¡Muy
tomate! Si lo sé hoy no me levanto ni ayer, ni pasado mañana…
Lo
peor que te puede pasar según amaneces al mundo, cuando aún ni tú eres
consciente que tienes los ojillos abiertos, es que venga un membrillo y te
ataque porque sí, porque te ha tocado en el bombo extra de los membrillos.
Lo
peor que te puede pasar en la vida son muchas cosas, a ver si nos centramos,
porque la palabra “Peor” es susceptible de empeorar o mejorar según el momento
en tu vida en el que estés.
Bien,
prosigo… Mi costumbre es despertarme con los periódicos y con los amigos
diciéndoles “Buenos días”, y da la casualidad que me topo con mi amiga Marisa
que Facebook la ha otorgado el título de Reina no sé si de perpetuo o a tiempo
parcial y ya se sabe esa costumbre tan sana que tenemos los humanos de “Culo
veo, culo quiero”, voy y entro a ver qué tengo que hacer para hacer la
competencia a mi amiga Marisa y, ¿diréis? Va el membrillo del aparato y me dice
sin hacerse siquiera la raya al medio “Cantalapiedra el vocabulario que empleas
para la redes sociales revela que eres peligrosa” A míiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
que soy más mansa que una vaca pastando. Claro, me he arremangado el pijama y
le he mandado a tomar por c... café a la cafetería más próxima… Vamos, por dios, le doy
una leche que le dejo la cara mirando a Sarajevo o le pongo la zancadilla que
baja las escaleras de media docena en media docena. Porque estaba dormida que
si no hasta le escupo un rato.
Aún
más tomate, ahora que pienso es lo que me pasó ayer. Me encuentro con una
vecina y me dice “Ay Lola, que carita tienes, qué te pasa” Y yo con mis
lágrimas rodando al precipicio, la cuento, me abraza, nos despedimos y noto que
alguien me toca la espalda. Me vuelvo y es otro vecino que me suelta “Lola no
sé quién se te ha muerto, pero te acompaño el sentimiento” Voy yo y digo “Mi
perro, se ha muerto mi perrillo” Y va el membriiiiiiiiiiiiiiiillo y me suelta “Ah, un perro” Y se va sin
despedirse riéndose.
Me
senté a llorar un rato por eso de llorar más cómoda y de repente apareció el
gato más feo y tiñoso que he visto en mi vida y se pone a mirarme, ¡con una
mirada tan conocida, tan de mi perrillo!, que me puse a hablar seriamente con
él no fuera a ser que exista la reencarnación; en este mundo puede pasar de
todo, de todo.
Pero
en mi diálogo profundo, apareció mi Pepe. Me mira con mirada de sonámbulo y me dice”Lola,
mujer, ahora desvariando con un gato”… Pero, ¡qué leche de bollitos! Si lo que
falta en este mundo es diálogo, coña. Me puse de pie y me fui llorando andando
que es más incómodo.
Yo,
hoy, por si las moscas, voy a comprar una lata de sardinas y si veo al gato piojoso
pues… Todas las criaturitas son de Dios, de Buda o cómo se llame, ¿a qué sí?
¡Ah! Prohibido llevarme la contraria pues tengo que lavarme mi pena aunque sea
riéndome de mí misma.
2 comentarios:
No aguanto el membrillo. Prefiero el chocolate. El chocolate me da mucha alegría. Dala a tu Lola colate, como lo llamaban mis niñas cuando eran más peques.
Besos de Reina
No podría estar mejor explicado Lola, de verdad que me encanta como tomas la vida y nos comentas como si estuviéramos conversando, un beso :*
Publicar un comentario