¡Madre, madre, cuánto zumbado anda suelto! Creía que
era yo y un par más, pero qué va, hay cientos, hasta debajo de las baldosas si
me apuráis. Claro que no me extraña si lo analizo en día par que es cuando
pienso.
Todo se debe al cambio climático que perjudica
seriamente a la gente. Primero somos irresponsables y muy guarros, y matamos a la tierra con
la porquería que desechamos porque, no nos engañemos, somos un cúmulo de basura
y suciedad que no respetamos ni a nuestras cocinas, y como la tierra enferma y
no produce aire bueno, pues nosotros respiramos la mala leche del globo
terráqueo y, por tanto, también enfermamos… ¡Cómo me explico cuando pienso,
madre mía!
Yo antes me regía por el termómetro de mi Pepe. Si
llevaba veintiséis jerséis puestos, guantes, bufanda, pues sabía que estaba en
invierno. Que se quitaba tres jerséis, pues era primavera. Que se ponía las
katiuskas con seis jerséis, pues otoño. Pero ahora he perdido el control de la
estación y la temperatura. Ayer, por ejemplo, vino a darme los buenos días en
bañador y veinticuatro horas después me despierta con pijama, bufanda y
calcetines a rayas. Claro, si estoy en día par pues mis neuronas me contestan “Lola,
día de barlovento”, pero si es día impar que mis neuronas descansan, pues nada
más levantarme sin pensar, creo que he dormido tanto que ya estoy por lo menos
en un otoño sin katiuskas.
Y ya ni contar lo que sucede en la radio. Todo el
mundo se va y dejan a otros que no conozco y no contentos con eso, la programación
varía, pero varía por unos derroteros preocupantes pues dejan el micro abierto
a todo aquel que quiera manifestarse; solo falto yo para soltar mi espeich veraniego.
Si hasta mi radio ella sola se ha cambiado de frecuencia,
¡Madre, madre mía, qué cosas cuenta la gente! Mucho
tiene que pesar su soledad de verano o necesitan su minuto de gloria famosa. No
os exagero, la otra noche el momento estelar se lo llevaron por igual un hombre
y una mujer. El varón hablaba de su abuela con orgullo y frenesí, hasta ahí
todo normal. Pero, de pronto, se puso a llorar, pero llorar con hipo y todo y
la presentadora que, por cierto, para mí había desconectado y el programa se
movía con el piloto automático, en un momento como decía se activó para
consolar al varón sesentero y preguntarle que si hacía poco se había muerto la
abuela. Mi sorpresa fue mayúscula ¡Hacía 20 años! Ya la tuvo que querer, pero
mucho, mucho, pues añoraba de ella lo bien planchado que iba siempre, lo bien
que comía cuando la abuela vivía y que ahora no era lo mismo, ni de coña lo
mismo.
Cuando descubrí el pastel de este buen hombre, traté
de apagar la radio pues yo misma lloraba de pena, pena de mí misma, pero en ese
momento dieron línea al lío más lioso que he oído jamás, y ahí me quedé
enredada.
En esta ocasión era una mujer que reclamaba que la
devolvieran el primo de su primo por parte de madre que la habían robado los
hermanos del primo de su primo porque pensaban que además de una aberración
amorosa por ser primos terceros o quintos, ahí me perdí con tanto primo
revuelto, pues ella lo que quería, según los hermanos del primo de su primo, era su dinero. Lo que no sabían los primos del
primo de su primo es que el primo raptado, todo supuestamente, eh, es que no
tenía donde caerse muerto y que, gracias a ella, le había hecho un seguro de
defunción por si se moría. En esto, desperté a Pepe para pedirle que llamara a
sus antiguos compañeros de la funeraria a ver si con los datos que yo le
aportaba, era verdad lo que la mujer contaba del primo de su primo del primo tercero.
Pepe, ante tanto codazo, se incorporó, encendió la
luz, me miró furibundo y sentenció “Mañana mismo te encierro”
Estoy en casa de una prima de mis primas. Temo que
Pepe cumpla su amenaza y es verano y me gusta ir a la piscina con mis amigas.
2 comentarios:
Oye, si estás encerrada te mando a los de la Guardia Real para que te liberen. Tú ten el cheque para pagar. Son algo caros.
Besos de Reina
Querida Lola, tú me encantas y si estás loca, pues es una locura tan linda que no quiero que te mejores jamás. Pero no, tú estás muy cuerda, es el clima y la gente los que están locos de atar.
Aquí prendemos un día la estufa y al otro día tomamos el sol en el patio, con 20 grados. Se supone que estamos en Invierno. Vaya uno a saber que estación es en realidad.
Cariños y abrazos de Lily
Publicar un comentario