martes, 19 de abril de 2016

LOLA Y MARI PILI MUY CONTENTAS

-Lola, cariño, por qué lloras tanto… Si hasta tienes hipo y eso no te pasa desde que reinó Carolo…
-Nada, Mari Pili, es tanta la tristeza y el vacío que no puedo rellenarlo ni con un lilo de bombones.
-¿los bombones son rellenos de trufa, Lola?
-Sí…
-Sigue llorando, hija, descarga mucho las tensiones… ¡Ah! Pásame los bombones que lloro contigo.
-Era tan bueno, tan listo, tan ñoño, igualito que mi Pepe…
-¿De quién hablas, Lola?
-Del Papa, Mari Pili, del Papa…
-Mujer, si era igual que Pepe, siempre te quedará tu Pepe para que te recuerde al Papa, sabes que es indestructible.
-Eso es lo malo, Mari Pili… Ves qué inteligente era…
-¿Quién, Lola?
-El Papa, Mari Pili, el Papa…
-Y nuestro Pepe, Lola, y nuestro Pepe, ¿o se te olvidan los repasos que nos da a todos que no se calla ni debajo el agua? Si es como la Wikipedia que para colmo se va actualizando al segundo.
-Ya, pero mi Pepe no hace como el Papa…
¿Y qué ha hecho el Papa que no haga el gran Pepe?... Anda que si lo está haciendo mi Paquito y yo sin enterarme… Dime, Lola, quiero ampliar conocimientos para mi sabiduría interna…
-El Papa no ha podido, Mari Pili, se ha dado cuenta y se ha retirado… ¿Es o no es de inteligentes, honrados, honestos…?
-Sí, sí, desde luego, vamos mi Paquito ni de coña. Ahí dándome la vara desde que se despierta hasta que se desintegra por la noche.
-…Se retira a un convento a rezar por nosotros, que falta nos hace, en cambio Pepe reza, reza mucho,  pero pegado, cosido, bordado, remendado, hilvanado, sobrehilado,  zurcido, festoneado, ribeteado, pespunteado y festoneado a mi alma libre, a mi trasero al viento… A ver, ¿por qué? Con lo agustito que iba a estar en un convento con el cerebro contemplativo…
-Eso digo, yo, Lola… Por cierto, ¿tienes más bombones?
-¿Ya te los has comido todos, Mari Pili?
-¡Cómo no, Lola! Con tanta pena…
-Tengo unos rellenos de pistachos para cuando estoy estreñida…
-Pensaba que tu vejiga te funcionaba bien…
-Y me funciona, pero cuando mi madre me acogota, me estriñe el carácter, pues el chocolate me sube la autoestima…
-Ya decía yo por qué me comía tanto chocolate… Con mi Paquito no entiendo cómo no compro por arrobas el chocolate…
-Mari Pili, Mari Pili, acabo de tener una visión…
-¿Se te ha aparecido San Pancracio, Lola?
-Escribe…
¿A quién, Lola?
-Que escribas, Mari Pili, yo te dicto…
-¿No será mejor que llamemos, es más rápido?
-Me ha cortado Pepe el teléfono.
-¿Qué Pepe ha cortado a mi amiga la conexión inalámbrica con el mundo externo?... Ahora, mismo… Díctame, Lola…
-Estimado Presidente del gobierno español, dos puntos…
-Lola, creo que es mejor que escribamos a Obama, ya sabes que tienes línea directa con él…
-Vale, Mari Pili… Mi querido amigo Obama, dos puntos… Ya sé que tienes a tu congreso levantado en armas, pero ni te cuento cómo está el de mi Mariano..., padece una parálisis, está estreñido, vamos que no puede mandar, ni pactar, ni tragar puede, ni ná. Fíjate que ha cortado el teléfono para que no se lo pinchen, y habla con gestos para que no se le oiga. Ha mandado a los catalanes a Suiza, a Andorra, a las chimbambas, al resto de los españoles a Panamá, para que traigan todo el dinero porque esto es la ruina, ni pa ponernos un supositorio… Vamos, un chocho loco lo que hay aquí… Pero yo te escribía por lo siguiente, mi queridísimo Obama, dos puntos… Como tú tienes vara alta en el mundo mundial antes de que llegue Donald Trump y corte el papel higiénico a nivel terráqueo, a ver si puedes crear una ley… Ya sabes, que circunscriba a toda la faz del globo para que esta ley obligue sí o sí a que los maridos pasen a estado emérito, vamos, que a los cinco años caduque su estado de esposo y pasen al convento de las Salesas, son unas monjitas muy majas y que dan bien de comer.
Esperando tus noticias, siempre tuyas Lola y mi infatigable Mari Pili.
Valladolid, a veinte de abril, bla, bla, bla, bla….


2 comentarios:

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Dices, mi querida Lola,
que el teléfono ha cortado
el Presidente Mariano
para no ser molestado.

Para que no se lo pinchen
igual que pincha la espada
por eso el pobre Mariano,
no corta ni pincha nada.

Mara dijo...


Je, je, Me voy a comer unos pistachos. Me he divertido mucho leyéndote y también con el comentario de Terly. ¡Ay Pepe que vives como un Papa!