viernes, 25 de febrero de 2011

LOLAY LOS POBRES DIFUNTOS

¡Me cago en la cuna que me arrolló!... Por qué me tiene que pasar a mí y no a Mari Pili, coña. Yo necesito un poco de glamour en mi vida para salir de este atasco mental, pero se me niega. Anda que no hay profesiones en la vida más alegres que la de mi Pepe. Pues si no quieres un muerto, toma seiscientos…

-Mamá, ya estoy en casa…¡Puerca miseria!, éste es peor que su padre- ¿Qué tal, hijo, hoy?

-Mamá,¿sabescuántos beneficios ha sacado mi funeraria en lo que va de año? Un millón, fíjate…

-¿Un millón de muertos en un mes? Sois peores que los nazis-¡Virgen del Perpetuo Socorro! Para esto antes de que mi hijo se cargue a toda la humanidad.

-Mamá, un millón de euros, no muertos.

-¿Lo sabe el banco de España? ¿Dinero negro o gris? Como lo sepa el Zapatillas os lo fiscaliza y se lo da a los sindicatos.

-Mamá, por Dios, estás obsesionada con nuestro presidente. Crees Que es el culpable de todo… Cambiemos de tema. Sabes, mamá, que hoy he visto a un difunto que sólo le quedaba la cara.

-Eso seguro que ha sido Zapatillas para venderlo en el mercado verde.

-Casi seguro, mamá… ¡Ah! Y hoy también he visto cómo se extraen los órganos.

-¿A cómo vendéis el kilo de tripas, hijo?

-Mamá, contigo no se puede hablar en serio.

-Perdona, hijo, es que es tan alegre tu profesión que me entristece.

-Vale. Toco otro tema, tranquila… Sabes mamá que se puede pagar ya los entierros a plazos… ¡Ah! Y sin intereses añadidos. Vamos, un chollo.

-Sí, sí ¿A cuánto la cuota mensual, hijo? Y me supongo que según pagas, te van enterrando a cachos, ¿no? Yo quiero que me entierren la cabeza lo último. Más que nada para seguir maquinando.

-Pues, mamá, fuera de bromas, he diseñado un entierro tipo y me han dado el premio extraordinario ¡Qué contento estoy!

-Pero, ¡cuánto vale mi niño, Dios mío! ¿Cuánto dinerito, hijo?

-No es dinero, mami.

-¿Una placa de oro macizo? Genial, se puede revender estupendamente en el mercado chino. Me han dicho que andan muy escasos del color amarillo para su piel.

-Mami, ¿sabes lo que más me gusta de mi profesión?

-Ni idea, hijo. Tal vez la tía Mari Pili lo sepa… Mari Pili, anda, escucha a tu sobrino que estoy sintiendo que mi cuerpo pierde peso y mi mente gana masa.

-¡Ay mi niño cuánto vale! Cuéntame mientras tu madre vomita sapos.

-Tía Mari Pili, yo sé que tú me entiendes porque tienes una cabeza abierta.

-¿Ah, sí? Pues no veo ningún agujero, Peluche…

-Lo que más me gusta de mi profesión como os decía son los casos reales. Hoy por ejemplo he visto un cadáver desangrado. Chorros de sangre por toda la casa. La lengua fuera…, amoratada, tía Mari Pili.

-¡Ay qué lástima, por Dios! No haberlo visto, qué entretenido.

-No era una muerte normal.

-No, no, qué va. Fue Drácula que no le entraba más sangre, seguro…

-Mami… ¿Tú crees que fue Drácula?

-Mari Pili, contesta al niño…

-Bueno, pues… ¿Tenía perro el difunto, Peluche? Seguro que el muerto no le daba de comer y se lo comió… ¿Es más lógico? Total, no estamos en Transilvania.

-Tienes razón, Mari Pili, estamos en España. Fue Zapatillas que ya no sabe donde hincar un diente.

-Mamáaaaaaaaaa… No se puede hablar contigo.

-Me callo, me callo. Sigue, hijo, con tu amena narración.

-No, Lola, vamos al mercadillo. ¿No ves que se me han inflado los morros? Mi enfermedad de Rosenthal es muy sensible.

-Chicas, ¿no queréis sabes lo que hace un muerto antes de morir?

-Loooooooola, vamos. Tu hijo es peor que tu Pepe.

-¡Qué lastima, qué pena, qué destrozo! Luego nos quejaremos que nuestros hijos no nos cuentan nada…

1 comentario:

Anónimo dijo...

MUY BUENO, LO MEJOR ES QUE SON LA MADRE Y LA TIA LAS QUE LO QUIEREN SABER, Y SI NO, HAZ LA PRUEBA. NO COMENTES NADA YA VERAS COMO NO PASA UN DIA SIN PREGUNTAR ALGO....

Y QUE DECIR DE LOS AMIGOS: ESOS QUE NO NO, NO ME CUENTES PERO ¿COMO DICES QUE SE ARREGLAN A LOS FALLECIDOS? ¿QUE SE LOS PEINAN? ¿QUE LOS MAQUILLAN? PERO SI PARECE QUE VINO DE CUBA. QUE MORENIN