jueves, 6 de noviembre de 2008

LOLA Y LOS PENDIENTES DE MARI PILI

- Lola, ¿qué te parecen estos pendientes?
- Ay, uy, humm…
- Lola, ¿qué te pasa? Te has quedado pálida.
- Mari Pili es que son justamente los pendientes que buscaba. Son divinos.
- ¿Y desde cuándo tú querías unos pendientes, Lola? ¿Desde que me los has visto puestos?
- Sí, claro
- Lola, ¿cuándo vas a tener personalidad?
- Mientras pueda, nunca, Mari Pili. Se me gasta, ¿y qué hago?
- ¿Se te gasta el qué?
- La personalidad. Tú tienes mucha, te sobra. Además, ¿para qué voy a pensar si ya piensas tú?
- Claro, es que también se te puede gastar el pensamiento, ¿no?
- Efectivamente, Mari Pili, Venga, pide dos pares de pendientes iguales y nos vamos a otro puesto.
- ¿A qué?
- A que te compres otra cosa y yo te copie.
- No, sólo hay estos pendientes y son para mí.
- ¿Cómo que son para ti? ¿Y para mí?
- No hay más. Yo los vi primero.
- Mari Pili, Mari Pili, no me enciendas el termostato. Los jugamos a los chinos.
- Que no me juego nada. Son míos… Mira qué pulserita más mona, cómpratela.
- ¿Y tú no te la compras?
- No, Lola, no. Yo quería unos pendientes y ya los tengo.
- Pues yo tampoco me la compro… ¡Eh! Lagarta, ¿dónde vas con esos pendientes? Son de mi amiga. Suéltalos o te doy un puñetazo
- Disculpa es que los vi ahí encima y…
- Lola, tranquila, no hace falta que te pegues con nadie. Vamonos, vamonos…
- Estos pendientes son de mi amiga, repito por última vez. Lo que pasa es que es muy pesada hasta que se decide, pero son suyos
- ¿Quién es pesada, Lola? Dime…
- Los pendientes no son de nadie, Señora. De momento nada más que míos. Usted no los ha pagado todavía.
- ¿Es que se piensa que mi amiga no los iba a pagar? Mi amiga es muy honrada y muy limpia.
- Lola, por dios, vamonos de aquí.
- Calla, Mari Pili y saca el fajo de billetes para que vean lo rica que tú eres… Y tú, lagartona quieta ahí con los pendientes.
- Lola, por favor, padeces desequilibrios hormonales. ¿Me quieres decir de dónde saco el fajo de billetes?
- Saca el metro bus, eso impresiona mucho.
- ¿Señora paga o no paga?
- Claro que vamos a pagar. Insisto que mi amiga es de rancio apellido.
- Y tan rancio, Fernández en España estoy yo y después de mí, un par de ellos más
- Señora Fernández pague los pendientes y llévese a la petarda de su amiga de mi puesto de una puta vez.
- ¿Qué mi amiga es una petarda? ¿Qué la Lola es una pilingui? Mire que le parto la cara…
- dale, dale, Mari Pili, venga saca colmillo.
- Que se vayan, coño, que se vayan de mi puesto ahora mismo.
- Mari Pili, ¿has visto? No quiere vender con la crisis que hay.
- Lola, Lola…
- Buen Señor, vamos a zanjar el asunto como gente civilizada, no merece la pena. Déme los pendientes y no le denuncio.
- ¿Cómo dice, Señora? Me cago en mi estampa, qué se largue o la doy un estacazo.
- Lola, vamos, vamos…
- Déme los pendientes y me voy. Mire qué carita se la ha quedado a mi amiga, ¿No le da pena?
- Tome los putos pendientes y váyase y como la vuelva a ver la, la la…
- … Ya, corre Mari Pili…
- Lola, ¿pero has visto la que has preparado?
- No consiento que nadie te quite los pendientes, Mari Pili… ¿Cuándo me los vas a prestar?

7 comentarios:

Marta dijo...

Jajjajaja, y se los llevan de gratis por pesadas!!! jajajja, me parto!.

Anónimo dijo...

Como ya te comenté, estos relatos parecen estar vivos ... Un humor increible.

Anónimo dijo...

Eso me pregunto yo: ¿Cuándo me va a prestar esos pendientes para un fiestón en el Palacio Real?

Besos de Princesa

SANDRA DESDE FORMOSA dijo...

hola mi primer visita
a tu blog
pasare mas de seguido me gustaria que visites el mio un beso

Isabel dijo...

Al final se los llevaron gratis, oye me encantan las aventuras de Lola y Mari Pili, porque la verdad es que parecen aventuras. Un beso

Unknown dijo...

muito interessante

Juan Duque Oliva dijo...

Eso es saber comprar.

Por cierto los pendientes son "divinos" como diría Carmina