-¡Madre, madre mía, madre, rematadamente madre!... Sin palabras… Y ya es
difícil que me quede sin ellas.
-Lola, ¿qué te pasa?
-¿Te has visto, Mari Pili?
-¿Eh, qué pasa, Lola?
-¡Madre del perpetuo Auxilio y del chiringuito más próximo! Qué maravilla,
qué prodigio, es más, lo tuyo es un milagro… ¡Pasen y vean, señores y señoras,
a mi Mari Pili!
-Lola si eres más lerda, no naces… ¿Qué coños me pasa?
-Mírate, alma de cántaro, qué tez más sublime, terciopelo del caro y,
espera que me ponga las gafas… ¡Leches! Te han desaparecido los socavones de la
cara. Si en vez de tener cuarenta y todos, parece que tienes treinta y menos
nada…
-Sí, Lola, sí, te puedo decir que estoy muy contenta y satisfecha.
-Para colmo que no lo estuvieras, Mari Pili. De ser has pasado a no ser más
que belleza de bombón grasé.
Sí, Lola, sí, estoy insultante a la par que frenética y eufórica de mí
misma mismamente.
-Bueno deja de decir sandeces y dime qué has hecho, me relamo de envidia
malsana y eso me puede matar.
-Lola, es gracias a la centella Asiática.
-¿Eh?
-Sí, mujer, al igual que tú usas veneno de serpiente, yo me doy lo Zen…
Mira, mira, aprecia qué relajación. Por ejemplo en este momento mi piel está
haciendo yoga.
-¿Eh?
-Por cierto, Lola, sabes que te quiero como nunca te ha querido nadie, ya
que aguantarte a ti, no lo soporta cualquiera, por lo tanto es mi obligación
decirte la verdad…
-¿Ah, sí? ¿Cuál de todas, Mari Pili?
-Tienes la piel envenenada de tantos kilos de serpiente que te has echado…
Ven, mírate al espejo…
-No, Mari Pili, que me doy miedo…
-Ven… Mira tus mofletes, se te han descolgado hasta el cuello y los
párpados están desparramados con tantos pliegues que el maquillaje se queda
atascado… Ven, ven, mira lo que te digo…
-Y una mierda, Mari Pili, no voy.
-¡Coño! Te he dicho que vengas y vienes… Fíjate la bolsa adiposa que se te
ha colocado debajo de la barbilla… Te advierto una cosa que o la sujetas, o te
llega sin paracaídas al ombligo.
-Mari Pili, ¿tú eres amiga o asesina? Porque no te has dado cuenta, pero me
has puesto a parir. Parece que la que lleva el veneno de serpiente en la
garganta profunda eres tú.
-Sí, claro que me he dado cuenta de lo que te he dicho. Lo he hecho a
propósito, y eso que no te he contado lo peor para no herir tus sentimientos, Lola.
-Pero será cabrona la tía… Pero si has asesinado mi ego. Has hecho una
biopsia en canal hasta el cerebro sin anestesia ni una triste copita de orujo
que me anima tanto ¡Cabrona! Vete ahora mismo de mi casa.
-Sí, me voy, es la hora de cuidar
mis muslitos de pollo… Les doy unos masajes con clara de papaya, y
aceite de sésamo ¿Tú, Lola, qué haces con esos dos jamones que tienes por
piernas?
-¿Yo? Nada. Dejo a Aladino que venga con su lámpara maravillosa y que me
corte unos trocitos de mis jamones como aperitivo, no te jode la tía ésta…
¡Fuera de mi casa, veneno de serpiente!... Ah, pero ven mañana a la misma hora,
¿vale?
…Ésta se va a enterar de lo que vale un peine… Ahora mismo me pongo a
preparar mi estrategia… Claro que si me
doy antes una mascarilla de huevos de mi Pepe, tal vez mi piel se quede como la
del culito de un niño y sin gastar dinero… ¡Peeeeeeeepe! Ven aquí ahora mismo…
1 comentario:
Muy bueno, humor y buena crítica tambien. :)
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