-No hay duda, el
termómetro me dice que sí.
-Lola, dirás la
brújula…
-No, Mari Pili,
sé lo que digo, el termómetro. Las brújulas estaban agotadas en los chinos y a
cambio me han dado un termómetro jurándome en chino, claro, que era igual de
infalible que la brújula.
-Anda, anda, no
me digas sandeces. Yo solo sé que esto está muy oscuro.
-Cómo no va a
estar oscuro si son las cuatro de la mañana, la hora que marcó Peluche, tenemos
que estar ya cerca.
-Ya pero no se
ven ni fuegos artificiales, Lola.
-Los fuegos
artificiales fueron a las diez, Mari Pili. Hija céntrate.
-Tampoco se oyen
a Los Celtas Cortos que cantaban en la Plaza mayor.
-Mari Pili que no
te centras. Estamos en Gales no en Valladolid.
-¿Tan deprisa
hemos ido, Lola? Hace media hora estaba poniendo a mi Paquito un esparadrapo
para que dejara de roncar.
-¿En qué parte
del cuerpo se lo pusiste? Yo a Pepe se lo pongo en el ombligo.
-Yo se lo he
puesto en las narices.
-Pues perdona que
te diga que a estas hora ya eres viuda oficial.
-¿Por qué dices
eso, Lola? Yo soy buena gente no como tú.
-Hija mía, está
muy claro. Muerte por asfixia roncoidea. Sigue remando, anda, y que conste en
acta arbitral que yo también soy buena…
-No Lola, mi
Paquito es muy listo. No llega a la altura de tu Pepe, es verdad, pero se sabe
defender. Seguro que haya otro orificio para seguir respirando.
-No te engañes…,
anda rema más deprisa…Las narices las tiene tapadas, boca y garganta, ocupadas
por los ronquidos…, y por el culo, no creo que respire. Ya te digo, le has
matado… Hija rema con brío. Llevas remando en círculo diez minutos.
-Lola, de frente
yo no sé remar.
-No eres más rara
porque no pones empeño… Que remes más deprisa, leches.
-Rema tú, coña,
que para eso eres más gorda.
-Mari Pili, que
remes tú. Yo te voy diciendo… Mira, mira, allí están los primeros nadadores…
-Lola, son los
del botellón que se han caído al agua.
-No, no, son
nadadores. Nadan escorados, es cierto y nada que ver con el estilo mariposa de
mi Peluche, pero nadan. Tú como no te has puesto las gafas, no lo ves nítido.
-Lola…
-¿Qué, Mari Pili?
Tú sigue remando…
-Para mí que la
barca se está hundiendo…
-Imposible. Es de
plástico bueno, me lo dijo el chino.
-Pues el agua
está muy fría y no llevamos flotador.
-Que no nos
hundimos, mujer. Es que ahora has cogido velocidad, Mari Pili y nos salpica el
agua.
-Y una leche,
Lola. El agua nos llega ya por los riñones y está muy fría.
-Pues abróchate
el abrigo, coña… Peluche, peluche, Peluche… Ese es mi Peluche, ya está llegando
a la meta… Peluche, Peluche, Peluche…
-Lola, eso es la
playa de las Moreras y a lo que gritas no es el casco de peluche, es una
botella naufragando… ¿No está demasiado mojada el agua, Lola?
2 comentarios:
Hola M. Ángeles.
Creo que entre Lola y Mari Pili hay una amistad tan fuerte que es imposible romper, son la una para la otra en todas sus aventuras, hacía tiempo que salían a pasear, pero sus problemillas de siempre me hacen sonreír.
Un abrazo.
Ambar
Años que no vengo por aquí, y sigo riéndome a mandíbula batiente con las andanzas de Lola y Mari Pili. Tu ingenio y tu gracia no tienen límite M. Ángeles.
Mi ausencia se debió a un problema grave de salud, luego me he enganchado con Facebook y publico más allí que en los blogs, pero estoy tratando de sacarlos a flote.
Un beso muy grande y mi abrazo, querida amiga.
Publicar un comentario