lunes, 21 de junio de 2010

LOLA Y SU PERRITO LINDO

¡Qué risa! No entiendo cómo la gente no tiene humor, ya casi nadie se ríe, les salen arrugas por fruncir la cara, no por partirse el culo de risa de uno mismo mismamente como yo. Comprendo que este mundo funciona gracias a que no hay muchos como Lola si no, sería el caos, soy consciente pero llevando a cabo un positivismo natural y constructivo, podéis reíros de mí, os dejo, no me molesta, ya sabéis que os cuento todo, me hace ilusión pensar que me escucháis porque ¡Qué bonito debe ser! Vamos, debe ser la leche hablar y que alguien te escuche ¿Verdad? A mí ni San Pedro y también lo comprendo, bueno no ¡Qué leches! no me hace ni pizca de gracia porque yo también digo cosas profundas, eso sí, hay que buscarlas entre líneas, hallar los simbolismos de mis actuaciones, algunas magistrales como... sentaros, os lo voy a contar...


Tengo una vecina en el pueblo muy maja, pídela lo que quieras, te lo dará pero, volvemos a lo de siempre, ¿quién hay perfecto? Nadie y ella tiene una tara que se llama Aquilina, su cacatúa ¡Qué bicho más horrendo!... “Lola, Lola, berrrrrr... Lola, Lola hortera, berrrr” ¡Será cabrona! Así todo el día hasta que las luces se apagan. Pepe perro, mi perro, la contesta“Auuuuuuuuu, guau, guau...” No os puedo decir el dolor de oreja con semejante concierto. Lo que no sabía es que Pepe perro con sus aullidos defendía a su ama, es decir, yo misma mismamente hasta esta mañana en la que me desperté con un silencio brutal, lo primero que pensé es que los vecinos se fueron de viaje con Aquilina incorporada, a Dios gracias, pero la bombilla se me encendió cuando llamaba a Pepe perro para darle el desayuno y no aparecía ¡Ay Dios mío! Que se me ha fugado con la cacatúa, pensé porque Pepe perro como yo no es normal e igual que bebe los vientos por la gata del 3ºA y es íntimo de las ratas, pues quizá quisiera ligar con una cacatúa pueblerina lo cual entraba dentro de lo razonablemente ilógico ¿Sí o sí? Pues no. Salgo al jardín “Perrito bonito, ven....Pepito perro chiquitin ven con amita... querubín de perro aparece...”¡Joder, Pepe perro! ven ahora mismo... y asomó una oreja ¿Qué puñetas le está pasando? Total que venga a enseñarme las orejas y el rabo como los toreros pero el resto de cuerpo, ná de ná, así que tuve que ir a por él.


-¡Criminal, asesino! ¿Pero qué has hecho diablo del infierno?- estaba horrorizada por lo que mis ojos contemplaban- Habla, defiéndete, te acusarán de malos tratos, irás a la cárcel… Amigos míos, que había triturado al loro. Allí yacía todo él chupado por las babas de un perro. La verdad que se parecía más a una mujer porque ya sabéis que cuando no nos arreglamos estamos irreconocibles, pues el lorito igual. No valía ni un leuro, pero el pollo con la vecina no me libraba ni San Blas. Así que decidí lavar al difunto, secar las plumas con un secador, saltar la valla, enderezar la jaula y meter a la cacatúa para que pareciera muerte natural. Tales meneos le había dado pepe perro que tuve que coger pegamento para pegar algunas plumas, pero oíd “Divino de la muerte”


Corriendo me metí en casa, encerré a Pepe Perro, previamente le puse a modo de bozal el trapo de cocina para que no ladrara, bajé las persianas y me dispuse a esperar acontecimientos; no se hicieron esperar. La vecina llegó con el carro de la compra y al ver al finado espatarrado se puso a cacarear en formato aullido. Yo salí corriendo. Lo malo es que Pepe perro, también… Traté disimuladamente de consolar al loro de mi vecina. Tanto me concentré en la consolación que no me di cuenta de dos cosas: una, que Pepe perro aprovechó para meter el hocico en el carro y comerse un paquete de filetes; debían de estar muy buenos pues se relamía con gusto. Nunca pude imaginar que mi vecina comprara filetes buenos… Veis, uno no se puede fiar de las apariencias. Yo, con una pinta excepcional y comiendo patatas y el loro de mi vecina con cara de entuerto en la vejiga comiendo filetes. En fin… El segundo desaguisado fue que no vi que Pepe perro tenía pegado al culo plumas de la difunta cacatúa. ¿Cómo explicar aquello? Después de pensar concienzudamente, salté:


¡Milagro, milagro!, tu cacatúa se ha reinventado en mi perro.


… No coló y me ha denunciado… Pues no pienso pagar. Mi perro es muy decente. Si nuestro presidente anda suelto con todas las que nos ha preparado, no va a ser mi perro quien termine entre rejas, ¿no os parece?

2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Pepe perro no ha sido.
Estaba conmigo todo el rato.
Testificaré si hace falta.

Besos.

Anónimo dijo...

Hola:

Que bueno que a pepe perro no le paso lo que al pez de mi amigo,el pez grande se tragó al pez chico, pero el pez grande creo yo, no calculó bien y murió atragantado.


¡saludos!