domingo, 1 de noviembre de 2009

LOLA EN LA CÁRCEL

-Mari Pili, un poquito de por favor, vamos a centrarnos en nuestro cometido…
-Lola, ¿en que cometido? ¿Vamos a asaltar algún banco y yo no me he enterado? Me va a venir genial, ando mal de pelas.
-Mari Pili, vamos a ver si de una puñetera vez logramos una catarsis. Ya tenemos edad.
-¿Una qué, Lola?
-Estamos desfasadas, debemos evolucionar…
-¿Evolucionar a qué, Lola?
-A ser más malas que la tiña, coña, que no te enteras Mari Pili.
-Ah, ¿dejamos entonces la faceta de asaltadoras de bancos?
-Sí, nos pillarían rápido. Tú no sabes mentir, Mari Pili.
-Pero tú sí, Lola. Tú puedes llevar la voz cantante.
-No, estoy en baja forma. He perdido brío. Ahora solo se me ocurre decir lo que pienso. Escupo según me viene a la cabeza el pensamiento.
-No pienses, Lola. Sabes que te sienta fatal, te cambia el carácter.
-Mujer, pero ir por la vida siendo unas descerebradas, ¿qué van a pensar los demás?
-Lola ponte el flotador y a nadar contra la corriente.
-No que me salgo de España con tanta natación.
-… A mí me invitaron el otro día a que me fuera de España porque critiqué, opiné, reflexioné, maduré, expuse….
-Paaaaaaaaaaara, que te me gastas. ¿A mi Mari Pili? Bellacos... ¿Ves? Necesitamos catarsis.
-Lola, ¿y si para desahogarnos decimos palabrotas?
-Alma cándida, ¿dónde vas tú diciendo exabruptos? Un joder en tu boca sonaría a “un caspita” inocente, sin fuerza. Una cursilada, Mari Pili
-Pues enséñame, Lola.
-¿Cómo te voy a enseñar a tener mala leche cuando eres un ángel?
-¿Yo soy un ángel, Lola? Nunca me lo habías dicho… Lola, necesito imperiosamente ser mala. Enséñame a joder…
-¿A quién, Mari Pili?
-El orden de los factores, no altera el producto, Lola. Venga, empieza.
-Si yo tampoco sé joder al prójimo, Mari Pili, ¿qué te voy a enseñar? Como mucho, a escupir… ¿Quieres escupir?
-¿A quién, Lola?
-¿Pero no me has dicho que te da igual?
-Ah, ¿te lo he dicho? Pues vale, empieza, quiero ser una alumna aventajada.
-¿Tienes saliva?
-¿Saliva? ¿Para qué? ¿Te valen mis bilis?
-Lo mejor es que ensayemos llenando la boca con agua. Toma nota.
-Lola, se te ha caído la baba…
-Prueba tú.
-Voy…
-Señora, ¿qué hace? Mire cómo me ha puesto…
-Perdón, señor… Lola, Lola, sé escupir…
-¿Mari Pili, qué te había hecho ese pobre hombre?
-¿A mí ¿ Nada.
-Entonces, ¿para qué le escupes?
-Tienes razón, ya no lo volveré a hacer… Venga, ahora tú de nuevo, Lola…
-Voy. Primero llenaré la boca bien de agua y luego a diiiiiiiiiiisparar…
-Señora, venga usted ahora mismo.
-Dígame, señor guardia.
-Me acaba de echar encima del uniforme todas sus babas.
-Señor gendarme, ¿cómo voy a hacer una cosa así a la autoridad de la ley? No, hombre no. Estoy ensayando para ser mala y escupir a todos los hijos de puta… Por cierto, ¿sabe usted cómo se hace?
-Ahora mismo a comisaría. Ya verá cómo aprende a ser mala. Vamos…
-Mari Pili, Mari Pili, que me retiran del mercado. Véngame.
-No, que sólo me quedan babas para escupir a las que me echaron de España. ¡Adiós, Lola!
-...Puerca miseria, mi amiga ha encontrado su camino y yo con estos pelos aunque... Señor guardia, ahora cuando me meta en chirona, ¿sabe usted si hay malos alli para que me enseñen? De paso podemos bailar un Rock and Roll, ¿no le parece señor guardia? Más que nada para animar el ambientillo, ¿eh?

viernes, 30 de octubre de 2009

LOLA Y LOS DIFUNTOS

-A mi los muertos me matan, Mari Pili… ¿Quieres otro?
-Sí… a mi asesinan, Lola… Humm, están buenísimos.
-Yo no sé, Mari Pili, para qué se tuvieron que inventar el día del muerto… ¿Quieres otro?
-Sí… El negocio, Lola. Al menos moriremos dulces… Lola, te los comes de dos en dos…
-Es que presiento la guadaña cerca, Mari Pili. Es capaz de comerse mi parte. Tú deberías hacer lo mismo.
-Trae… Me muero, Lola, no puedo…
-So burra, escúpelos… Casi te ahogas, Mari Pili. Con esa boca piñón, ¿cómo se te ocurre meterte cinco buñuelos a la vez? Yo sí porque todo lo tengo inmenso, pero tú, esmirriada…
-Lola, por curiosidad, ¿cuántos buñuelos te has comido?
-Treinta y tres como la edad de Cristo… No deberían haber inventado el día de muerto, estoy que me muero, Mari Pili…
-Beeeestia, pero qué animal eres…
-Quién te dice que en el otro mundo te dan de comer… Yo al menos ya voy comida… Me duele la tripa, Mari Pili…
-Morirte por un atracón a buñuelos, no te mueres, Lola. Ahora te veo al punto de la cagalera. Ojo al dato, Lola…
-Si salgo de ésta, ¿sabes lo que voy a hacer, Mari Pili?
-Ni lo sé ni me importa… Trae otro buñuelo.
-Mari Pili, te va a subir el azúcar, se acabaron los buñuelos. Como se entere Paquito, te mata y a mí me aniquila.
-Por Dios, no se lo digas, Lola.
-¿Yo? Si soy peor que San Pedro, Mari Pili. Si niego hasta mi nombre… Ahora como salgamos de ésta, voy a llamar al alcalde…
-Ya, tú y tus ideas. Creo que te traes algo con el alcalde, Lola, sólo piensas en hablar con él. Ahora se te habrá ocurrido pedir que quiten la tradición de que en recuerdo de los muertos se coman buñuelos.
-No, los buñuelos son sagrados. Pero no hay derecho que solo se coman buñuelos una vez al año. Voy a pedir al señor alcalde que ponga un halloween de vivos…
-Lola, tú eres un halloween perpetuo.
-Tal vez, pero sin buñuelos… Ay qué dolor de estómago. Creo que ya me muero.
-Pues deja de comer y dame los que sobran a mí… Oye Lola, ¿qué flores quieres que te ponga?
-Flores no, Mari Pili. Con que instales una pastelería al lado de mi tumba es suficiente.
-Te echaré de menos, Lola.
-Ah, ¿es que no te piensas morir conmigo Mari Pili? Yo el cielo no lo puedo revolucionar sola, necesito a mi ayudante… Imagínate volviendo locos a todos los santos y el treinta y uno de octubre de cada año a asustar a los vivos.
-Lola…
-¿Qué, ya te has muerto? Espérame ya estoy a punto, dame el último buñuelo.
-No… Que digo que no hace falta que nos muramos. Ya somos fantasmas.
-Hija, qué brutal eres, Mari Pili, como lo lea alguien se lo va a creer.
-Tranquila, ya lo saben.

miércoles, 28 de octubre de 2009

LOLA Y SUS CONFIDENCIAS

Hola, amigos... Antes de que venga Mari Pili quería haceros unas confidencias... ¿Qué, qué opináis de mi nuevo look? Sí, mirad a la derecha, la de la foto es vuestra Lola, vamos yo. ¿A qué estoy jamón, jamón? No, no he ido a ningún sacaperras de dotes milagrosas; conmigo misma mismamente me he bastado.
Os cuento... Como Mari Pili no quería utilizar el fotochocho de su máquina conmigo, me he metido en Internet y me he comprado gratis un fotochocho para mi sola.
Cuando me vea Mari Pili la da un JariChristmas, me la conozco. No es que tenga celos de mí, pero, claro, hasta ahora yo no la hacía sombra. ¿Qué celos va a tener de una gorda rolliza una tía que gasta la talla treinta y ocho, un culito que da gusto mirárselo, más desde que se dedica a menearlo bailando bachata. Unos ojos melosos, y que come al día menos que una gallina embarazada de gatos siameses? Hay días, es verdad, que se la ve desencajá y la cuesta reírse. ¿Por qué? Porque la faltan un par de chorizos y unas morcillitas en su estómago. En cambio yo, ¡hala!, enorme se me mire del revés o del derecho, pero muy requetebién alimentada y, por ende, feliz, sonriente y con espíritu envidiable
...Y, ahora, con los milagros de mi fotochocho, seguiré comiendo mis cocidos y cuando me veáis estaré para vosotros jamón, jamoncito, jamón.
No obstante voy a escribir al señor alcalde para pedirle que, igual que hay el día del orgullo gay, debe haber obligatoriamente como un imprescindible más el día del orgullo gordo. Los gordos tenemos derecho a que se nos reconozca, a que se nos festeje y jalee.
Mari Pili no apoya mi idea, dice que lo que tengo que hacer es comer sano y hacer deporte. Esta desnutrida de amiga me tiene hasta la peineta porque yo como sano, sanísimo: lentejas, alubias, tocino, hamburguesas, chocolate con churros, bollos, un par de barras de pan al día, una naranja cada dos meses, zanahoria y berros una vez al año, lechuga y tomates cada tres años... ¿A qué es sano? Y muy rico.
Pero en el fondo yo quiero tener un cuerpazo como el de mi amiga porque cuando hemos estado en Sevilla una noche se me apareció. ¿Quién se me apareció? Pues Mari Pili. Llevaba unas enagüillas color champán fresco y jacarandoso, como de telilla de forro de esas que se te resbalan las manos hacia los sitios más insospechados y rematadas con unos encajillos la mar de elegantes. Yo abrí la puerta de mi living room vestida con mi esquijama color banana y tatuado con monos salvajes y me encontré a la seximbol de mi amiga de esa guisa casi me espatarro... Fue en ese momento en que me dije “Lola, hija, ten caridad contigo misma y ponte sexy como Mari Pili”… Pero no puedo, la cabra tira al monte, y a los dos días fui al mercadillo y me compré un camisón de cuello vuelto con pingüinos saltando a la conga. Os advierto que fue un chollo porque me regalaron los calcetines haciendo juego. El caso es que no se me veía nada mientras a Mari Pili todo, y me volví a deprimir. Bueno, deprimir no, porque es mirarme y me da la risa, no me puedo tomar en serio la mujer que transita dentro de mí, pero quiero pulirla. De ahí que con mi fotochocho haya logrado lo nunca en mí.
Ay, siento los tacones de Mari Pili, os dejo….
-Lola, ¿ya estás comiendo?
Puerca miseria, mi amiga cada día se parece más a Pepe.

martes, 27 de octubre de 2009

LOLA Y LOS REGALOS

-Lola, ¿mañana a qué hora quedamos?
-A las siete, Mari Pili.
-Es muy tarde, Lola. ¿Por qué no quedamos antes? ¿Qué tal a las cuatro?
-¿De la mañana, Mari Pili? Yo encantada. Acuérdate que cuando fuimos turistas en New York nos dormíamos a las dos y a las cuatro estábamos en la calle, pero en España no sé si será legal. No creo que podamos hacer botellón a esas horas.
-Loooooooooooooola… ¿Quién dice las cuatro de la mañana? ¿Y de dónde te sacas el botellón?
-Tú. Yo he dicho a las siete, que es una hora discreta y elegante.
-Pero, ¿cómo vamos a quedar a las siete de la mañana si no están puestas ni las calles?
-Tenemos mucho que pensar y se necesita tiempo, Mari Pili.
-¿Pensar en qué, Lola?
-En los regalos.
-¿Qué regalos?
-Mañana es tu cumpleaños, luego llega navidad y después los Reyes Magos.
-¿Me vas a hacer tres regalos, Lola? Cada día más generosa.
-No te equivoques, no te confundas, no sueñes, no te imagines, no te inventes, Mari Pili…
-¿Qué quieres decir, Lola?
-Pues que aún no te he pagado la última mensualidad del regalo de cumpleaños del año pasado. No me puedo embarcar en más gastos… Estoy pensando, ¿puedes retrasar tu cumpleaños un par de años?
-¿Eh?
-Fíjate que te estoy haciendo un favor, Mari Pili. Ser dos años más joven que yo, dos años para crecerte sobre tu propio jugo, dos años para…
-Lola, quiero mi regalo mañana, ¿entendido, Lola?
-Mira, piojo inmundo, los regalos salen de dentro, como cuando te entran ganas de ir al baño que tienes que ir deprisa, deprisa, ¿me entiendes?
-Lola, por Dios, cómo voy comprender que mi regalo sea como un retortijón de barriga…
Claro que no, Mari Pili… Es peor. Hay que parirlo, hay que desearlo… Y hay que tener dinero. Circunstancia esta última importante aunque no necesaria. Estoy pensando que…
-¿Tendré mi regalo, Lola?
-Sí, rotundamente sí. Acabo de darme cuenta que me ha entrado mucha necesidad… Por curiosidad, ¿tienes papel?
-Sí, sí. Entra en el baño de la derecha… Espera que voy a por él. ¿Quieres mucho?
-Sí, bastante, pero no es para ir al baño sino para envolver tus regalazos.
-… Toma. Ay qué emoción, Lola… ¿Qué es?
-Por ser tú, te lo diré, pero mañana me pones cara de sorpresa porque luego me llaman bocazas y cotilla. ¿Entendido, Mari Pili?
-Sí, sí descuida… Desembucha.
-Unas botas, unos zapatos y seis bolsos… Mari Pili, ¿qué te pasa?
-Ayyyyy, Lola, me has emocionado. No esperaba eso de ti, con lo tacaña que eres. Muchas, muchas gracias.
-Si dejas de llorar te regalo dos bolsos más. ¡Hala! Para que luego me llamen taba.
-Dime cómo son, Lola…
-Si me los has visto todos, Mari Pili. Eso sí, las botas necesitaN tapas y los zapatos limpiarlos un poquillo... Ah, quita de los bolsos los cigarrillos. Si ves alguna moneda, me la devuelves, eso no entra en el regalo.
-Lola, ¿me estás diciendo que es usado?
-No, no confundas. Es vintage o, ¿es que no lees que se lleva lo que sobra a los demás?
-Lola quiero un regalo nuevo.
-Pues sal y cómpratelo. Ya te lo iré pagando a plazos… Mira que este año te quería impresionar, pero contigo no hay manera, Mari Pili… Por cierto, ¿mañana a qué me vas a invitar?
-Haré un botellón. ¿Puedes llevar la Coca-Cola y el ron, Lola?
-¿Eh?

miércoles, 21 de octubre de 2009

LOLA Y EL FOTOCHOCHO

-Ésta no, ésta tampoco, ésta para tirar, ésta para olvidar... pasa, pasa, pasa...
-Looooooooola...
-Ay qué susto, Mari Pili. ¿Qué quieres?
-Que te estés quieta, Lola. Quiero ver las fotos.
-Egoísta... Y que sepas que tu máquina me tiene manía.
-Lola, mi máquina de fotos siempre hace justicia.
-Y un cuerno, Mari Pili. Ella sólo utiliza el fotochocho contigo, pero cuando aparezco yo en escena ¡Hala, a tomar café!
-Pero qué dices... Anda deja de delirar y déjame ver las fotos.
-Ni hablar del peluquín, Mari Pili. Sé que la has programado para que cuando te enfoque a ti, y nadie más que tú, te haga una liposucción y barrido corporal.
-¿pero de dónde sacas tantas bobadas, Lola?
-Mi cabeza es un baúl sin fondo. La lástima es que no tenga fotochocho, sólo memoria de pez.
-Lola, habla bien, por Dios. Se dice Photoshop.
-... Pues en lengua hispanizada, fotochocho, Mari Pili.
-Lo que tú digas, Lola. Anda, trae las fotos.
-...Oye, Mari Pili, estoy pensando que si tu fotochocho funcionara con carácter retroactivo, tal vez pasando el plumero por este costado hasta reducirlo a 30-90-60 y si las pupilas coloradas que me has sacado, las colorearas de malva. Si me alargaras el pelo unos centímetros y si los dientes me los blanquearas y si...
-Lola, primero, no soy dentista y segundo mi especialidad no es la endocrinología. Y tercero, milagros no hago.
-Ya, esto todo lo sé. Tú sumar dos más dos y para de contar, pero tu fotochocho es muy listo... Mira esta foto te ha quitado todo...
-Lola esa persona va vestida y, además, esa no soy yo.
-Anda, leches, ¿entonces quién es? Ya decía que estabas irreconocible.
-Yo qué sé quién es. La hiciste tú Lola.
-Ah..., bueno da igual. Vamos a repasar las fotos de Sevilla y ver en cuál me haces fotochocho, Mari Pili...
-Lola...
-Dime, Mari Pili...
-Todavía no he visto ni una sola foto, no me has dejado.
-Por supuesto que no Mari Pili. Primero han de pasar la censura de la GESTAPO.
-Lola, ¿y qué hace la policía secreta oficial de la Alemania Nazi en mis fotos sevillanas?
-Muy sencillo, Mari Pili, el führer, es decir yo, no se fía de ti. ¿Alguna cosita más?
-La máquina es mía, el fotochocho es de mi cámara, por tanto también mío y, en conclusión, las fotos son míiiiias, Lola, míiias...
-Egoíiiiiiista, guaaaarra... Si es que pensándolo bien, estimada Mari Pili, no quiero nada tuuuuyo. Sólo quiero que si salgo en tus fotos me pases sobre mi excelsa fisonomía tu fotochocho.
-Lola, acabo de leer que el Photoshop ya no se lleva. Ahora se lleva la madre naturaleza, es decir, tal cual eres.
-No me jodas, Mari Pili, no me jodas. Yo de esta guisa no salgo. Mira qué brazos, si es que se parecen a los del difunto Popeye.
-Se siente, Lolilla... Ay, Lola qué pena por Popeye. ¿Sabes cuándo se murió, Lola?
-Mari Pili, ¿sabes desde cuándo te has vuelto gilipollas?
-Sí, claro... Desde que me volviste loca con el fotochocho de las narices.

lunes, 19 de octubre de 2009

LOLA, MARI PILI Y LA JAMONCILLOS

- Mari Pili, ¿a ti te da alergia el semen de Paquito?
- Looooooooooooola, baja la voz. Por Dios qué vergüenza.
- Pues quita tus estúpidas apariencias y dime si te da alergia su semen.
- Loooooooooola cállate. Quítate los cascos y habla bajo, va todo el tren en silencio.
- Quitados… ¿Alergia o no alergia, Mari Pili?
- ¿Pero de dónde, coño, te sacas esa pregunta tan absurda, Lola?
- De absurda nada. Mira lo pone en este artículo tan entretenido que me ha dado la azafata.
- ¿Se puede saber para qué lees, Lola?
- Digo yo que para no hablar, pero con estas cosas, mis neuronas se preguntan y cómo no saben contestarse, te preguntan a ti que eres pura sensación, Mari Pili.
- ¿A ti te da alergia el semen de Pepe?
- … No sé… Este artículo está incompleto, no pone ni los motivos, ni las consecuencias, ni por qué te pica. ¿ves? En los sobres de sopa que leo, te viene todo, pero aquí…
- Ah… ¿Es que te tiene que picar, Lola?
- Mari Pili, Mari Pili, miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiira…
- ¿Qué, qué, dónde te pica, Lola?
- Qué picores ni qué leches, miiiiiiiiiiiiiiira, vamos rodeadas de famosos.
- ¿Les pica a ellos también?
- Deja ya el semen de una vez, coña y miiiiiiiiiiiiiiiira…
- ¿Pero mirar el qué, Lola?
- A la Jamoncillos, a la genuina, a la auténtica Jamoncillos.
- ¿Quién es ésa, Lola?
- ¿Pero tú no ves la tele? Y si no la ves, ¿para qué pagas la luz?
- Mujer, pago la luz para ver cuando es de noche más que nada.
- Ay Mari Pili, me voy a acercarme a ella y presentarme… Mírala qué elegante, qué glamour, qué asco de mujer...
- Haz lo que quieras pero no se te ocurra preguntarla si la pica.
- ¿Y por qué no? Con la vida nocturna que tiene esa mujer tiene que entender de semen y adyacentes. ¿Vienes, Mari Pili?
- Vale, vamos. Pero antes, dime cómo estoy.
- ¿Tú; Mari Pili? Jamón, jamón. ¿Y yo, me ves a la altura de la Jamoncillos?
- ¿Tú? Estás choricera total, Lola
- ¿Eso es bueno o malo, Mari Pili?
- Lola te empeñas en comprarte tres tallas menos y al final la carne del chorizo tiene que salir por algún sitio… Entiéndeme, Lola.
- No, no te entiendo, Mari Pili. Vete tú si quieres a ver a la Jamoncillos, yo me quedo documentándome sobre el semen de los hombres.
- Pues yo tampoco voy. Me interesa más los resultados del semen que la Jamoncillos.
- Pues muy mal, Mari Pili. Debes de ir allí y decir a esa estúpida que la gente normal como tú, puede tener, no, tiene más glamour fresco y lozano que las sintéticas como ella.
- Lola creía que te gustaba la Jamoncillos.
- ¿Cómo me va a gustar una mujer de plástico? La han borrado hasta la edad. En cambio tú posees la naturaleza humana, Mari Pili.
- ¿Y en qué consiste eso?
- Pues hija, muy sencillo. Menos semen, tienes de todo. Edad, carnes descolgadas, arrugas. Eso sí, humor a raudales y con mucho estilo.
- Lola me acabas de poner a escurrir.
- ¿Y tú qué has hecho llamándome choricera, guapa? Me has puesto igual que un cocido madrileño.
- Lola, sabes lo que te digo?
- Ni pajolera idea, Mari Pili…
- -Pues que el semen de hombre bajo los efectos de una mujer es mucho más entretenido que tú.
- ¿Si? ¿Segura, Mari Pili?
- Sí, Lola, sí.
- ¡Puaj! Qué tajante eres. Hablas como si supieras lo que dices, Mari Pili.

jueves, 15 de octubre de 2009

LOLA FOTÓGRAFA

-Lola, con esa máquina tan estupenda que te has comprado y que, por cierto, no sabes manejar, ¿nos hacemos una foto?
-Mari Pili, yo no me he comprado nada; la compró Pepe aunque él aún no lo sabe.
-Si la compró él, ¿cómo no lo va a saber? La trastornada eres tú, no él.
-No me insultes, Mari Pili, que no te saco, ¿eh?... La máquina se adquirió con su tarjeta VISA…Verás: él estaba dormido, parecía un asno feliz rebuznando; entonces yo pensé inmortalizarle, pero no tenía bicho y vi su monedero y… pero, vamos, estoy convencida de que fue su mente la que me transmitió que fuera, cogiera su tarjeta y comprara en su nombre esta cámara… ¿A qué es monísima?
-Divina de la muerte, Lola, pero si no la sabemos manejar, no nos sirve… Anda, lee las instrucciones y nos enteramos.
-Ni hablar del peluquín, Mari Pili, ¿has visto qué libro más gordo? Nos podemos pasar tres días leyendo, pobres de nuestros ojos.
-Trae, seguro que viene algún resumen…
-Eso, lee, mientras pienso cómo posamos… Mira, en la revista Hola viene la hermana de Jesulín, el torero. ¿Qué te parece?
-¿No hay algo con más glamour, Lola?
-Sí… Está la pescadera que suministra al palacio real…, pero aquí nos tendríamos que poner delantal y guantes.
-No, Lola, yo quiero algo más sexy; ahora estamos morenas, podemos enseñar cuerpo.
-Mari Pili, en tu caso no sé, pero en el mío sólo se vería carne… Entiéndeme.
-Lola eso es mucho más excitante. ¿Los niños no tendrán alguna revista porno?
-¿Qué insinúas, Mari Pili? Yo no me quito el refajo, mi pudor me lo impide.
-Lola, no me seas estrecha. Si una de las cosas buenas que tiene la vejez es que haces y dices lo que e da la gana.
-Oye, oye… Un poquito de por favor. Tú estarás en la vejez; yo, en la segunda adolescencia.
-Precisamente, Lola, a esa edad y a la mía es cuando uno muestra lo que es.
-Mari Pili, ¿te resignas a ser vieja? Ay, yo no; antes muerta… Venga, ¿qué bragas me pongo?, ¿las enanas que llegan a la cintura o las de cuello vuelto?
-Lola, ¿no será mejor que nos las hagamos en traje de baño?
-De traje de baño nada; me has insinuado que soy una estrecha. Así que a hacernos fotos porno… ¿Cómo me pongo, Mari Pili, tirada en el suelo directamente con la boquita en forma de o?
-Síiiiiiiii… Yo me apoyo en esta silla y saco el culito hacia fuera… ¿Qué te parece?
-En dos palabras, Mari Pili: im-presionante… Enseña un poco los dientes y la lengua, como que quisieras morder a alguien.
-¿En plan felino, Lola?
-Piensa en alguien que tengas manía… Yo pensaré en la vecina del 3º A, la Cacharros, la que dice que no tengo glamour.
-¿Qué dice que no tienes glamour, Lola? Qué mentirosa es la gente; la puñetera envidia… Claro, que mirándote ahora, tal como estás… Una lástima Lola.
-¿Si?, ¿de verdad, Mari Pili? Bueno, no pasa nada, posaré con efecto intelectual, como si fuera una escritora… Estiro cuello, cojo lápiz, miro a las musas y clavando los ojos en la cámara digo: “Sólo sé que no sé nada”… ¿Qué opinas?
-Fantástico, Lola, pareces autentica; la reencarnación de Emilia Pardo Bazán.
-¿Quién era esa, Mari Pili?
-Una señora; no te explico que te gastas y no te concentras en la foto, Lola.
-Tienes razón… Venga, dispara, Mari Pili.
-¿Cómo voy a disparar, Lola, si no la sabemos manejar?
-Anda… Entonces, ¿qué hacemos?
-Nada, lo de siempre… El indio; eso sí que lo bordamos.
-¿Tú crees?
-Sí.
-Qué lástima, tanta sabiduría malgastada… Estoy pensando, Mari Pili…
-No pienses, Lola, que es malo.
-¡Jesús!, es verdad… ¿Qué hacemos?
-Lo de siempre, Lola: irnos al mercadillo.

martes, 13 de octubre de 2009

LOLA RADIOFÓNICA

-¡Por la mandolina de Santa Críspula! ¿Está usted segura?
-Señora, ¿es usted Dolores García?
-Lola, soy Lola.
-Entonces, disculpe, me he equivocado.
-Qué va a equivocarse. No, no. Quieta ahí y no me cuelgue el teléfono. ¿Por qué llama a Dolores García?
-Onda doble punto radio desea hacer una entrevista a la escritora novel Dolores García.
-Lola, soy Lola.
-Entonces, no es usted… Disculpe.
-Quieta ahí, no me cuelgue. Al fin y al cabo, usted no paga la llamada, así que hablemos.
-Tengo mucho que hacer, Señora. Me encantaría perder el tiempo con usted, pero la emisora…
-Piérdalo, piérdalo, nunca habrá gastado el tiempo conmigo… Y dígame, ¿qué quieren preguntar a Dolores, Lolita, Lola?
-Estamos entrevistando a escritores noveles…
-¿Para qué? ¿Qué les dan?
-Queremos saber sus comienzos, qué les mueve a escribir, su proyección…
-¿Proyección?... Puede interesarme. ¿En qué cadena televisiva proyectarían?
-No he hablado de televisión, esto es una radio, Señora.
-Mejor, mejor. Me han dicho que la tele engorda y ya bastantes kilos tengo encima.
-Pero, ¿usted es Dolores García?
-Lola, soy Lola… ¿Y de dineros, cómo andamos?
-¿Dinero? ¿Qué dinero?
-Digo yo que pagarán por la entrevista. Todos los famosos en el momento que abren la boca, les pagan… Puedo hacer un precio.
-¿Precio?
-Sí, depende las barbaridades que queráis que diga Y si es con fotos, más, claro.
-Pero si es una radio, no hay imágenes.
-Mejor, así ahorro y no voy a la peluquería. Estamos en crisis.
-¿Usted escribe?
-¿Quién? ¿Yo?
-Sí, es un programa para escritores, Señora.
-Si hay que hacerlo, se hace. Yo, trabas, jamás me pongo.
-¿Usted es Dolores García?
-Anda, guapita, estás muy pesada. Lola, soy Lola.
-Yo quiero hablar con Dolores García.
-Mira, en mi faceta de mujer multiuso, puedo ser lo que quieras. Tengo personalidad para eso y mucho más… ¡Ah! ¿Puedo llevar a Mari Pili?
-¿Mari Pili? ¿Quién es Mari Pili? Yo quiero hablar con Dolores García
-¿Y tú trabajas en una radio? Eres muy repetitiva, no sé yo vuestros índices de audiencia. Ahora que con Mari Pili y conmigo sin duda se saldrán de las parrillas.
-¿Mari Pili es Dolores García? ¿Es el seudónimo de Dolores García?
-Mari Pili es Mari Pili, lo más grande, eso sí, tendréis que dejarla hablar de la Termomix. La chica tiene una fijación y no la voy a traumar.
-Si Mari Pili no es Dolores García, Señora, en este momento nos despedimos.
-Quieta ahí, tú no te vas y como me vuelvas a nombrar a Dolores García te monto el chocho, así que tú verás… Vamos al grano, ¿qué me pagas?
-¿Pagar? Nada. Damos a conocer a los escritores noveles.
-¿Nada de nada? ¿Ni siquiera un vale de descuento para el supermercado, una línea de cosméticos, una consumición gratis…?
-Nada de nada.
-¿Y para eso me llamas? ¿Y para eso me haces perder mi preciosísimo tiempo?
-Yo llamé preguntando por Dolores García, la escritora.
-Pues yo soy Lola y gratis no hago nada ¡Adiós!
… Abrase visto, se pensara esa radio que voy yo a hablar gratis… Lola, hablar, con lo que te gusta a ti hablar... ¿Qué has hecho, Lola?... ¿Qué voy a hacer? El gilipollas, como siempre.

viernes, 9 de octubre de 2009

LOLA Y SU MUÑECA

-Tengo una muñeca vestidita de azul con su camiseta y su canesú. Ea, ea…
-Lola, ya he llegado… ¿Dónde estás?
-No chilles, Mari Pili, que estoy durmiendo a mi muñeca.
-¡Leches!, qué fea es. ¿De dónde has sacado eso?
-De un armario, Mari Pili. De donde se sacan todas las reliquias.
-¡Ños!, Lola vuélvela a meter en el armario. Sólo mirarla produce gases.
-No sabes qué alegría nos ha producido a ambas reencontrarnos, Mari Pili. Pero, claro, qué vas a comprender tú que no tuviste niñez.
-Ya, y tú no has salido de ella, Lola. Te aconsejo que nadie la vea. Dan unas ganas de tirarla por el balcón.
-No te preocupes, eso ya lo ha hecho Pepe. No veas qué susto se ha pegado cuando se ha despertado y la muñeca estaba durmiendo a su lado…
-¿Y has bajado a la calle a por ella?
-No, qué va. Me la ha subido el portero.
-Ah… Ya decía que estaba pálido tu portero. ¿Y cómo sabía que era tuya?
-No sé, me ha sorprendido a mí también. Dice que se tira mucho aire a mí. ¿Tú crees que sí, Mari Pili?
-Mujer…, es desalentador que tu portero te vea como a la niña del exorcista… Ay, Lola, es que es calcadita… Ay, qué miedo, me voy a mi casa.
-Mari Pili, por dios, ¿no recuerdas tus muñecas, no te produce ternura?
-jamás tuve una birria semejante… Lola, si es que está hasta calva, cómo me va a producir ternura eso. Anda, si está manca. ¡Joder, Lola!, esto es mucho tomate para mi cuerpo.
-Y mira, se la quita la cabeza, Mari Pili… Ay mi chiquitina, ya verás cómo vas a vivir bien ahora. Ea, ea…
-Sí, sí, acúnala… Te advierto que os podéis ir a una feria de pueblo las dos y ganar mucho dinero.
-¡Qué idea, Mari Pili! ¿Quieres ser nuestra manager?
-No, gracias. Tengo el cupo de esperpentos totalmente lleno.
-Mira ya veo que no me tomas en serio, así que lárgate a tu casa. Yo voy al mercadillo a ver si encuentro una sillita barata.
-¿Par qué, Lola?
-Para sacarla al jardín. Está demasiado pálida. ¿No lo notas?
-Sí, mucho. Maquíllala y ponla colorete como a la tonta del bote.
-¿La pongo coletas?
-Síiiiii, y lazos pistacho.
-Vale… ¿Vienes al mercadillo?
-Si llevas a esa monstrua, pues va a ser que no, Lola.
-La tengo que llevar para probar el cochecito, Mari Pili. Mira, la meto en la bolsa de la compra.
-Me da que me da lo mismo. En el momento que la saques de la bolsa se producirá el pánico en el mercadillo.
-Mejor, Mari Pili, porque nos quedaremos solas y como no habrá nadie para pagar la mercancía que adquiramos, nos saldrá gratis.
-Es verdad, Lola… venga date prisa.
-Espera que la pongo el trajecito de paseo a ver si coge frío.
-Ésta no coge ya ni la peste, Lola. Llévala en bolas para que asuste más.
-De verdad, Mari Pili, no tienes corazón.
-Ni tú cabeza, Lola… Quién me ha visto y quién me ve paseando a la niña del exorcista y a su madre… Puerca miseria, qué bajo he caído.

miércoles, 7 de octubre de 2009

LOLA VUELVE A TRABAJAR

-Dolores lleva usted tres días sin vender.
-...Y lo que te rondaré moreno.
-¿Qué dice Dolores? No la he entendido.
-Nada. Y llámeme Lola.
-Dolores, dígame por qué no vende.
-Don Críspulo, ¿acaso no lee, no oye? Bien claro lo dicen.
-Dolores de qué me habla.
-Coño, que me llame Lola.
-No me falte usted el respeto.
-No me falte usted a mi realidad. Soy Lola.
-O vende de aquí a diez minutos o se larga por esa puerta.
-¿Y si me voy, quién le va a vender Don Crispulito? En ahorro de costes sólo le quedo yo.
-venda ahora mismo lo que sea.
-Vaaaaale... Buenos días soy Dolores García de TutoBank. ¿Doña Pilar Fernández?
-Loooooooola... has vuelto a TutoBank. ¿Cómo te han readmitido?
-Doña Fernández como bien sabe las conversaciones quedan grabadas y...
-... No te puedes salir del guión. Ya lo sé. ¿Tan desesperados están que te han vuelto a dar curre?
-Desesperación no es la palabra, Doña Usted. Es mi valor existencial lo que han tenido en cuenta... Doña Caracolillos, ¿usted cómo vende su máquina infernal? Necesito remedios, o me echan del trabajo.
-Cómo si fuera la primera vez que te echan de un trabajo. El que más que te ha durado ha sido día y medio.
-Virgen de la Pilarica cállese que esto se graba. ¿Qué, quiere que me echen?
-Dolorida, si la van a echar igual... Bueno, no se enfade. No vendo ni un clavel. No hay dinero Mari Loli.
-Gracias, adiós... Don Críiiiiiiiiiiiiiiiipulo...
-¿Qué? Dígame lo que ha vendido.
-Una mierda, eso es lo que he vendido.
-No puede ser...
-Es, Don Críspulo, anda que es... Crispulin que la gente ahora ahorra, no compra. Me lo ha dicho la Pilarica, ya sabe, la que no es virgen.
-Pues venda ahorro, Dolores.
-¡Rediez!, que me llame Lola. Dolores sólo lo uso para hacerme famosa... Y ya estoy cerca, pero aún no he llegado al estrellato. Me falta cuarto y mitad.
-Llámese como le dé la gana, pero venda ahorro.
-Vale. ¿Vendo monederos con agujero de entrada y tapón en el culo para que no salga?
-Eso... Venga, póngase ya.
-Ah, una cosita Don Críspulo...
-¿Qué pasa ahora Dolores?
-Que me llamo Lola, coño.... ¿puedo vender peras y sardinas también?
-¿Peras y sardinas, Dolores?
-Mire usted, como me vuelva a llamar Dolores, le retuerzo los entresijos.
-¿Y si se los retuerzo yo?... Pero, ¿a dónde va, Dolores?
-Al baño, coña, que hay que contar todo... Me ha retorcido los entresijos y tengo que ir al retrete. Me han entrado unas ganas de...
-No me explique, cuando vuelva venda.
-Mari Pili...
-¿Ya te han echado, Lola?
-No, estoy en el baño. Tengo cagalera, Mari Pili. Don Críspulo está desesperado y si no vendo me echa.
-Tranquila Lola, tú vales mucho. Sal y cómete el mundo.
-Gracias Mari Pili. Eres única. Voy a zamparme un bocadillo de chorizo...
-Loooooooooola, por dios, no te hablo de comida.
-Ah, qué lástima... Bueno, sí. Di a Paquito que vaya al mercado central y compre sardinas y peras al por mayor.
-Comida, comida, sólo piensas en comer.
-Que no, doña Pilarica. Es para vender comida por teléfono. Ambos productos están de oferta, lo pone en los periódicos. ¿Cómo quiere las sardinas con ajitos, o sal y pimienta?
-¡Qué rico! ¿Me lo traen a domicilio, Lola?
-No. Ahorro de costes. Me las como yo para que no pierda usted el dinero.
-Loooooooooola...
-Bueno, doña Usted, no es para ponerse así. Entonces cómpreme el magnífico monedero ahorro con tapón en el culo para no gastar. ¿A que es irresistible?
-Matador...

domingo, 4 de octubre de 2009

LOLA Y COLON

-Mari Pili, qué rebajas las de este año. Me he comprado un supermercado. Todo inútil menos esto. ¿Qué opinas?
-No veo nada, Lola. Tus pechos me nublan la visión.
-Ahí, ahí quiero ir Mari Pili. ¿Qué opinas?
-Insisto que no tengo opinión. Tus pechos me apuntan como dos metralletas, leñe.
-¿Metralletas? Son dos carabelas, la Pinta, y la Santa María. ¿Qué opinas?
-¿Qué voy a opinar? Pues que todo lo que has comido este verano se te ha quedado obstruido debajo de la garganta.
-De verdad, Mari Pili, qué poca poesía tiene tu cerebro, coña. Este curso te voy a llevar a clases de delicadeza cerebral.
-Lola de esa guisa vas pidiendo guerra. Adelgaza, cariño.
-No hace falta. Mis carabelas son de quita y pon.
-Ah… Pues quítatelas, hija. Por curiosidad, ¿qué te has puesto? ¿Sandías o melones?
-Unas prótesis. Mis dos barquitas iban a la deriva, sus velitas cada vez más desinfladas. Menos mal que Colón se me apareció en sueños.
-¿Colón? Ah… ¿Y qué tal se encuentra?
-¿Quién, Mari Pili?
-Cristóbal Colón, Lola.
-Ah, no se lo pregunté. Si que es cierto que anoche volví a estar con él. Estaba maravillado. Me dijo que sin duda descubriré este otoño un nuevo continente.
-Volviste a estar con Colón…, ya. Yo con Freud.
-¿Quién es ése, Mari Pili?
-Un conocido mío que me ha dado buenos consejos.
-¿Cuáles, Mari Pili? Ya sabe que yo estoy abierta a cualquier novedad.?
-Me ha dicho que los senos deben tener el tamaño de la palma de una mano. Los tuyos los quintuplica, Lola.
-Pues vaya, qué tío más soso. Eso es porque no se ha puesto un wonderbra.
-Lola, por Dios si es ya no se lleva.
-Claro, por eso están tan baratos y me lo he podido comprar. Hay que tener personalidad y nadar contra corriente, Mari Pili. ¿A que eso no lo sabe tu amigo el frío.
-Freud, no frío, Lola.
-Bueno, como se llame el fulano ése… Mari Pili…
-¿Qué, Lola?
-¿Quieres probártelo?
-Lola, en cada espacio de tu chisme, caben dos cabezas mías.
-¿Ves? Te has pasado la vida siendo una descabezada y ahora ya no tiene remedio…, aunque los había talla mínima, eh, para micro cósenos.
-Vamos a hacer una cosa. Esta noche si sueñas con Colón, le preguntas si acepta en su armada dos zodiac. Yo le preguntaré a Freud, no obstante qué hago contigo.
-¿Conmigo? Si me conoce ese fulano tiene entretenimiento de por vida, Mari Pili.
-Ni que lo dudes, Lola. Estás más sonada que un sonajero, hija.
-Y que luego diga Paquito que tienes medio cerebelo… Anda, vamos a la compra.
-Yo contigo así no voy. Quítate el chisme ése.
-Oye que me ha costado mis dineros…
-Póntelo cuando estés con Pepe.
-¿Qué quieres, que se crea que son de verdad y no vaya a trabajar, Mari Pili? Pobre hombre ya está bastante trastornado.
-Quítate ese trasto o no salgo contigo, Lola. Me muero de vergüenza.
-¿Pero cuándo has tenido tú vergüenza mendecata? Si la tímida era yo.
-Lola no me pongas nerviosa que se me desequilibran las neuronas.
-Pues llévame al circo. ¿No hay la mujer barbuda? Pues yo, la mujer carabela.

jueves, 1 de octubre de 2009

LOLA EXÓTICA

-Mari Pili iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, por tus ovarios cógeme el teléfono... ¿Mari Pili?
-Diga...
-Chica, qué voz tienes...
-No estoy, llame usted mañana, adiós.
-Mari Pili iiiiiiiiiiiiiiiiiiii no cuelgues que soy tu Lola.
-Ahora sí que cuelgo, adiós.
-Mari Pili, allá tu conciencia, pero que sepas que estoy gravemente enferma y te llamo para que me acompañes a un especialista en enfermedades exóticas.
-Lola, ¿a las cuatro de la mañana? Los exóticos tienen cerrado su chiringuito a estas horas. Adiós, Lola.
-Cuélgame, pero no me digas que no te pica la curiosidad sobre el exotismo que me está matando...
-Pues no. Tengo sueño, adiós.
-Mari Pili, Mari Pili, que pronto es tu cumpleaños y soy capaz de poner en el periódico los años que cumples. ¿Me haces caso o no?
-Puerca miseria, estoy más vendida que un político... Dime, qué coños te pasa, Lola...
-Tenía razón tu Paquito, Mari Pili...
-¿De qué, sobre qué, bajo qué?
-Estoy enferma..., muchísimo enferma Mari Pili.
-Sí, eso ya me lo has dicho, y que es una enfermedad exótica. ¿Me vas a contar algo más?
-Mari Pili... Te importa un comino mi tóxica exótica enfermedad... Y te advierto que la puedes padecer tú también.
-Claro, claro... Hasta mañana, Lola.
-Mari Pi iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiili en este histórico momento voy a decir los años que vas a cumplir. A la de una, a la de dos y...
-¿Qué síntomas he de notar?
-Así me gusta, entrar en razón es un paso positivo para superar la enfermedad.
-Lola, dime qué síntomas.
-... Es verdad. ¿Qué guardas en tu armario, Mari Pili?
-Lola, ahora no puedo abrir el armario, está Paquito.
-¿De cuerpo presente?
-Roncando, Lola.
-Entonces, abre el armario y mira.
-No Puedo, Lola. Si abro se cae...
-Que se cae, ¿el qué Mari Pili?
-... Mi oscuro pasado... Digo pasado porque tomé la determinación de cortar.
-¡Coño, Mari Pili! Esto se anima… Cuéntame ese pasado oscuro al que quieres renunciar...
-Lola la enferma eres tú...
-Sí, sí, pero yo no tengo secretos oscuros ni claros.
-Claro, porque lo cotorreas todo.
-Sí, pero esta enfermedad no se puede contar, es vergonzante.
-¿Peor que la gripe del tocino?...
-Nada comparable. Pero ahora vamos a lo importante. Abre el armario.
-Lola, no puedo. Si lo abro salen volando encima de Paquito.
-Qué traidores son los fantasmas del pasado. Seguro que se tiran encima de Paquito para cotillearle tus secretos inconfesables. De verdad, eh, no te puedes fiar ni de un fantasma.
-¿Lola de qué, puñetas, hablas? Yo hablo de mi lado oscuro.
-Qué tomate, Mari Pili y yo con estos pelos y sin linterna.
-Lola, ¿para qué quieres una linterna a las cuatro de la mañana?
-Pues, hija, para iluminarte y que des una patada en los cojones al oscuro y que te deje vivir en paz y armonía y yo qué sé más... Mi problema si que es tomate, ése ni castrándole. Se volvería a engendrar sin órganos reproductores.
-Cuéntame Lola, tú me solucionas la vida y yo no te ayudo. Dime...
-¿De verdad me ayudarías, Mari Pili?
-Ciegamente, Lola.
-Entonces cuando se haga la luz del día te llevaré veinte bolsos y treinta y siete relojes. Yo me quedo con cincuenta. Tengo hasta modelo de bolso para ir al retrete... Ah, ¿los relojes los quieres que anden, parados, con la hora adelantada, la hora de Japón?
-Looooooooooooooola... ni de coña. Vamonos ahora mismo al especialista de enfermedades exóticas. Estamos las dos gravemente tocadas.
-Mari Pili, ¿en tu lado oscuro cuántos bolsos y relojes tienes?
-Caaalla Lola que se despierta Paquito...

miércoles, 30 de septiembre de 2009

LOLA Y LOS IDIOMAS

-Lola, loliiiiiiiiita, ya estoy de vuelta.
-Hola Mari Pili.
-Mi Lola, cuánto te he echado de menos.
-Menos lobos, Mari Pili. Si me hubieras amado como una buena amiga, hubieras puesto a Paquito a hacer un par de paellas y me habrías llevado a Alemania.
-¡Mujer!, Paquito iba a buscar trabajo y yo le acompañaba para que no le engañaran.
-¿Y qué?, ¿le has dejado en Alemania?
-Qué va… Dice que no soy de fiar, que no puede vivir sin mí y que se volvía para España.
-No me extraña, ¿quién se va a fiar de ti? Te quedas sola y la armas.
-Lo que tú digas, pero me valora. Me quiere. Dice que las alemanas a mi lado son pura fantasía.
-Ya, ya sé cómo dices… ¿Y en qué idioma Hablaba Paquito?
-En alemán, por supuesto. Añadía quiebros castellanizados que hacían mucha gracia a los alemanes. Fíjate, Lola, se paraban para escuchar a Paquito y antes de irse se partían de risa.
-¿No le contestaban, Mari Pili?
-Ah, pues no… Fíjate, Lola, no había caído. Ninguno le contestó.
-Ya… En cambio, tú hablabas con él sin problemas.
-Claro, Lola.
-¿Tratasteis de hablar en alemán entre los dos?
-Sí, sí; hubo un momento en que, de hablar tanto ese idioma, olvidamos el español.
-¡Jesús!... Y una cosita, ¿ahora que estáis en casa, seguís practicando?
-Sí. Ahora que hemos cogido carrerilla, es mejor hablar en alemán.
-Ah… Oye, ¿y qué os decís?
-De todo, Lola… Una delicia. Debías probar.
-Yo llevo años, Mari Pili, años…
-¿Sí? Nunca me lo habías contado Lola. Pensaba que entre nosotras no había secretos… Qué piojosa eres.
-Alemán no hablamos, ¿eh? No te enfades. Pepe, ya sabes que es un hombre cultísimo y le encanta el mandarín. Sobre todo lo habla al levantarse y al caer al día.
-Y entre medias, ¿qué habla?
-Ni idea, no estoy con él.
-Y tú, ¿también hablas mandarín, Lola?
-Mari Pili, bien sabes que no soy un cerebrito. Todo el estrellato y protagonismo se lo cedo a Pepe; soy buena esposa. Yo hablo arameo. Es un idioma virtuoso a la par que sencillo… como yo, Mari Pili.
-Y, ¿hablando distintos idiomas, os entendéis?

-No. Pero, antes hablando el castellano, tampoco y, para colmo, menudos globos nos cogíamos. Con el método actual esto es un camino de rosas.
-¿Sí?
-Sí. Esta mañana se levantó con un mandarín de las tierras internas, vamos, con fuerte acento. Fíjate como sería de fuerte, que le ví hasta la coleta. Su bigote subía y bajaba… Impresionante, Mari Pili.
-¿Qué decía?
-A esas horas es el hombre gramola. Llevaba en las manos un calcetín y un calzoncillo. Subía, bajaba las manos en perfecta coordinación… Me devoraba con los ojos.
-¿Sí?, ¿y tú, qué hiciste?
-Contestarle, claro, pero en arameo. No le contesté como yo hubiera querido, es verdad, porque como estaba medio devorada por su pasión, pues hice lo que pude.
-¿Qué hiciste, Lola?
-Le plantifiqué el cesto de los calcetines y los calzoncillos en la cabeza. Serena, decidida y con la misma mirada devora hombres que él me pone.
-¡Soberbio!, Lola, soberbio.

lunes, 28 de septiembre de 2009

LOLA, MADRE CORAJE

Se me caen los mocos, coña… No estoy acatarrada sino el frío que estoy pasando. Toda la noche sentada en esta silla que es más dura que un leño.
¿Qué hago en una silla? Podía estar de pié, pero es más cansado, por eso me he sentado en esta sillita tan incómoda; no tiene ni respaldo… A lo que vamos: soy serena. Serenata no… Eso tal vez cuando termine mi jornada.
Ser madre es querer ser farola en el mobiliario urbano y fundírsete la bombilla… Llevo desde las ocho de la tarde, y son las diez de la mañana del día siguiente, esperando a AntiCristo que fue a por unos apuntes; no sé si esto terminará como la historia del que fue a por tabaco y volvió al cabo de los veinte años diciendo que no encontró estancos abiertos; a mi niño le deben pesar tanto los apuntes que viene despacio… Y yo de serena con mocos sentada en la silla de las lamentaciones.
Mientras, preparo mi discurso, el que le soltaré según abra la puerta. ¿Para qué? No sé, la verdad, porque los hijos de hoy además de impermeables que todo les resbala, son sordos. Tú, inocentemente, llamas a sus móviles y no los escuchan. Puede ser que no suenen, móviles mudos. Puede que halla tanto ruido que el móvil se desgañite y su dueño a por uvas. Tal vez vean la llamada y les importe un manojo de rábanos quien les llame. Sobre todo si sale la marcha de pompas fúnebres que suena cada vez que llamo a mis tiernos niños. Podían haber puesto otra melodía, ¿no? O que se la hubieran puesto a mi Pepe para que haga juego con su oficio. Pero no. Cuando llama su padre, suena el séptimo de caballería y todo el mundo a cuadrarse, pero cuando llama madre, la marcha fúnebre les repele…, no me extraña.
Además de pringada, soy una santa alcahueta… Les tapo toooooodo para que el del séptimo de caballería no se altere el sonido de su trompetilla…, pero qué gilipollas soy: yo sin dormir y el de la trompetilla roncando, ¡zúmbale al bolo!
Me podía, entre tanto, desahogar con alguna amiga, ¿no? Pues no. Porque cuando suceden estas cosas, sólo me pasan a mí. El resto de las madres tienen hijos perfectos, modélicos… En fin, las imperfecciones me las llevé yo todas y no entienden lo que las cuento, así que os lo cuento a vosotros que mientras me leéis no rechistáis.
“Lola, a partir de mañana vas a cambiar; se acabó esta tomadura de pelo” Me digo cada vez que me arman una parda, pero como soy de memoria débil, se me olvida. Además, son tan cucos que me tienen cogida la medida de mis debilidades… Callad, oigo el sonido de unas llaves… Es él, reconozco el sonido de sus pasos. ¡Gracias niño Jesús, llega sano!...
… Bueno, ya lo he metido en la cama. Además de congelado, venía con hambre; le he puesto un tazón de Cola-Cao con las galletas que le gustan. Me ha explicado todo: No había medio de locomoción y, claro, ha tenido que esperar a que resucitaran y cuando han resucitado venían llenos y él que es muy menudo no cabía… Y yo preocupada y la culpa es del señor Alcalde que no se pone en el lugar de una madre sufridora.
¡Ah!, el niño se ha creído que me he tragado toda la historia de autobuses funambulitas.

jueves, 24 de septiembre de 2009

LOLA Y MARI PILI DE MANIFESTACIÓN

-Lola, ¿qué vamos a hacer hoy?
-¿Qué día es, Mari Pili?
-Primer sábado de otoño, comienzo de la temporada de pisar la realidad.
-Está claro entonces… Manifestarnos.
-Ah, es verdad. ¿A qué manifestación vamos, Lola?
-En el periódico viene que hay de todo: en contra de los parquímetros, en defensa de los herniados, contra la guerra de las galaxias, la polémica ley de la botella vacía, perros maltratados, socorro territorial al vecino de enfrente, sustitución de los cubos de basura…
-Lola, pero si no hay calles para tanta manifestación.
-La cosa está rara, rara, Mari Pili. Menos mal que yo ya estoy poniendo mis remedios.
-¿Sí? Paquito dice que la situación es semejante a la época de su abuela.
-No sé, Mari Pili. No tengo memoria hacia tras ni abuela. Pero hay que comprometerse con la causa.
-¿Qué causa, Lola?
-Hija, cada persona tendrá unos motivos… Vamos, digo yo.
-Pero, Lola, es que yo me llevo bien con todo el mundo. No he reñido con la vida. Enfadarme me produce desasosiego.
-A mí, gases y colitis. Por lo tanto, no estoy dispuesta. El aparato me ha pedido compromiso.
-¿Qué aparato te has comprado que te pide compromisos?
-Mari Pili, que no te enteras. Que sepas que me he afiliado al partido “Amas de casa saturadas”, a CCOO, a PPAA, a Palomita Buena Onda y a “Esponjas derramadas”
-Lola… ¿Pepe lo sabe?
-Claro.
-¿Y que opina de tu militancia?
-Que me he trastornado, Mari Pili… Tan cariñoso como siempre.
-Lola..., Pepe tiene algo de razón… No te mosquees conmigo, ¿vale?
-Pensad lo que queráis, pero si hay un levantamiento y vienen los verdes, pues como yo soy de Esponjas derramadas, no me harán nada. Que vienen los totalitarios, enseño mi carné de PPAAA y tampoco me pasa nada. Que ganan los de frente revolucionario, como yo soy camarada sindicalista, ni me tocan. Lo malo son las amas de casa saturadas…, esas pobres no tienen futuro. No sé por qué me he afiliado a ellas.
-Lola, porque eres una ama de casa más quemada que un pollo churruscado.
-¿Tú no estás encendida, Mari Pili?
-Es otoño y me parece todo tan bonito. Mira qué flores secas, Lola.
-Mari Pili…
-Dime, Lola.
-Me recuerdas a Heidi.

-Sí, eso dice Paquito.
-Me preocupas, Mari Pili. El otoño la sangre altera y tú, sin embargo, estás aplatanada.
-No, Lola. Estoy hasta las narices de todo y de todos, incluida tú… Que lo sepas.
-¿Yo que te he hecho?
-Mira Lola, estás tan cencerro como Paquito; sois monocordes. El mundo está mal, la sociedad está peor, pero me niego a ver lo malo porque hay mucho bueno… ¿Te enteras?
-Sí…
-Y ahora, sin mítines políticos, ¿a qué manifestación vamos?
-Al campo, vamos a pasear al campo y ver las amapolas, Mari Pili. Dicen que relaja mucho.
-Lola, ¿acaso, no tienes conciencia con los perros, con el reciclaje de basuras?
-¡Jesús!...
-¿Qué, vamos? No tengo todo el día para que te definas, Lola.
-…
-Looooooola…
-Estás crispada, Mari Pili. Respira profundo tres veces y luego di “beeeee”, como las ovejas.
-Beeeeeeeeeeeeeeee… Beeeeeeeeeeeeeeeeeeee… Beeeeeeeee… Ahora tú, Lola.
-Beeeeeeeeeeeeeeeeeee… Beeeeeeeeeee…Beeeeeeeeeee… ¿A que sienta bien, Mari Pili?
-Nosotras hemos nacido para ser cabras, Lola; bordamos ese papel.
-Sí… La política produce mucho estrés y mala leche.
-Bien, ¿a qué manifestación vamos?
-A la de los perros maltratados.
-Eso, el mejor amigo del hombre… Vamos, Pepe Perro.

lunes, 21 de septiembre de 2009

LOLA SOMETIDA A VOTACIÓN

-Lola, esos colores no pegan ni con cemento armado.
-¿Cómo qué no pega el rojo vinilo con el verde escorpión y el capuchino diarrea? Anda, revenida. Será mejor ir con esos colores de caracol descolorido. A mí se me ve.
-Desde luego que se te ve. Si no fuera porque los semáforos son altos y espigados, te nombrarían la mujer semáforo. Tantos años a mi lado y que no se te haya pegado un poco de estilo, clama al cielo.
-Tengo personalidad propia, colorido adecuado a mi carácter. Además, cada vez que te imito…
-… Te quedas como un esperpento. Soy única e irrepetible, Lola.
-Y yo, Mari Pili… Fíjate el otro día se paró una señora a preguntarme.
-A preguntarte, ¿el qué, Lola?
-Pues que dónde me había comprado el delantal canario con las zapatillas de pantera rosa.
-Lola…
-¿Qué Mari Pili?
-¿Saliste a la calle con el delantal y las zapatillas?
-Y el plumero azul ocasión.
-¿Qué, ibas a pasar el plumero al coche de Pepe?
-Iba, iba… ¿Y a ti qué te importa a dónde yo fuera, Lechuza?
-A mí como si sales a la calle con unos ajos enroscados a la cintura.
-Mari Pili…, ¿me disimularían las caderas?
-¿El qué, Lola?
-Los ajos… En el mercadillo venden cinco kilos de ajos por un euro. Me puedo vestir de arriba debajo de ajo, Mari Pili, por un precio irresistible.
-¿Y el olor, Lola?
-¿Es que huelo mal Mari Pili? Me acabo de echar Coca Chanela, number five.
-Digo disfrazada de ajo, Lola.
-Ah… Echo Coca Chanela a los ajos, no hay problema. Con tal de parecer delgada…
- Lola, ¿alguna vez piensas lo que hablas?
-No, claro que no. Imito a los políticos y mira qué bien les va… ¿Vamos a comprar los ajos sí o no?
-Lola no te soporto.
-Que sepas que no eres la única, pero eso no es imperativo para que a mí personalidad la siente bien hasta los ajos. Y ahora elige, ¿capuchino diarrea o mujer delirio al puntito de ajo? Date prisa porque van a entregar los premios 20 Minutos.
-Ay, qué emoción, Lola. ¿En qué puesto hemos quedado?
-En el 226 con tropecientos Blogueros más.
-Ah…
-Calla, Mari Pili, que me da la risa…
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR VUESTRAS VOTACIONES Y COMENTARIOS!, para mí vuestro granito de arena fue lo más importante.

domingo, 20 de septiembre de 2009

SIMPLEMENTE LOLA

-Gute Tage tut Dame es sie will das es sie hilft ihr?
-Aimm…
-Meine Mutter ist spanisch und mein deutscher Vater. Sie wherefrom sind es sie?
-Aimm...
-Sie sind eine schöne Frau, haben sehr enterteining sehen mir…
-Alto, Pollo… ¿Tú me has visto la cara?
-Das Telefon arbeitet davon nicht, wo es er, Anruf konnte?
-¡Jesús!, qué interesante lo que me dices. ¿Tu madre bien?
-Ich werde verloren, konnte ich helfen?
-Aimm...- este fulano me está poniendo de los nervios.
- Spanien ist sehr nette, großartige Museen. Es will sie mich, Dame begleiten?
-Aimm... Espera un momentito. Quieto ahí.
-¿Pepe? Soy Lola.
-¿Qué te pasa, Lola?
-A mí nada, pero tengo aquí a un fulano que no sé lo que dice. ¿Qué hago con él?

-Vete o trata de preguntarle si habla en inglés.
-¿Y cómo le pregunto en inglés, Pepe?
-Pregúntale: ¿Does mister english, speak?
-Espera que me lo apunto y si dice que sí, ¿qué hago, Pepe?
-Dile que tú no y te vas.
-¿Y le dejo solo?... Pobrecillo, se le ve que está fatal.
-Pues llévatelo al mercadillo… ¿Qué quieres que te diga?
-Vaaaaaaale, qué poca caridad tienes. ¡Adiós, Pepe!
- ¿Eh, tú? Ven para acá. Me ha dicho mi Pepe que te pregunte lo siguiente: ¿Tú mister inglés?
-Nicht bin ich von Albacete und tue hier Kurs des Deutschen.
-¿Eh? Aimm... Mira, Pollo, me aburres, así que vete para Albacete o vente al mercadillo... ¿Qué haces? Tengo pocos sesos y no me los voy a gastar todos contigo.
-Wir gehen zum Straßenmarkt. Meine Mutter mag sie sehr viel.
-Aimm... Que todo me tenga que pasar a mí, leñe. Es que me pierde este corazón tan grande que tengo. Anda, vamos, he quedado con Mari Pili, quizá ella te entienda.
-Gewesen entzückt mit, Ihren Freund Mari Pili zu wissen.
-Que sí, Pollo, lo que tú digas… Saca dinero para pagar el autobús… Money, euritos, plata para bus, ¿me entiendes?
-No tengo dinero, soy un estudiante de Albacete aprendiendo alemán.
-Repite…
-No tengo dinero, soy un estudiante de Albacete aprendiendo alemán.
-¡Milagro!, milagro… Espera, quieto ahí…- ¿Pepe? Soy Lola.
-¿Qué quieres ahora?
-Oye, que al fulano le he enseñado a hablar en cristiano. ¿A qué soy estupenda?
-Sí, mucho. Adiós, Lola.
- ¿Eh, tú? Ven para acá. Te pagaré el autobús. Ya verás cómo te gusta el ambiente del mercadillo.
-Vielen dank für die Karte. Versorgung, dass ich kann, ich geht mit meiner Mutter zum Straßenmarkt. Dort spreche ich auf deutsch, um zu handeln praktizieren.
-Aimm… Ya ha vuelto a su ser. ¡Qué lastima!, qué poco duro el milagro.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

LOLA EN EL MÉDICO

-Su nombre, por favor…
-Me llaman de todo, así que usted no se corte, doña doctora.

-Dígame qué pone en su carné, por favor…
-¿Cuál de todos? El DNI, pasaporte, el del supermercado, videoclub, el del club de escritores muertos, el de conducir, el de…
-Pare, dígame el del DNI.
-Justamente ese no es de fiar. Yo que usted…
- ¿Me está insinuando que su DNI es falso?
-No, su eminencia doctoral. Lo que digo es que si no la vale el del supermercado. -Usted es una inmigrante con papeles falsos, ¿verdad?
-Anda que para que luego digan que yo tengo imaginación. ¿Dan clases en la carrera de medicina de melodramas, doña Matasanos?
-Señora, me presenta su documentación o sale por esa puerta ahora mismo. Usted verá.
-Ver, veo fatal. Tome y cállese antes de que desarrolle un guión de terror sobre la inmigración.
-Pilar Fernández.
-Sí.
-¿Dónde nació?
-¿Quién?
- Usted, Pilar Fernández.
-Y yo qué sé dónde nació Mari Pili, pregúnteselo a ella. Yo, en San Juan de la…
-¿Pero usted no es Pilar Fernández?
-Pues no, doña Médica.
-Entonces, ¿usted quién, demonios, es?
-La amiga de Mari Pili Fernández, doña Catedrática.
-Me está poniendo de los nervios, señora. Dígame su nombre, déme su cartilla de la Seguridad Social ahora mismo.
-Cuidadín con los nervios. Más con los cambios de ciclo estacional. El otoño es el peor. La voy a recetar, doña Termómetro, unas tisanas naturales que prepara mi tía Eustaquia que en paz descase, Amén, que la van a dejar como nueva.
-¿Quién es la doctora, usted o yo?
-No sé qué decirla porque hasta ahora no la he visto ningún signo de su licenciatura en vivos y muertos enfermos. Al menos yo ya le he dado un consejo y graaaaatis.
-Dígame qué quiere y lárguese.
-Uy, qué modales, doña Inyección. A los enfermos hay que tratarlos con ternura y si encima no están delante, más.
-Dígame qué la pasa, señora.
-¿A mí? Nada. ¿Acaso tengo mala cara, doña Mercromina?
-Entonces si usted está sana, ¿para que viene al médico?
-Vengo a pedirle que vacune a Mari Pili.
-¿A la señora Fernández?
-Sí, a Mari Pili, no quiero que por la gripe del tocino, la vaya a pasar cualquier cosa. Es la única amiga que me aguanta, vea usted y si se me muere, a ver qué hago yo. Ella es grupo de riesgo riguroso, doña Escalpelo.
-¿Qué la pasa a Mari Pili?
-Pues verá usted. Es una mujer de pan y moja de buena, pero el pecho lo tiene estrecho. Ya la digo, de grupo de riesgo rigurosísimo. ¿Cuándo me la vacuna, doña Paracetamol?
-¿Dice que el pecho lo tiene estrecho?
-Sí, como las calles estrechas. Cuando hay mucho aire, se me ahoga porque no la cabe todo el viento. ¿Me entiende usted?
-Ni papa. Diga a su amiga que venga a hablar conmigo. Y ahora lárguese, lianta.

-No me llamo Lianta aunque respondo a todo. Me llamo Dolores aunque no me duela nada, pero llámeme Lola, suena más artístico.
-Looooooooooola lárguese de mi consulta.
-Me voy pero, ¿va a vacunar a mi amiga de pecho estrecho? ¿Sí o no? Porque no me muevo de aquí, eh.
-Sí. Ahora váyase.
-Ahora si que no me voy.
-¿Pero por qué, Lola?
-Doña Recetas, usted tiene que vacunar a Mari Pili de la gripe del tocino porque tiene pecho estrecho, pero no vacunarla de pecho estrecho, que no es lo mismo. Es que ustedes los matavivos se equivocan mucho y yo solo tengo una amiga. ¿me comprende, doña Alcohol?
-Síiiiiiiiiiiiiiiii…
-Tranquila, tranquila, que la noto muy nerviosa y tiene la sala llena de enfermos y, tal vez, sean peores que yo.

martes, 15 de septiembre de 2009

LOLA Y HANNIBAL LECTER

-Mari Pili llegas tarde; llevo esperándote dos minutos y treinta un segundos. Podías haberme avisado, guapa.
-Tardo más en llamarte que en llegar… Lo siento. La culpa la tiene mi tía Rufina.
-¿La del pueblo? ¿Se ha muerto?
-Lola, hija, te pareces a tu Pepe. Que sepas que no todo el mundo se muere.
-Mi Pepe dice que sí y sabes que sabe de todo.
-Pues mi tía Rufina no.
-¿Es incandescente?
-Dirás inmortal, Lola
-Eeeeso, Mari Pili.
-No, Lola, es mortal como todos.
-¿Ves como tenía razón Pepe?
-Pero es que mi tía aún no se ha muerto.
-¿Te ha dicho cuándo lo va a hacer?
-¿Hacer el qué?
-Morirse…
-No, no me lo ha comunicado. Ha venido a hacerme entrega de los restos del gorrino.
-¡Amén!... ¿Dónde vas a enterrar al cerdo?, ¿tienes ya ataúd?, ¿quieres que le diga a Pepe que te saque un ataúd de esos que tienen tara y los dejan a buen precio?
-¡Lola!... No necesito ataúd, ya lo tengo. De momento lo guardaré en la nevera.
-¡Qué horror, Mari Pili!, cada vez eres más excéntrica. Yo, desde luego, cuando se muera Pepe, no pienso guardarlo en la nevera. ¿Te imaginas abrir la nevera y encontrártelo entre la leche y las lechugas? Aimm…Por cierto, ¿vas a dejar ya para siempre al cerdo en la nevera? Tendrás que comprar otra.
-¡Por dios, Lola!, estás tarada. ¿Cómo voy a conservar toda la vida el cerdo en la nevera? Me ha traído las partes más buenas y me las iré comiendo, obviamente.
-¿Eres familia de Hannibal Lecter?
-Y tú, Lola, ¿acaso eres familia directa de los Gilipollas?
-No. Soy de la saga de los García… No te ofendas, pero lo que vas a hacer con el pobre cerdo, en mi tierra se llama canibalismo.
-Un poquito de por favor, Lola, ¿tú no te comes unas tapitas de jamón? Venga, contesta.
-¿Yo? Dios me libre. Sólo pensarlo se me ponen los pelos como escarpias.
-¿No te comerías, ahora mismo, unas rajitas de chorizo de esos que chorrean aceitito?
-¿Yo? Jamás…
-Y, ¿una morcillita bien lustrosa?
-Mari Pili, entérate de una vez que la caníbal eres tú, no yo. En mi casa sólo productos de la tierra: tomatitos, lechuguita, zanahorias…, y pare, usted, de contar.
-Entonces, explícame, Lola, de dónde, demonios, vienen esas morcillas que tienes alrededor de tu cintura…
-Mucho quieres saber tú… Hannibal Lecter, que eres calcadita a él.
-Lola, tanta grasa como tienes en tu cuerpo, sin mencionar la tripa de tu Pepe ni la de mi Paquito, no la generan las verduritas.
-¡Envidiosa!, cochina envidiosa. Lo que pasa es que tenemos carnes generosas que se reproducen por generación espontánea… Que lo sepas.
-Ya, ya sé cómo dices. Y la caníbal soy yo. En fin, qué paciencia he de tener contigo. Toma, te he traído unas pocas morcillas, un par de chorizos y un trocito jamón. Déjalo que se cure unos días.
-Mari Pili, ¿cómo voy a tener cachos del cerdo muerto a la intemperie? Trae, los voy a enterrar ahora mismo, ¡pobre animalito!
-Pero, ¿dónde vas a enterrar a los chorizos y a las morcillas?
-En mi estómago, Mari Pili. Ahora mismo me voy a casa y preparo un funeral como Dios manda. Sacaré vino de Ribera del Duero y regaré mi garganta para que corran los restos del cerdito. ¿Vienes?
-¿A dónde?
-Al funeral de tu cerdo, leñe.
-¿Y eso no es canibalismo?
-No, Mari Pili, es un acto de buena cristiana…
-¡Amén!, Lola.

sábado, 12 de septiembre de 2009

LOLA Y EL MEGÁFONO

-Mari Piiiiiiiiiili, corre, ven. ¿Qué opinas?
-Loooooooooooola…
-¿Qué? Dime algo.
-Looooooooooola…
-Ya, ya te he oído, coña, que pronuncias muy re bien mi nombre, pero dime tu opinión
-Por San Cucufato, ¿qué te has hecho?
-Soy la presentadora del desfile de disfraces de los niños, Mari Pili. Tengo que ir a tono.
-Por San Remigio… ¿De qué vas vestida?
-La verdad es que no lo sé definir. Me surgió el espíritu vanguardista y… ¿Pero a qué mola? Parezco una presentadora de televisión.
-Por San Anastasio, no tienes desperdicio, Lola… Por curiosidad, ¿Eso que llevas al cuello qué es?
-Fui a una tienda de chinos y vi un traje de sevillana a un precio irresistible, no era mi talla, pero pensé que con voluntad me valdría y no pasó de la garganta. La china se empeñó en cobrármelo ya que no me lo podía quitar. Y siendo positiva pensé que los volantes me harían parecer a Felipe II.
-Por San Tancredo… ¿Y lo que llevas en la cabeza?
-La Giralda, la Torre del Oro y el castillo de la Mota. La pena es que ya no me cabía en la cabeza la corona de Isabel la Católica por lo que me la he puesto en el muslo derecho. ¿Queda ideal, verdad?
-Por San Restituto… ¿Qué te has puesto en tronco y patas?
-Deja ya de nombrar a todos los santos, Mari Pili, sé que gozo con el beneplácito de toda la cúpula de la iglesia porque llevo hasta la capa de obispo a modo de Batman, y para dar ritmo a la par que colorido, me he puesto la camiseta de Hormigoneras la Celestial que financia a la selección brasileña. Los zapatos son de Pepe… Mirame por detrás, he cosido en la capa obispal el anuncio de…
-Date la vuelta, Lola… “Muérete feliz en la funeraria la Alegría”… Impresionante Lola.
-Hija es que de paso ya ayudo en el negocio de mi Pepe. Aunque lo total es mi megáfono. ¿Qué te parece?
-¡Coño!… ¿Qué hace el bicho ése?
-De todo, Mari Pili. Que quieres bailar la danza del vientre a Paquito, tocas este botón y ¡Hala! Te sale el ritmo árabe en versión china. No hay que olvidar que el aparato es chinesco.
-Ah… ¿Hace más cosas, Lola?
-Uy, muchas más. Por ejemplo, graba. Que deseas expresar tu amor a Paquito vas y dices “Paquito te quiero, cua, cua” y lo repite y lo repite sin tu mover un músculo. Aunque yo no lo emplearé para declararme a Pepe.
-¿Ah, no?
-Yo cuando termine el festival, grabaré un spot y lo colgaré en la ventana de la cocina.
-Ah… ¿Y que anunciarás, Lola?
-Pondré voz profunda aunque clara y radiante y diré “La vecina del 4º A es una hija puuuuta”… La u la arrastraré para que cale como me cala toda la porquería que la tía me tira sobre mi ropa limpia. Hay que ser prácticos, Mari Pili.
-¡Qué buena idea, Lola!… ¿Me lo dejas?
-Toma, di lo que quieras. Si alguien te acusa, tú no has sido. Ha sido el bicho ése.

jueves, 10 de septiembre de 2009

LOLA Y LOS HOMBRES

-Hay días Mari Pili que me doy tales besos a mí misma mismamente que me reviento la cara de gusto.
-Mira que bien, Lola, no sabes cuánto me alegro.
-Claro que hay otros en que me lanzo tales escupitajos que soy un puro esputo.
-Pues de eso nada de nada, Lola. Para escupirnos ya están los demás. Nosotras sólo querernos y mimarnos.
-¿Tú crees que no abusaremos demasiado? Porque comienzo ahora mismito a besarme hasta que caiga destrozada, Mari Pili.
-Lola, todo en un punto medio que tú eres capaz de pasarte veintisiete pueblos.
-Ya, claro..., tienes razón, Mari Pili... Pero es que estoy hasta el culo de estos energúmenos y si no me beso para animarme, sucumbo en sus manos. ¿Me entiendes, Mari Pili?
-Pues no, Lola. No sé quiénes son los animales que te destrozan.
-¿Pues quiénes van a ser? Los de siempre.
-Ya, ya sé cómo dices, Lola... ¿Pero quiénes son?
-¿Otra vez, Mari Pili?... A ver, ¿A ti quién te destroza?
-¿A mí? Nadie... A mí me descuartizan directamente.
-¡Coño, Mari Pili!, tu caso es pistonudo. Bésate ahora mismo.
-¿Cuántas veces, Lola?
-No sé, espera que pienso... De todas formas, ¿cuándo te descuartizan cómo lo hacen, Mari Pili?
-Con inquina y alevosía. Fíjate Lola...
-Entonces bésate hasta machacarte.
-¡Coña, Lola! Unos me descuartizan y yo me machaco..., no es justo.
-Pero tu machaque es amoroso... Bésate como los osos amorosos, Mari Pili. Venga, no seas tímida.
-No es cuestión de ser o no ser, pero me parece ridículo besarme a mí misma. Esas cosas excéntricas sólo las haces tú.
-Anda ésta..., y a mucha honra..., si fuera a esperar que me besaran y que me pasaran la mano por el lomo diciendo “Lola eres cojonuda”, me podían crecer coliflores en la cresta... No hija no, me beso a mí misma y hasta me digo que estoy delgada..
-¿Y si me besas tú no quedará más natural, Lola?
-... ¿Pero cómo cuánto quieres que te bese, hija mía?
-Hasta destrozarme, como me dijiste tú... Digo yo que así recuperaré la autoestima, Lola.
-No hija no. ¿Cómo pretendes que te bese de esa guisa? Pasa cualquiera y piensa que somos lésbicas... Un poquito de por favor, Mari Pili, que los hombres son mi pasión.
-Oye guapa, que también son ellos mi fondo de armario.
-¿Cómo dices Mari Pili?... Fíjate no había visto a los energúmenos esos como estilistas de armarios. Me acabo de dar cuenta que los hombres son la caña, fíjate, hasta para empapelar tu armario.
-¿Pero de qué hablas, Lola?
-... Ahora se me acaba de ir la olla porque solo pensar, Mari Pili, que al abrir el armario me apareciera Pepe me da un “Jari Crismas”... Qué horror, prefiero besarme a mí misma mismamente, pero a ti ni de coña, eh, Mari Pili. Quiero que quien me vea siga pensando que soy mujer, gilipollas, pero mujer.
-Lola, a mí me caen bien las lesbianas.
-Mari Pili y a mí “Vive y deja vivir”..., pero yo quiero que me pretendan hombres no mujeres. ¿Me sigues?
-Sí, más o menos. Tu cabeza trabaja muy deprisa y a tu lengua la pierdo… De todas formas, Lola no eres inteligente.
-Lo sé desde que nací, Mari Pili, pero es mí sino...
-¿Cuál es tu sino, Lola?
-Amar a los hombres, Mari Pili y que ellos me escupan. Ayyyyyyyyy qué desgraciada soy...
-Lola mal de muchos, consuelo de gilipollas... Lola bésame.
-Y una mierda Mari Pili, bésate tú porque tú lo vales.
-… En el mundo no debería haber hombres, Lola.
-Mujer no exageres ni te engañes. Nosotras somos su sal, su pimientita...
-… Y ellos una almorrana para nosotras, Lola.
-Pero son unas almorranas tan monas, Mari Pili… Ay…
-Fuera los hombres, coño… Y deja de poner esa cara de lunática enamorada, Lola.
-Joder, qué susto me has dado, Mari Pili… Vale, tiramos las almorranas y dejamos el fondo de armario. ¡Hala!, ahora me voy a besar un rato porque yo lo valgo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

LOLA Y LOS NEGOCIOS

-Lola, por Dios, deja de lavarte las manos. Te las has lavado siete veces seguidas.
-Pues espera que me falta una, de momento. La higiene es fundamental y gastar el jabón éste, más. Depende de mí y de todos el negocio jabonero.
-Lola ya estás liándola.
-Mari Pili yo no lío nada. Vete y pregunta en el ministerio de sanos y enfermos ya verás lo que te dicen.
-Lola no me van a decir que consuma jabón.
-No, claro que no. Son muy sutiles y nosotros unos cagados de miedo... Te dicen que para la gripe del gorrino pollo te tienes que lavar mucho las manos. Entonces, ha salido la noticia de que hay un jabón especial para asesinar microbios de gorrino pollo... Hay un negocio incipiente, Mari Pili. Hay que ayudar a que se vuelva rico el jabonero, ¿no lo entiendes? Nada que ver cuando se enteren los fabricantes de kleenex. Inventan seguro el pañuelo mocos gorrino pollo. Ya verás.
-Ah... ¿Y nosotros no podíamos enriquecernos del tirón griposo, Lola? Mi Paquito está en el paro.
-De momento somos cooperantes, Mari Pili. Nuestro deber es gastar. Ahora podemos poner en un semáforo a vender pañuelos antigripales a Paquito. Le tienes entretenido y si saca para el cocido diario, de un tiro matas dos gorrinos pollos. ¿Qué te parece, Mari Pili?
-Paquito es muy mirado Lola. Ya sabes...
-Vamos a ver,¿está o no está en el paro, coña? Las lentejas no entran en casa por difusión cáustica, has de ir a buscarlas y qué mejor que emprender un negocio tan novedoso. Como se despiste te advierto que llegará otro y se llevará el filón.
-Yo no me atrevo, Lola. Me manda a la mierda.
-No problema, Mari Pili. Hablo yo con él.
-¿Túuuuuuu? Te odia. Dice que mi ruina se precipita cuando tú apareces en escena.
-Precisamente, Mari Pili, precisamente. Soy la persona indicada para asesorar a tu Paquito sobre el negocio de "Mocos con pañuelo porcino es menos pollo"... Anda, ¿te has dado cuenta que me ha salido hasta el eslogan?
-Lola, ¿qué le vas a decir a mi Paquito? Ya está bastante tarado.
-Tararlo entero, Mari Pili. Única opción para que trague con el negocio del "Pañuelos Paquito y quítese los pollos de encima"... ¿Ves?, otro eslogan y éste personalizado.
-Sabes, además, que Paquito le encanta su coche.
-¿Y qué tiene qué ver el coche con "Pañuelos Paquito, quitan mocos al instante"... ¿Ves? Otro eslogan. Soy una fábrica de publicidad.
-Lola, hija, no va a ir a un semáforo a vender con un coche deportivo.
-Ah, ahora te entiendo. Va con otro coche, tranquila.
-¿Otro coche, Lola? ¿De dónde sacamos el otro coche?
-De mi Pepe. Coche gratuito, económico y emblemático.
-¿Sí? No me digas que vas a montar a mi Paquito en un furgón funerario.
-Que nooooo, Mari Pili. Mira, en la funeraria han sacado una promoción fantástica de 3X2.
-Lola no quiero comprar dos cajas de muerto para que me regalen otra. De momento no quiero morirme y no tengo sitio en casa para guardarlas.
-La verdad es que ocupan mucho aunque es una oferta irresistible.
-Todo lo que tú quieras, pero no me imagino a mi Paquito en un semáforo asomándose desde la caja mortuoria con los pañuelos de mocos de gorrino... Claro que si le decoro con una corona de flores estaría muy guapo, ¿verdad?
-Sin duda... Ah y con una cinta que diga “Paco, vende pañuelos, coño. Siempre tuya Mari Pili”
-No sé Lola, no le veo metido en el sarcófago ni con corona.
-Que no boba, que la oferta del 3X2 es tan sensacional porque mi Pepe a mayores regala un carrito portátil para los supervivientes del muerto que no pesa ni consume gasolina. Ah y es deportivo y descapotable porque no tiene tapa. Ponemos una pegatina para que no se vea el eslogan de la funeraria de Pepe y Paquito lleva la mercancía allí metida cómodamente. ¿Guay, verdad?
-¿Y si aprovechamos el eslogan de Pepe?. Por cierto, ¿qué pone?
-“Muérete contento en funeraria la alegría”
-Lola... ¿Quién puso ese eslogan?
-Yo. La única vez que Pepe me hizo caso. ¿Mola, verdad?

viernes, 4 de septiembre de 2009

LOLA Y LOS CHURROS

¡Puerca miseria! Qué disgusto más grande tengo. Tan grande que he tenido que matar la pena comiéndome una triple ración de chocolate con churros; con dos no se me pasaba.
Me lo he tomado todo muy deprisa ¡ojo!, casi me atraganto, pero no quería que me pescara Mari Pili y empezara a decirme “Lola, ¿cómo no vas a estar gorda comiéndote treinta y seis churros?” Claro que yo callada no me quedaría, antes muerta que sencilla y muda, y le contestaría rápidamente que eran churros Light hechos sin grasas ni saturantes ¡Hala!, vete a por otra Mari Pili.

Pero es que el disgusto fue serio: se levantaron contra mi graciosa persona falsos testimonios... ¿Qué paso? Mi hijo Peluche me llamo cotilla, a míiiiiiiiiii, a su santa madre... Vamos a ver, ¿para qué Dios me ha dado las teclas de la garganta? Señor, pues para tocarlas con la lengua y crear sinfonías tan armónicas como Mozart. ¿A qué sí? Pues no. Empecinado en que su madre Lola habla y habla sin parar de lo que sabe y no sabe.
Yo me defendía como gata panza arriba hasta que llegó mi Pepe y corroboró al muchacho sus sospechas “Sí, hijo, sí, tu madre nació sin un tapón en la boca”... Peluche entonces se puso como una hidra, claro que nada que ver cuando llegó Mari Pili y le escupió en la cara lo que mi garganta profunda la había contado medio minuto antes... ¿Quién es la bocazas, Mari Pili o yo?
Además, ¿quién es el surrealista que no acepta la incontinencia verbal de una simpática mujer (yo, claro) que no ha sido llamada para el silencio de los corderos ni para la orden del Cister? Peluche es el culpable de no ejercer el quinto mandamiento... ¿Y quién paga el pato de todo este mejunje de insultos y mentiras? La pobre Lola que cada vez que la acusan, va y se come tres raciones de churros para pasar la pena. Llevo ya veinte raciones acumuladas y temo que ahora sí que voy a engordar un poquito.

No entiendo cómo no me valoran con lo entretenida que soy que nunca me falta conversación... Por cierto, os estaréis preguntando qué es lo que cuento de Peluche para que éste se coja esos globos... La verdad es que no cuento nada. Bueno, matizo: cuento mucho, pero no es que Peluche me lo haya contado, que mucho cuidado tiene en no decirme ni media palabra, pero precisamente porque no me cuenta pues lo cuento yo... ¿El qué? Qué más da. Según me levanto, le miro la cara y según la tenga, voy y me imagino qué le puede pasar... Claro, y luego voy y lo cuento... Todo tan inocente que no me explico que me llamen cotilla y encima bocazas... Puerca miseria... ¿Queréis un churro?, yo ya no puedo más, se me ha pasado la pena... Gracias a Dios porque veía que me comía las churrerías de Sevilla entera y aledaños.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

LOLA Y MARI PILI DE REBAJAS

- Mari Pili, Mari Pili… Mari Pili
- ¿Qué quieres?
- Ven, mira qué joyas.
- No puedo moverme, Lola, o se me caerá todo.
- Todo menos ponerte nerviosa porque tenemos que tomar altas decisiones y hemos de estar relajadas.
- ¿Relajada, dices? Pero si llevas volviéndome loca todo el día. Parecemos dos corre caminos de tienda en tienda y tiro porque me toca.
- ¡Ah!, quieres encontrar chollos y no mover el culo. Los milagros no existen, Mari…
- Ya, Lola, pero si me lo llegas a decir, tomo un reconstituyente. He perdido hasta un zapato… A ver como vuelvo a casa.
- Gallina, que eres una gallina. Mira cuánto zapato suelto hay ahí, coge uno y deja de quejarte.
- -¿Qué, y si al salir me pita la alarma?
- Pues nos echamos a correr, Mari Pili.
- Estás zumbadísima, Lola.
- A ver, ¿cómo no quieres que me trastorne yendo de compras? Es que me compraría todo, hasta lo que no venden.
- -Yo también, Lola… ¿No estaremos poseídas?
- …Sí, Mari, pero si hacemos estas reflexiones, llegará otra tarada como nosotras y se llevará estas joyas.
- Ah, de eso nada… Venga, Lola, decidamos.
- A ver… ¿Qué te parece este pantalón de cebra del Penedés? Qué precio, es irresistible.
- Sí, pero, ¿has visto qué agujero tiene en medio del culo, Lola?
- No problema, Mari: lo cosemos
- Lola no sabes coser.
- ¿Y qué tiene que ver con lo que estamos hablando?
- Si no sabes coser, ¿quién te lo va a coser?
- Lo llevo roto, Mari Pili… Pero mira qué monada, ¿cómo voy a dejar pasar esta ocasión?... Voy de frente y así no se ve el agujero. ¿A qué pienso mucho?
- -Como un libro abierto, Lola. Pero te convendría ir antes a unas clases de andar para atrás.
- No tengo tiempo… Venga, a ver qué llevas tú ahí…
- He cogido un vestido de pantera; es divino, pero dos tallas más que la mía.
- No importa; lo estrechas.
- No me gusta coser, Lola y tú, hoy, lo arreglas todo con la costura. Acuérdate como llevas a tu Pepe, parece el hombre roto.
- Las apariencias engañan; va con ventilación asistida para, si suda, el olor se evapore. ¿Entiendes, Mari Pili?
- No, pero es igual, Lola… ¿Qué hacemos?
- Saca la calculadora y sumemos.
- Vale… dime.
- Tres, más dos, más, uno, más cinco, más tres, más dos, más siete, más, quince…
- El de quince, quítalo.
- Vale; empecemos: tres más dos, más uno, más siete, más tres, más doce, más uno más…
- Quita el de doce.
- Vale; empecemos: tres más uno, más cinco, más, siete, más tres, más.
- Quita el de siete.
- Vale… Comencemos: uno más tres, más dos, más uno, más seis, mas dos, más…
- Quita el de seis, Lola.
- Vale… Comencemos: uno más dos, más tres más cuatro, más…
- Lola… Estoy pensando…
- ¿Qué, Mari Pili?
- Quita todo y quédate con lo de un euro.
- Vale… Ya está, Mari.
- ¿Qué nos queda?
- El pantalón de cebra con el agujero y el vestido de pantera, pero no el de dos tallas más que la tuya sino el otro.
- ¿Cuál, Lola?
- El que tiene el agujero en el seno izquierdo, Mari Pili.
- Vale, pues eso nos llevamos.
- Ya, pero hay un problema, Mari Pili…
- ¿Cuál, Lola, cuál?
- Pues cuando nos pongamos esto no podremos ir juntas.
- ¿Por qué esa bobada, ahora, Lola?
- Si yo camino al frente para que no se me vea la ventilación del culo y, tú, caminas de espaldas para que no se te vea el seno izquierdo… nunca nos encontraremos, Mari Pili… ¿Qué pena, no?
- Ay… No, No… Vamos, que no, ni hablar… Es que he dicho que no. No, no y no.
- ¿Qué es no, Lola?
- Vamos a ver, Mari Pili, ¿tú no entiendes el significado de no?
- Sí, pero en el contesto que tu lo ubicas, pues no.
- Qué no, ¿qué, Mari Pili? Te explicas fatal.
- Pues sí al no. Pero, claro, no sin más, pues como que no.
- Mari Pili, van a cerrar la tienda… ¿Sí o no?
- ¿Sí? Que no, Lola, aún falta… ¿Qué hacemos: sí o no?
- Pensemos: sí decimos sí, es que decidimos sí.
- Ya, y si decimos no, es que es un no definitivo.
- Sí.
- Entonces, ¿no, Mari Pili?
- No sé, yo no he dicho no, Lola.
- Claro porque has dicho sí.
- No, Lola, tampoco he dicho sí.
- Pero, Mari Pili, has dicho no al sí, entonces es un sí al no.
- Lola… Lola, calla y haz lo que te dé la gana… Te he perdido.
- Tranquila; decido por las dos y digo sí.
- ¿Sí, qué, Lola?
- Que… Mari Pili, Mari Pili, que nos han quitado la ropa…
- ¿Ves, Lola? Tanto sí y terminamos diciendo no.
- Mari Pili yo no he dicho no porque iba a decir sí pero…
- Hasta mañana, Lola.
- ¡Adiós, Mari Pili!, ¿quedamos mañana?
- Nooooooooooooooooooooooooo.

jueves, 27 de agosto de 2009

LOLA Y LOS SUEÑOS

Joder, joder y joder, ay qué sueño he tenido, Dios mío, qué sueño… Estoy venga a llamar a Mari Pili para que me lo traduzca ya que tanto que fanfarronea de idiomas pues que me lo demuestre. Pero no hay tu tía, que está venga a comunicar… ¿Mari Pili quieres colgar el teléfono, leñe? ¿Con quién hablas que sea más interesante que yo? Cualquiera, lo sé... Bueno, da igual, os lo contaré a vosotros y ya me diréis vuestra opinión. Sentaros y no habléis; hablo yo, con eso es suficiente.
… He soñado que cultivaba gallinas al por mayor. Vamos, para que se me entienda: tu no podías ir a mi huerto y llevarte una gallina. Sólo las vendía en ejércitos, batallones o manadas. ¿Cuántas entraban en cada cuál? Bastantes, mogollón y una barbaridad.
El caso es que Mari Pili era paupérrimamente pobre en el sueño, bueno en la realidad igual, eh, y como no tenía huerto las cultivaba en la bañera de su casa… Qué raro, ¿verdad?, de ahí me viene la primera duda: nunca he visto el cultivo pollino en una bañera. Claro que yo como en mi casa no tengo bañera sino ducha, planté el huerto en el fregadero. Al ser el espacio pequeño, en vez de gallinas, planté pollitos… ¿Me seguís? Qué suerte porque yo en cualquier momento voy a empezar a desvariar. Bueno, sigo…
El caso es que tratamos de que nuestras gallinas y pollitos no fueran unos cualquiera. No, no, qué va. Para empezar, las gallinas llevaban peineta, una peineta colorada; monísimas, de verdad. Porque ante todo queríamos que tuvieran el sello Made in Aserejé Spain e, igual que a las vacas se las pone la pegatina de la ganadería a la que pertenecen, nosotras nada más nacer, las pintábamos lunares amarillitos. Es decir, la gente cuando viera a nuestras pollas y pollos, sabrían que eran del calibre español. Y, para rematar, como no queríamos que pensaran que eran unas cualquiera, las legalizamos unos apellidos en su pedigrí: se llamarían Fernández & García, apellidos nada británicos.
¿Ideal, verdad? Pues fue un desastre. Nos arruinamos. Claro que aquí tengo la segunda duda para que me traduzca Mari Pili si es que cuelga de una puñetera vez el teléfono: si éramos paupérrimamente pobres, ¿cómo nos pudimos arruinar si los bancos con la crisis no fían?… ¿Lo entendéis vosotros?
A Mari Pili se la ocurrió que hiciéramos una oferta: pague veintisiete manadas y llévese ochocientas… Fijaros que baratura, bueno, pues ni por esas, y como Paquito y Pepe se empezaban a calentar por el asunto pollino porque una de las noches Pepe me fue a abrazar, en la realidad nunca lo hace, pues en sueños sí y cuando lo fue a hacer, a quien abrazó fue a una gallina que como no cabían en el fregadero se habían escapado y se habían metido en la cama donde estaban más cómodas.
Claro, peor fue lo de Paquito. El hombre quiso hacer el amor a Mari Pili, y justo en ese momento Mari Pili la entró sed y se fue a por agua y se la coló una gallina en la cama y Paquito fue y… atacó a la gallina en vez de a Mari Pili. Eso sí, la gallina estaba tan contenta, pero fijaros que pastel, ¿verdad? Raro de cojones (perdón por lo mal que hablo, pero las situaciones que me sobrepasan, hacen bilis en mi lengua)
El caso que como no las vendíamos ni nada pues decidimos soltarlas y que se buscaran la vida como hemos hecho todos.
¿Pues diréis dónde se fueron?… Son más listas que los conejos congelados. Hijas de Mari Pili y mías tenían que ser, claro … Están viviendo divinamente en el palacio de la Moncloa con nuestro presidente del gobierno y poniendo huevos a mogollón.
¿A qué es un sueño extraño, raro, raro? Si alguno sabe de idiomas, agradecería su traducción.

miércoles, 26 de agosto de 2009

LOLA HA REGRESADO

-Mari Piiiiiiiiiiiiiiiiiili… Qué lujuria verte de nuevo.
-Looooooooooola… Qué alegría volver, ¿verdad?
-Sí, un asco, Mari Pili. ¿Te cuento mis vacaciones?
-¿Otra vez, Lola? Me tienes hasta el culo. No has ido a ningún sitio y ¡hala! Como si hubieras estado en medio mundo.
-¿Y qué sabe nadie? Así hago felices a los que no han ido… Como tú, Mari Pili.
-Lolaaaaaaaaa eres una mentirosa.
-A la imaginación la llaman mentira. Mis telespectadores ansían que les cuente chismes, querida.
-¿Telespectadores? ¿Es que ahora salimos en la televisión?
-Lectores, hija, qué redicha eres, pero cualquier día enchufas la caja tonta y salimos tú y yo. Claro yo ocuparía prácticamente toda la pantalla. Ya sabes…, el tamaño, cuestión de prioridad.. ¿Bueno, qué, nos saludamos?
-El sol te ha dejado con los sesos achicharrados, Lola… Looooooooooooooooooooola…
-Mari Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiili, qué alegría verte. Me encuentras desenvainando el equipaje.
-¿Desenvainado? ¡Joder!, cada vez hablas peor, Lola.
-Anda, cállate que dices unos tacos que son una irreverencia. Mi léxico es propio y flexible… He estado con mi Pepe dándonos unos baños de arcilla… Allende los mares.
-En qué mar, Lola? Porque hay muchos.
-Y yo qué sé. En uno, digamos que confluyen el Mediterráneo con el Tirreno… Eso, en el medio justo.
-¿Tú has mirado alguna vez un mapa Lola?
-¿Para qué Mari Pili? Todos los caminos llevan a Roma. Te puedes torcer un poco, pero luego te enderezas y llevando a la enciclopedia de mi Pepe no tengo problema.
-¿Ha disfrutado Pepe?
-…Traigo sobredosis de marido, Mari Pili. Qué pesado, todo el día con la brújula diciéndome que cada vez hago todo peor… Normal, la edad nos tuerce, nos desinfla, nos desvigoriza, como al campanero.
-¿Qué campanero?
-…Yo no quería, Mari Pili, pero sabes que soy muy dispuesta… Y qué mal le sentó a Pepe y como encima perdió en el Peñón de Gibraltar el humor pues no hago carrera de él y cada vez tiene el bigote más ladeado.
-Lola no me has contestado.
-Vamos a ver Mari Pili,, ¿cuándo has visto que conteste a los que me preguntan? Nunca.
-Lola, pero es que no me has contestado. ¿Quién es el campanero?
-… Claro que cuando vi a Pepe que se le erizaban los pelos de la calva, me puse muy seria y le dije muy enjuta en mí “Pepe, ¿no me recriminas que no tengo educación cívica a la par que ciudadana? Entonces si el campanas me pide un favor, yo que soy un derroche de lo que me pongas delante pues…”
-Looooooooooola…
-Ay, qué Mari Pili, qué susto…
-¿Quién es el campanas?
-Cómo me sigas interrumpiendo no te lo cuento Mari Pili.
-…Sigue.
-¿Sabes lo que me contestó Pepe?
-Ni puta idea, Lola.
-Pues que si quería tocar la campana a alguien que se la tocara a él… Fíjate que poca moralidad ciudadana tiene aquí el Garcia. Pobrecillo el campanas, qué leche le arreó.
-…Tenía celos, Lola… Por cierto, ¿has tocado alguna vez las campanas?
-Sí, claro, al campanas. Y a Pepe le fui a tocar las campanas pero me dio la risa…
-¿Por qué Lola?
-Porque lo suyo no eran campanas sino sonajeros.
-Ya, y el campanas tenía campanas, ¿no?
-Sí.
-Oye, ¿y quién era el campanas, dónde estaba, qué estabais haciendo, cómo surgió la campanada? ¿Hubo repique de campanas, Lola?
-No te me amontones Mari Pili. Me has hecho demasiadas preguntas y mi memoria RAM no procesa todo a la vez… No hubo repique de campanas porque Pepe le soltó una leche al campanas. ¿Comprendes?
-Sí, claro. Aunque me queda una duda.
-Dime que te contesto rápidamente, Mari Pili.
-Ya era hora, hija… ¿Quién era el campanas, Lola?
-Anda que no eres pesada. Como cojas una linde, termina el camino y tú sigues.
-Lola dime quién coños era el campanas. Tengo que ir a hacer el potaje, se me hace tarde.
-Ya voy pesada, si es que no me dejas explicarme… Estaba yo en los baños de arcilla venga a darme pegotes aquí y allá hasta en el pelo porque dicen que es sanísimo y que deja la piel suave, suave, vamos como la piel del culito de un bebé…
-Loooooooooooooola, mi potaje.
-… Me metí en un agujerito donde había mucho barro cuando oigo a mi espalda “Señora, por favor?” Tuerzo la cabeza, como unos ochenta grados a babor, más o menos o, ¿podían ser noventa grados a estribor?
-Loooooooooooola… Que va a llegar Paquito.
-…Y me encuentro a un fulano que me dice que si le puedo pasar un poco de barro. Yo le miro y veo que está rebozadito como una croqueta…, menos sus campanas y cuando le voy a dar la arcilla se me ocurre que le puedo rebozar yo sus campanas. Ya sabes, se las veía yo mucho mejor ya que estaban a la altura de mis ojos. Y cuando me disponía a restregarle bien las campanas al campanas para hacerle el favor dentro de mi educación cívica visual llegó Pepe.
-Lola…
-¿Qué, Mari Pili?
-¿Tú llamas campanas a los güevitos masculinos?
-No me seas vulgar, Mari Pili. Hay que ser finas. Son campanas.
-Vete a la mierda, Lola. Me voy ¿Y sabes lo que te digo? Lástima que no te diera la leche Pepe a ti.
-Me la quiso dar, ojo, pero rápidamente esquivé la leche en dirección estribor y… ¿pero dónde vas corriendo, Mari Pili?
-A tocar las campanas a Paquito mientas hago el potaje, ¡adiós!