sábado, 27 de febrero de 2010

LOLA Y EL DIVORCIO

-Oye, Lola, dime una cosa…

-Lo que quieras, Mari Pili. Con las ganas de hablar que tengo como si me pides que te recite la Biblia en Morse. ¿Quieres?

-No, Lola, gracias. Lo que quiero que me digas es…

-Ya sé, Mari Pili, no me lo digas, sólo con mirarte lo sé… La raíz cuadrada de la felicidad es la incomprensión sostenida en un matrimonio.

-Lola…

-Calla, no me has dejado terminar, Mari Pili… Yo voto por el divorcio masivo.

-… Lola, el divorcio existe hace años.

-Imposible, Mari Pili. Si existiera realmente, Pepe hubiera hecho uso de ese derecho comunitario.

-Él, no tú…

-Sí, Mari Pili. Yo las grandes decisiones se las dejo a Pepe. Porque si me deja, ¿qué remordimientos iba yo a tener? La fashion victim sería yo… Esta noche le dejo el artículo treinta y tres del divorcio en la mesilla.

-¿Para qué?

-Para que se divorcie, Mari Pili. Yo quiero dejar de sufrir. Pobrecillo, tiene derecho a morirse feliz y yo no le dejo. ¿No lo comprendes?

-Lola, no comprendo nada.

-Ni yo, pero eso es lo de menos.

-De todas formas, Lola, lo que quiero que me digas es…

-Lo sé, lo sé todo. Nuestros vasos comunicantes se comunican. Constantemente están tus fluidos atrayendo a los míos y van y vienen y vienen y van. Están mareados.

-Entonces sabrás que…

-¿Cómo que si lo sé? Desde hace días.

-¿Sí? Ah… Oye deja de tocar todo, estás desbaratando la tienda.

-Son tus fluidos, Mari Pili, que en la conexión con los míos se desencajan y mis manos tiran todo… Mari Pili te has probado todas las botas de la tienda.

-No, Lola, me faltan las de la repisa de arriba, pero no llego.

-Voy yo. Sujétame el culo… Ahora que te digo una cosa: lo nuestro se solucionaba con la tormenta perfecta.

-Lola mira para arriba que vas a tirar todo. Ahora sigues hablando…

-Puedo hacer todo a la vez… ¡Hala! Mari Pili has tirado todo.

-Lola, ¿cómo voy a tirar todo si no me he movido de sujetarte el culo?

-Precisamente. No me has sujetado correctamente… Como te decía…

-Señora, disculpe… ¿Podía dejar de sobar los artículos?

-Pues no, joven, porque si no sobo no puede comprar mi amiga. ¿Comprende?

-¿Qué quieren ustedes? ¿Las puedo ayudar?

-No de nada… Mari Pili nuestros vasos comunicantes con los de la dependienta no se comunican. Vamonos.

-Sí, pero dime una cosa…

-Te digo lo que quieras. Ahora mismo te recito la Constitución española en clave de sí bemol.

-Noooooooooo, Lola, quiero que me digas por qué te pones esas diademas tan horrorosas en la cabeza.

-¿Ves? Es otra de las cosas por las que le diré a Pepe que se divorcie mañana mismo.

-¿Por qué, Lola?

-Es muy desgraciado cuando me ve con mis maravillosas diademas y yo, no pienso quitármelas.

-… Lola, ¿y qué harías tú solita?

-Vivir, hija, vivir. Amontonarme diademas una encima de la otra que es lo que me pide el cuerpo.

7 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Uy! Se avecinan cambios radicales en la vida de Lola?
Un abrazo

bixen dijo...

Si Lola diferencia a William Makepeace con una ciclogénesis explosiva, Pepe lo ha tenido difícil, pero como todo reto, gratificante.
Mari Pili debería regalarle un traje de enfermera; y si Pepe ni fu ni fa: al lío con otro, Lola!

P.D.: El Dios Thor utilizaba su martillo cuando se enfadaba o recibía sacrificios.

Juan Antonio dijo...

Pobre dependiente con todos los zapatos caidos...Lola la terrible.

JAVIER AKERMAN dijo...

Estimada Mª Ángeles:
¡No te "divorcies" nunca de nosotros y sigue regalándonos estos relatos que nos hacen reír y disfrutar!
Un besote.

JULIO dijo...

Nadie debiera perder el rumbo de su vida; nunca se tiene todo, pero, incluso en los tiempos de vacas flacas, la razón debe ser más fuerte que el sentimiento.

Ni predicador ni santo: experimentado.

Un beso y siempre, siempre, tu lector incondicional.

TORO SALVAJE dijo...

Divorcio masivo?
Que buena idea.
Si.
Obligatorio.

Besos.

ALBINO dijo...

Lola, ya te mandaré una diadema...pero de oropel. Las otras se reparten entre la Casa Real española y la torre de Londres....y la Casa de Alba, me olvidaba
Un beso