privado... Y no se diga más. Lo demás, sólo neuronas... y nada más.

Un fuerte abrazo.

Ely dijo...

Que lindo post, me gusto mucho.
Te sigo, saludos...

Recomenzar dijo...

Te encontré en el espacio... me gustaron tus letras ..me acerqué a leerte... y feliz me voy

TORO SALVAJE dijo...

De cotilla nada.
Como mínimo agente especial de la CIA.

Besos.

ALBINO dijo...

Lola, de cotilleo nada. ¿Que ibas a dejar para la televisión?
Cariños

Recomenzar dijo...

Gracias por pasar....:) Nos leemos