- Mari Pili, Mari Pili… Mari Pili
- ¿Qué quieres?
- Ven, mira qué joyas.
- No puedo moverme, Lola, o se me caerá todo.
- Todo menos ponerte nerviosa porque tenemos que tomar altas decisiones y hemos de estar relajadas.
- ¿Relajada, dices? Pero si llevas volviéndome loca todo el día. Parecemos dos corre caminos de tienda en tienda y tiro porque me toca.
- ¡Ah!, quieres encontrar chollos y no mover el culo. Los milagros no existen, Mari…
- Ya, Lola, pero si me lo llegas a decir, tomo un reconstituyente. He perdido hasta un zapato… A ver como vuelvo a casa.
- Gallina, que eres una gallina. Mira cuánto zapato suelto hay ahí, coge uno y deja de quejarte.
- -¿Qué, y si al salir me pita la alarma?
- Pues nos echamos a correr, Mari Pili.
- Estás zumbadísima, Lola.
- A ver, ¿cómo no quieres que me trastorne yendo de compras? Es que me compraría todo, hasta lo que no venden.
- -Yo también, Lola… ¿No estaremos poseídas?
- …Sí, Mari, pero si hacemos estas reflexiones, llegará otra tarada como nosotras y se llevará estas joyas.
- Ah, de eso nada… Venga, Lola, decidamos.
- A ver… ¿Qué te parece este pantalón de cebra del Penedés? Qué precio, es irresistible.
- Sí, pero, ¿has visto qué agujero tiene en medio del culo, Lola?
- No problema, Mari: lo cosemos
- Lola no sabes coser.
- ¿Y qué tiene que ver con lo que estamos hablando?
- Si no sabes coser, ¿quién te lo va a coser?
- Lo llevo roto, Mari Pili… Pero mira qué monada, ¿cómo voy a dejar pasar esta ocasión?... Voy de frente y así no se ve el agujero. ¿A qué pienso mucho?
- -Como un libro abierto, Lola. Pero te convendría ir antes a unas clases de andar para atrás.
- No tengo tiempo… Venga, a ver qué llevas tú ahí…
- He cogido un vestido de pantera; es divino, pero dos tallas más que la mía.
- No importa; lo estrechas.
- No me gusta coser, Lola y tú, hoy, lo arreglas todo con la costura. Acuérdate como llevas a tu Pepe, parece el hombre roto.
- Las apariencias engañan; va con ventilación asistida para, si suda, el olor se evapore. ¿Entiendes, Mari Pili?
- No, pero es igual, Lola… ¿Qué hacemos?
- Saca la calculadora y sumemos.
- Vale… dime.
- Tres, más dos, más, uno, más cinco, más tres, más dos, más siete, más, quince…
- El de quince, quítalo.
- Vale; empecemos: tres más dos, más uno, más siete, más tres, más doce, más uno más…
- Quita el de doce.
- Vale; empecemos: tres más uno, más cinco, más, siete, más tres, más.
- Quita el de siete.
- Vale… Comencemos: uno más tres, más dos, más uno, más seis, mas dos, más…
- Quita el de seis, Lola.
- Vale… Comencemos: uno más dos, más tres más cuatro, más…
- Lola… Estoy pensando…
- ¿Qué, Mari Pili?
- Quita todo y quédate con lo de un euro.
- Vale… Ya está, Mari.
- ¿Qué nos queda?
- El pantalón de cebra con el agujero y el vestido de pantera, pero no el de dos tallas más que la tuya sino el otro.
- ¿Cuál, Lola?
- El que tiene el agujero en el seno izquierdo, Mari Pili.
- Vale, pues eso nos llevamos.
- Ya, pero hay un problema, Mari Pili…
- ¿Cuál, Lola, cuál?
- Pues cuando nos pongamos esto no podremos ir juntas.
- ¿Por qué esa bobada, ahora, Lola?
- Si yo camino al frente para que no se me vea la ventilación del culo y, tú, caminas de espaldas para que no se te vea el seno izquierdo… nunca nos encontraremos, Mari Pili… ¿Qué pena, no?
- Ay… No, No… Vamos, que no, ni hablar… Es que he dicho que no. No, no y no.
- ¿Qué es no, Lola?
- Vamos a ver, Mari Pili, ¿tú no entiendes el significado de no?
- Sí, pero en el contesto que tu lo ubicas, pues no.
- Qué no, ¿qué, Mari Pili? Te explicas fatal.
- Pues sí al no. Pero, claro, no sin más, pues como que no.
- Mari Pili, van a cerrar la tienda… ¿Sí o no?
- ¿Sí? Que no, Lola, aún falta… ¿Qué hacemos: sí o no?
- Pensemos: sí decimos sí, es que decidimos sí.
- Ya, y si decimos no, es que es un no definitivo.
- Sí.
- Entonces, ¿no, Mari Pili?
- No sé, yo no he dicho no, Lola.
- Claro porque has dicho sí.
- No, Lola, tampoco he dicho sí.
- Pero, Mari Pili, has dicho no al sí, entonces es un sí al no.
- Lola… Lola, calla y haz lo que te dé la gana… Te he perdido.
- Tranquila; decido por las dos y digo sí.
- ¿Sí, qué, Lola?
- Que… Mari Pili, Mari Pili, que nos han quitado la ropa…
- ¿Ves, Lola? Tanto sí y terminamos diciendo no.
- Mari Pili yo no he dicho no porque iba a decir sí pero…
- Hasta mañana, Lola.
- ¡Adiós, Mari Pili!, ¿quedamos mañana?
- Nooooooooooooooooooooooooo.
10 comentarios:
Ir de rebajas no me gusta, pero con estas dos no voy ni loco.
:)
Besos.
Las dos heroinas se nos vuelven locas de compras, jajajjaa
Un abrazo enorme.
Ahh esta tarde me han entrevistado en Luz de Gas RadioBlog
hola!
pasaba a invitarte a mi caja..
un abrazo!
¡Qué yunta madre mía! Se han juntado el hambre y las ganas de comer... jajajaja Claro que el resultado es ¡estupendo!
Eso sí, coincido con Toro, con ellas no iría de rebajas...
Besazos.
Vaya dos, no cambian!!!!
Lo mejor para empezar este mes de septiembre... Lola (¡y de rebajas!).
Un fuerte abrazo querida Mª Ángeles y gracias por hacernos reir.
Si no se llevaron el pantalón de cebra, dime la tienda, que me lo compro, jajaja.
Besitos.
Gracias, me has recordado por qué debo evitar las rebajas XDDDDD
Muy bueno.
Un saludo,
Deprisa
Si hubieran estado ambas en Puerto de la Cruz, con todos los bazares de electrónica, perfumes, gafas, bebidas alcohólicas y joyas a precios inferiores a la península, hubiera sido el dislate total.
Ahora les queda pendiente la compra del material escolar, que lo mismo la hacen en un chino, claro que la calidad de los cuadernos no llega ni a la de aquel famoso papel del elefante.
Besos con tarjeta agotada.
Ir de compras requiere de decisiones importantes,vitales para la estabilidad emocional,pantalón de cebra del Penedés requiere de fuerte personalidad y serenidad jajajaja....Un abrazo siempre genial.
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